Macri dobla el precio del transporte en Argentina

Mauricio Macri insiste en que su prioridad es luchar contra la inflaci¨®n, desbocada en Argentina por encima del 30%, pero desde que lleg¨® insiste en tomar medidas que suponen enormes aumentos de precios en todo tipo de servicios, que se mantuvieron muy bajos durante el kirchnerismo gracias a su pol¨ªtica de subvenciones. El Gobierno de Macri ha anunciado oficialmente que el precio del transporte en Buenos Aires y su conurbano, donde vive el 40% de la poblaci¨®n argentina, se doblar¨¢ a partir de la semana que viene: pasa de 3 pesos (20,2 c¨¦ntimos de d¨®lar) a 6 (40,5 centavos) el colectivo (autob¨²s) y de 2 a 4 el tren en el que millones de personas llegan al centro de la ciudad para trabajar.

A pesar de este fuerte aumento, el ministro de Transportes, Guillermo Dietrich, asegur¨® que el Gobierno de Macri mantiene e incluso aumenta un 20% los subsidios, para incluir hasta seis millones de personas en la tarifa social que ya existe. Si se retiraran estas ayudas, asegur¨® el ministro, el colectivo costar¨ªa 13,50 pesos en Buenos Aires, casi un d¨®lar.

Ma?ana llegar¨¢n los aumentos del gas y el agua y en breve tambi¨¦n el subte (metro). Macri parece decidido a dar todas las malas noticias de golpe ahora que a¨²n conserva una buena valoraci¨®n social y despu¨¦s de dos semanas ¨®ptimas para el Gobierno con la visita de Barack Obama y la aprobaci¨®n del acuerdo con los fondos buitre en el Congreso y el Senado.

Era un anuncio muy delicado y el Gobierno trat¨® de cuidarlo al m¨¢ximo. Dietrich compareci¨® rodeado de los principales empresarios del transporte -privatizado en buena parte- pero tambi¨¦n de los sindicalistas del sector.

El kirchnerismo mantuvo paralizados pr¨¢cticamente los precios de transportes, agua, luz, gas y todos los servicios b¨¢sicos como forma de pol¨ªtica social, y con ello ayud¨® a una gran calma que se vivi¨® en los ¨²ltimos a?os a pesar de que la econom¨ªa no crec¨ªa como en el primer Gobierno de N¨¦stor Kirchner.

Pero esa calma se est¨¢ acabando poco a poco. De hecho, Dietrich no pudo dar la conferencia de prensa donde quer¨ªa, en el Ministerio de Econom¨ªa, porque all¨ª se lo impidi¨® una protesta de empleados p¨²blicos despedidos. Tuvo que irse a la Casa Rosada, rodeada de vallas y mucho m¨¢s segura.

Los servicios en Argentina son baratos, pero el resto de cosas b¨¢sicas -alimentaci¨®n, ropa, vivienda, salud y educaci¨®n privadas- son mucho m¨¢s caras que en los pa¨ªses de su entorno, por lo que los ciudadanos contaban con estos precios bajos para llegar a fin de mes.

El ambiente social va calent¨¢ndose poco a poco en Argentina sobre todo con los despidos de empleados p¨²blicos, oficialmente unos 20.000, mientras estos anuncios de tarifas no hacen sino alimentar el fuego. El ministerio de Trabajo, en pleno centro, vive a diario protestas de trabajadores despedidos con sus tambores y sus petardos.

Sin embargo, Macri est¨¢ demostrando que tiene de su lado a los principales sindicatos. Roberto Fern¨¢ndez, secretario general de la Uni¨®n Tranviarios Automotor (UTA), sentado al lado de Dietrich en una fotograf¨ªa muy simb¨®lica, sentenci¨® despu¨¦s del anuncio: ¡°El Gobierno ha escuchado a los trabajadores, porque hab¨ªa que discutir todo el sector y no s¨®lo los salarios. Las terminales van a tener trabajo, nosotros vamos a tener trabajo y los empresarios van a poder dar el servicio. Es un tema duro porque es un 100% de aumento, pero el colectivo necesita cobrar para poder funcionar. No vamos a ser hip¨®critas, para subir al colectivo hay que pagar¡±, asegur¨®. El Gobierno le ha dado un aumento salarial del 29% a los conductores, con lo que ha conseguido r¨¢pidamente ablandar al sindicato en un momento clave.

Es este apoyo de los sindicatos y de una parte del peronismo, que prefiere negociar con Macri ahora que est¨¢ fuerte y dejar para m¨¢s adelante la m¨¢s que probable guerra, la que permite al presidente evitar un estallido. La vuelta de las vacaciones est¨¢ siendo dur¨ªsima para los argentinos. El Gobierno insiste en que va a lograr controlar la inflaci¨®n pero de momento nada indica que ese momento est¨¦ cercano.