La lucha entre los jueces y Lula aboca a Brasil al caos institucional
Media hora despu¨¦s de que el expresidente Lula tomara posesi¨®n ayer de su nuevo cargo de ministro, un juez federal de Brasilia ordenaba anular el acto e invalidar cautelarmente el nombramiento
De alarma en alarma, Brasil se hunde a cada paso en el caos pol¨ªtico, jur¨ªdico y social. Media hora despu¨¦s de que el expresidente Lula da Silva tomara posesi¨®n ayer de su nuevo cargo de ministro, un juez federal de Brasilia ordenaba anular el acto e invalidar cautelarmente el nombramiento. Aduce que la presidenta Dilma Rousseff comete un delito design¨¢ndole porque le permite escapar de la justicia. Mientras, en Brasilia y S?o Paulo se suceden las protestas contra el Gobierno, en algunos casos con peleas y agresiones. Adem¨¢s, el reloj de la destituci¨®n parlamentaria contra Rousseff ha empezado a correr.
La decisi¨®n del juez Itagiba Catta Preta Neto, que en Facebook se ha retratado a s¨ª mismo sonriendo en manifestaciones contra Rousseff y Lula con anotaciones insultantes contra ellos, dej¨® al pa¨ªs en suspenso, al Gobierno y a Lula noqueados y al sistema pol¨ªtico instalado en una suerte de limbo jur¨ªdico. El Gobierno adelant¨® que va a recurrir el auto en cuanto reciba la notificaci¨®n y otros juristas se apresuraron a asegurar que una segunda instancia judicial puede asimismo invalidar la acci¨®n del juez Catta Neto autom¨¢ticamente. Pero la noticia volv¨ªa a colocar al pa¨ªs entero en el estado de estupefacci¨®n, sonrojo y par¨¢lisis del que no sale desde hace varios d¨ªas.
El mi¨¦rcoles por la noche, la explosiva divulgaci¨®n de una conversaci¨®n entre Rousseff y el expresidente Lula grabada por la polic¨ªa sac¨® a la calle a millares de personas para protestar. En el centro de S?o Paulo algunos pasaron toda la noche, cortando la avenida Paulista, la arteria m¨¢s emblem¨¢tica de la ciudad. En la charla grabada por la polic¨ªa, que ten¨ªa pinchado el tel¨¦fono de Lula, Rousseff dice: ¡°Te estoy mandando el papel para tenerlo ah¨ª; ¨²salo s¨®lo en caso de necesidad, porque es el acta [de ministro]¡±. Para los investigadores no hay duda: Rousseff trataba de proteger a Lula, sospechoso de estar involucrado en una de las ramificaciones del caso Petrobras, de acabar en la c¨¢rcel. Si la polic¨ªa se presentaba en el ¨²ltimo momento, antes de que Lula fuera oficialmente nombrado ministro (la ceremonia estaba prevista para ayer), bastaba con que el expresidente presentara el acta para comenzar a gozar del mayor grado de inmunidad que tienen los ministros de Brasil.
As¨ª, quedaba ya fuera del radio de acci¨®n del juez federal S¨¦rgio Moro, que es el que instruye el caso Petrobras, pasando a depender del m¨¢s lento Supremo Tribunal Federal. El enfrentamiento entre Moro, convertido en una especie de h¨¦roe popular para la derecha y que acaba de recibir el apoyo corporativo de una asociaci¨®n de jueces, y el Gobierno, del Partido de los Trabajadores (PT), explica buena parte de la ca¨®tica situaci¨®n del pa¨ªs. Moro fue quien orden¨® pinchar el tel¨¦fono de Lula ¡ªy posiblemente el de Rousseff¡ª, el que mand¨® prender al expresidente el 4 de marzo y el que estaba dispuesto a encarcelarle.
Abucheos
Rousseff, en el discurso de toma de posesi¨®n de Lula, muy seria, neg¨® la interpretaci¨®n policial de la pol¨¦mica frase y aleg¨® que tanto el documento remitido al exmandatario como la charla obedec¨ªan a un asunto simple y burocr¨¢tico: la eventualidad de que este, por motivos personales, no pudiera acudir a la ceremonia. La presidenta le enviaba el acta, sin firmar por ella, para que Lula lo firmase y lo remitiese a su vez. Despu¨¦s carg¨® contra el juez Moro, al que acus¨® de practicar m¨¦todos anticonstitucionales.
La ceremonia de posesi¨®n fue cualquier cosa menos conciliadora y se convirti¨® en un s¨ªmbolo del clima incendiario que vive el pa¨ªs. Las protestas se suced¨ªan en el centro de S?o Paulo, y en Brasilia, enfrente del Palacio, los gritos de ¡°fuera, fuera¡± se o¨ªan en la sala donde el nuevo ministro firmaba solemnemente su nombramiento y, en el preciso momento en que Rousseff comenz¨® su discurso, un diputado asistente de la oposici¨®n, Major Olimpio, exclam¨®: ¡°Qu¨¦ verg¨¹enza¡±. Rousseff se call¨® entonces. Y un grupo de espectadores favorables al Gobierno, entre gritos y abucheos, expulsaron al diputado. Los defensores de Lula y Rousseff prorrumpieron entonces: ¡°No va a haber golpe, no va a haber golpe¡±, en referencia a que la presidenta no va a ser expulsada del poder.
El nuevo Gobierno de Rousseff-Lula ¡ªmuchos en Brasil se preguntan ahora qui¨¦n manda de verdad¡ª nace ya agonizante, extremamente fr¨¢gil, zarandeado desde todos los lados, mordido econ¨®micamente y amenazado con la destituci¨®n parlamentaria. Las votaciones decisivas que pueden acabar con Rousseff desde el Congreso se celebrar¨¢n a finales de abril y mayo. Para entonces, Lula, el encargado de negociar, tiene que haber reunido el n¨²mero suficiente de diputados de los partidos considerados aliados para bloquear el proceso. No va a ser f¨¢cil. En un gesto expl¨ªcito, el vicepresidente, Michel Temer, de uno de esos partidos te¨®ricamente aliados, no acudi¨® a la ceremonia de posesi¨®n. Todo un s¨ªntoma.
La Bolsa celebra la posibilidad de nuevo Gobierno
La tormenta pol¨ªtica que asola Brasil es vista con buenos ojos por los inversores extranjeros, que perciben en esta crisis la perspectiva de un nuevo Gobierno que encarrile la mayor econom¨ªa de Sudam¨¦rica. Desde el inicio de la sesi¨®n, la Bolsa y el real brasile?o lideraban las ganancias globales, con subidas pr¨®ximas al 7% en el caso del ¨ªndice de la Bolsa de S?o Paulo. La rentabilidad exigida por los inversores para prestar dinero al pa¨ªs se situ¨® en el nivel m¨¢s bajo desde el pasado diciembre.Los analistas interpretan que el nombramiento de Luiz In¨¢cio Lula da Silva como ministro hace m¨¢s factible la destituci¨®n dela presidenta Dilma Rousseff, aunque conlleve una etapa de inestabilidad.
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