El Cristo de Lula no encuentra paz
Que Lula le busque a su Cristo, que ya presidi¨® tantos de sus triunfos como Presidente, un lugar donde no se sienta inc¨®modo
El art¨ªstico crucifijo de madera que presidi¨® durante ocho a?os el despacho del Presidente Lula da Silva, y que hoy ha sido encontrado por la polic¨ªa en el cofre de un banco nunca tuvo paz.
Cuando en mayo de 2010, Juan Luis Cebri¨¢n, Presidente del Grupo Prisa y fundador de este diario, entrevist¨® a Lula, le choc¨® ver aquel enorme crucifijo presidiendo su despacho.
Lula le explic¨® que se lo hab¨ªa regalado un amigo y que era una talla de un artista portugu¨¦s del siglo XVI. Le cont¨® en la entrevista que ¨¦l era cat¨®lico, que el PT le deb¨ªa mucho a la Iglesia y que ¨¦l nunca habr¨ªa sido elegido sin el apoyo de las comunidades cristianas de base.
Se?alando a su jefe de gabinete, Gilberto Carvalho, que estaba presente, brome¨®: ¡°?l fue seminarista, quiso ser cura, pero despu¨¦s se arrepinti¨®¡±. Carvalho sonri¨®.
Acabada la presidencia de Lula y llegada al Planalto su sucesora, Dilma Rousseff, el crucifijo desapareci¨®. Acabar¨ªa descubierto por la polic¨ªa federal en una caja fuerte del Banco de Brasil en Sao Paulo, durante las investigaciones abiertas contra Lula en el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de la Lava Jato.
El crucifijo que Lula ¡°no rob¨®¡±, ni ¡°Dilma descolg¨®¡±, como se hab¨ªa maliciosamente insinuado, ya que era suyo antes de ser presidente, pas¨®, sin embargo, por una serie de peripecias que lo convirtieron en un peregrino sin paz.
Propiedad del obispo de Duque de Caxias, Mons. Mauro Morelli, la imagen sagrada fue puesta en venta para resolver una penosa situaci¨®n econ¨®mica de la familia del eclesi¨¢stico.
Lo compr¨®, al parecer por 60.000 reales, Jos¨¦ Alberto de Camargo, que, despu¨¦s, ¡°no sabiendo que hacer con ¨¦l¡±, acab¨® regal¨¢ndoselo a Lula, amigo suyo, que se lo llev¨® al Planalto cuando gan¨® por primera vez las elecciones presidenciales.
El pobre crucifijo volvi¨® a ser all¨ª de nuevo objeto de discusi¨®n. ?Por qu¨¦ aquella escultura cristiana iba a estar tan visible en el despacho del Presidente de un Estado laico? hubo qui¨¦n objet¨® entonces.
Por segunda vez, no se sab¨ªa qu¨¦ hacer con aquel crucifijo. Fue Lula qui¨¦n zanj¨® las discusiones y decidi¨® que se quedar¨ªa all¨ª, con ¨¦l.
A ese punto, Frei Betto, que fue uno de los asesores del nuevo Presidente, quiso que el Cristo fuera introducido con un rito religioso. En presencia de Lula y de sus m¨¢s estrechos colaboradores, Frei Betto improvis¨® una ceremonia en la que se recit¨® el Padre Nuestro para que Dios bendijera al primer gobierno del PT y al nuevo Presidente Lula.
Acabado el segundo mandato de Lula, el crucifijo sali¨® del Planalto. Desde entonces, nada se volvi¨® a saber del art¨ªstico y emblem¨¢tico crucifijo, hasta que hace unos d¨ªas, la polic¨ªa lo encontr¨® en un lugar poco indicado para tal objeto sacro: en la caja fuerte de un banco, en compa?¨ªa de joyas, espadas adornadas con piedras preciosas, medallas de oro y otros objetos valiosos.
Aquel crucifijo representa para los cristianos al profeta Jes¨²s de Nazaret, que en vida ech¨® por tierra las mesas de los mercaderes del Templo, a quienes acus¨® de haber convertido aquel lugar en ¡°una cueva de ladrones¡±.
Si es cierto que aquel crucifijo presidi¨® los ocho a?os del gobierno Lula; si le hab¨ªan rezado entonces para que protegiera a los gobiernos del PT, lo mejor ser¨ªa que fuese liberado de donde est¨¢ para que de nuevo vuelva a darle suerte.
Todo, menos tenerlo escondido en un banco, el templo del dinero, ya que los evangelios nos cuentan que el profeta Jes¨²s, que acab¨® crucificado por defender a los desvalidos contra los poderosos, era tan pobre que no ten¨ªa ni casa.
¡°Y Jes¨²s les dijo: ¡°Las zorras tienen madrigueras y las aves nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza¡± (Mt. 8,20)
Que Lula le busque a su Cristo, que ya presidi¨® tantos de sus triunfos como Presidente, un lugar m¨¢s digno donde no se sienta inc¨®modo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Lula da Silva
- Operaci¨®n Lava Jato
- Caso Petrobras
- Investigaci¨®n policial
- Sobornos
- Financiaci¨®n ilegal
- Blanqueo dinero
- Petrobras
- Policia Federal
- Esc¨¢ndalos pol¨ªticos
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Dinero negro
- Financiaci¨®n partidos
- Polic¨ªa
- Corrupci¨®n
- Delitos fiscales
- Fuerzas seguridad
- Empresas
- Delitos
- Religi¨®n
- Econom¨ªa
- Justicia
- Partido de los Trabajadores
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica
- Edici¨®n Am¨¦rica