El desaf¨ªo de Lula

Se equivocaron quienes pensaban que el ex presidente Lula se iba a achicar despu¨¦s de haber sido llevado el pasado 4 de marzo con mandato coercitivo a ser interrogado por la polic¨ªa federal en la operaci¨®n Lava Jato. O de haber sido objetivo preferente de la masiva manifestaci¨®n nacional del pasado domingo que sac¨® a la calle a cerca de cuatro millones de personas.

Lula ya hab¨ªa dicho minutos despu¨¦s de acabar el interrogatorio con la polic¨ªa que hab¨ªan conseguido s¨®lo ¡±alcanzar el rabo de la jararaca¡± (una especie de v¨ªbora venenosa) y no la cabeza y que por eso ¡°segu¨ªa vivo¡±. A?adi¨® que las ¨¦lites no aceptan que ¡°una mierda de metal¨²rgico¡± hubiese llegado a la Presidencia de la Rep¨²blica.

Le ser¨¢ dif¨ªcil a Lula convencer a la opini¨®n p¨²blica que ha aceptado ser ministro no s¨®lo para refugiarse en el foro privilegiado, y poder as¨ª evitar ser procesado por el juez de primera instancia S¨¦rgio Moro, que es su verdadera pesadilla. Una vez ministro, ser¨¢ procesado por el Supremo, donde espera mayor benevolencia. Ni parece haberle preocupado el que su decisi¨®n de entrar en el gobierno pueda significar una aceptaci¨®n de culpa.

Quienes conocen la fuerza de la autoestima de Lula saben que Lula ser¨¢ un l¨ªder que, si fuera necesario, ¡°morir¨¢ matando¡±, como ha confesado uno de sus amigos m¨¢s estrechos.

Lula no es un personaje de medias tintas, ni de miedos. Prefiere los desaf¨ªos. Atemorizar que atemorizarse. Es de esos l¨ªderes dispuestos en cada momento a jugarse el todo por el todo.

Es lo que acaba de hacer. Convencido que Dilma ha sido abandonada a su suerte, que parece incapaz de enderezar la econom¨ªa del pa¨ªs, decidi¨® dar lo que algunos llaman de ¡°golpe blanco¡±, coloc¨¢ndose en el puesto clave del gobierno y dejando de hecho a la presidenta como a una figura decorativa.

Algunos analistas han escrito que Lula no ha esperado al 2018 para intentar volver a la Presidencia. En la pr¨¢ctica, con su nuevo nombramiento, se convierte, de hecho, en el Presidente en funciones.

Su ¨®rdago es arriesgado y peligroso, un desaf¨ªo que nadie, hoy, es capaz de profetizar ad¨®nde puede llevarle a ¨¦l y al pa¨ªs. Su ¨®rdago podr¨ªa abrirle el camino para el embate del 2018 o bien para la c¨¢rcel.

Lula no ha querido esperar. Ha desafiado a todos antes que la justicia lo desafiara a ¨¦l. Se ha jugado el todo por el todo a una victoria o a una derrota definitiva.

As¨ª es Lula. Ya lo hab¨ªa anunciado ¨¦l mismo: ¡°Se acab¨® el Lula paz y amor¡±. Hoy prefiere la nueva imagen de la jararaca venenosa dispuesta a atacar. Su primer desaf¨ªo parece ser obligar a Dilma a cambiar el modelo econ¨®mico.

Brasil espera at¨®nito los desaf¨ªos del Lula irritado y herido.

Los movimientos que han protagonizado las ¨²ltimas manifestaciones ya amenazan con ¡°incendiar la calle¡±.

Brasil vive uno de los momentos m¨¢s delicados y peligrosos de su democracia.