La calle se divide entre ¡®rojos¡¯ del PT y ¡®negros¡¯ antiLula
La crisis del Gobierno brasile?o eleva la tensi¨®n en las calles y los manifestantes pasan de los gritos a las manos
La vuelta del expresidente Lula al poder y las filtraciones de sus conversaciones telef¨®nicas con la presidenta Dilma Rousseff, en las que se ha interpretado que su designaci¨®n como ministro es una maniobra para protegerse de la justicia, han elevado en los ¨²ltimos d¨ªas el tono en las calles y de los gritos de protesta se ha pasado, en algunos casos, a la violencia. Partidarios y detractores del Gobierno han salido desde el mi¨¦rcoles por la noche a manifestarse en varias ciudades y han protagonizado escenas de descontrol.
En Brasilia, sede presidencial, cerca de 3.000 manifestantes partidarios de la ca¨ªda de la presidenta y otros 450 defensores del Gobierno se juntaron este jueves en la misma plaza. El encuentro acab¨® a pu?etazos y la polic¨ªa, montada a caballo, tuvo que intervenir para separarlos. En S?o Paulo, donde se reunieron cerca de 2.000 personas, un joven que pretend¨ªa mediar en un enfrentamiento entre manifestantes recibi¨® un pu?etazo desencadenando una nueva pelea. Poco despu¨¦s, la polic¨ªa escoltaba a un adolescente de 17 a?os al que se le ocurri¨® gritar a los manifestantes que no habr¨ªa golpe. La multitud quiso lincharlo.
El clima recuerda a la tensi¨®n vivida hace 15 d¨ªas cuando la polic¨ªa federal oblig¨® a Lula a declarar por su supuesta implicaci¨®n en la trama corrupta de Petrobras. Los investigadores, que creen que el expresidente obtuvo regalos y financiaci¨®n de empresas implicadas en derivadas del caso Petrobras, llevaron a Lula a una comisar¨ªa en un aeropuerto de S?o Paulo. Mientras le tomaban declaraci¨®n, los ¨¢nimos en el zagu¨¢n del aeropuerto, as¨ª como en otros puntos de la ciudad, se incendiaban y la polic¨ªa tuvo que intervenir con bombas de gas para acabar con las agresiones entre defensores y detractores del ex obrero metal¨²rgico.
En medio de esta interminable crisis de Gobierno, los enfrentamientos violentos eran un temor de las autoridades en la ¨²ltima manifestaci¨®n del pasado domingo, cuando m¨¢s de tres millones de personas salieron a la calle contra Lula y Dilma Rousseff. Las marchas, finalmente, no registraron incidentes graves, pero la tensi¨®n ha aumentado cada d¨ªa con las novedades del noticiario.
Muchos brasile?os salen a la calle estos d¨ªas vestidos seg¨²n su posici¨®n en esta crisis pol¨ªtica que se arrastra desde que Dilma Rousseff asumi¨® la presidencia en enero de 2015. Los partidarios de su impugnaci¨®n, contrarios a la designaci¨®n de Lula como ministro y favorables a la ca¨ªda del Gobierno se vistieron de negro en se?al de luto. Los partidarios del expresidente, que defienden que la Justicia est¨¢ actuando con fines pol¨ªticos, mantuvieron el rojo, el color del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y Rousseff, en su indumentaria.
Desde la noche del mi¨¦rcoles, cuando las primeras escuchas policiales del tel¨¦fono de Lula comenzaron a divulgarse ¡ªen una decisi¨®n judicial cuestionada por expertos en leyes¡ª miles de manifestantes tomaron las calles de Brasilia, S?o Paulo y R¨ªo de Janeiro y otros tantos salieron a sus ventanas golpeando sartenes en protesta contra el Gobierno.
Pelea o debate
El mi¨¦rcoles por la noche, a la hora del telediario de m¨¢s audiencia del pa¨ªs, un grupo de tres personas fumaba un cigarro en la puerta de un bar en R¨ªo de Janeiro, mientras observaba las siluetas de los vecinos de los edificios de enfrente con las sartenes en alto. No hubo consenso. El guardia de seguridad opinaba que ya era hora de que los ricos sufriesen la corrupci¨®n en su propia carne, que los pobres estaba cansados de no ser o¨ªdos. Uno de los fumadores, sin embargo, comenz¨® a llamar golpistas a los vecinos y discurs¨® sobre la incapacidad de la ¨¦lite brasile?a para asumir a un l¨ªder de izquierdas, mientras que una joven los defendi¨®: ¡°Lula tendr¨ªa que estar en la c¨¢rcel¡±. No hubo pelea, pero tampoco debate. Ninguno dejaba hablar al otro.
El juez S¨¦rgio Moro y el ¡®caso Watergate¡¯
El juez federal S¨¦rgio Moro, responsable de la investigaci¨®n del caso Petrobras, cit¨® hoy el caso Watergate para justificar la divulgaci¨®n de las escuchas telef¨®nicas del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, informa Efe. Moro afirm¨® que ni el presidente de una Rep¨²blica "tiene privilegio absoluto en el resguardo de sus comunicaciones", a pesar de tener "foro privilegiado". "Ni el supremo mandatario de la Rep¨²blica tiene un privilegio absoluto en el resguardo de sus comunicaciones, aqu¨ª recogidas de manera fortuita, pudiendo ser citado el conocido precedente de la Suprema Corte norteamericana en US v. Nixon, 1974, a¨²n un ejemplo a seguir", afirm¨®.
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