Un candidato en la c¨¢rcel, clave para el resultado peruano
Gregorio Santos arrastra hasta un 4% de votos de izquierda que pueden dejar fuera a Veronika Mendoza
La semana pasada, el ¨²nico debate electoral peruano antes de la primera vuelta, en el que participaron los 10 candidatos que han llegado a la recta final, tuvo un protagonista inesperado: Gregorio Santos. Mientras los otros 9 llegaron en sus coches con normalidad, ¨¦l lo hizo escoltado por la polic¨ªa directamente desde la c¨¢rcel en la que est¨¢ en prisi¨®n preventiva por presunto cohecho. Santos no ha sido a¨²n condenado y por tanto tiene derecho a ser elegido presidente y tambi¨¦n a realizar el debate. Pero est¨¢ en la c¨¢rcel y desde all¨ª hace su campa?a. As¨ª que cuando termin¨® el debate, los polic¨ªas que lo esperaban lo acompa?aron de nuevo a la prisi¨®n.
Parec¨ªa solo una an¨¦cdota que llam¨® la atenci¨®n especialmente fuera de Per¨². Pero la carambola quiere que Santos pueda ser decisivo en estas elecciones. Las ¨²ltimas encuestas realizadas pronostican que este representante de la izquierda peruana, con mucho tir¨®n medi¨¢tico, puede llegar hasta el 4%. Es un porcentaje muy importante pero sobre todo decisivo para el aparente empate t¨¦cnico en el que, seg¨²n las mismas encuestas de ¨²ltimo minuto, est¨¢n los dos aspirantes a entrar con Keiko Fujimori en la segunda vuelta, Pedro Pablo Kuczynski y Ver¨®nika Mendoza.
Santos ya gan¨® unas elecciones desde la c¨¢rcel, las de su regi¨®n, en 2014
Los votos de Santos, si se sumaran a Mendoza ¨Cambos son de izquierdas- la har¨ªan pasar a la segunda vuelta con comodidad. Pero la fortaleza de Santos, que ha decidido mantener su candidatura desde la c¨¢rcel, puede precisamente ayudar al candidato de la derecha moderada alternativa al fujimorismo, Kuczynski.
Santos tiene mucho tir¨®n popular especialmente en su regi¨®n, Cajamarca. Fue presidente regional entre 2011 y 2014 con un gran respaldo popular superior al 30%. Desde all¨ª se opuso a un gran proyecto minero, el de Conga, y logr¨® paralizarlo, por lo que muchos ciudadanos le consideran un h¨¦roe luchador contra el poder y atribuyen a esa lucha su encarcelamiento por presunto cohecho.
Tanto es as¨ª que Santos ya gan¨® unas elecciones desde la c¨¢rcel, las de su regi¨®n, en 2014, cuando ya llevaba tres meses en prisi¨®n. Al encontrarse en la c¨¢rcel no pudo asumir el cargo, que ha reca¨ªdo en su vicepresidente hasta que se resuelva la situaci¨®n de prisi¨®n preventiva en la que se encuentra desde hace casi dos a?os.
Santos es as¨ª un resistente capaz de ganar elecciones desde su celda e incluso lograr casi un 4% nacional, seg¨²n las encuestas, pero en su ¨¦xito puede estar el fracaso de la izquierda peruana, que si no pasa Mendoza ver¨¢ escaparse una oportunidad ¨²nica para llegar al poder despu¨¦s de casi 30 a?os desaparecida.
Ollanta Humala lleg¨® desde la izquierda pero ya antes de ganar las elecciones, entre la primera y la segunda vuelta de 2011, hizo un giro y logr¨® el apoyo de Mario Vargas Llosa. Desde entonces, todos los analistas peruanos sacan a Humala de la izquierda y le colocan en un nacionalismo de centro con una pol¨ªtica econ¨®mica continuista con los gobiernos anteriores. Por eso rompi¨® con ¨¦l Ver¨®nika Mendoza, que ahora se presenta como una opci¨®n netamente de izquierda aunque si pasa a la segunda vuelta tambi¨¦n tendr¨¢ que moderarse para buscar votos en el centro.
Ver a gobernadores regionales en la c¨¢rcel no es algo raro en Per¨², un pa¨ªs donde la corrupci¨®n dinamita las instituciones y aleja a los ciudadanos de la pol¨ªtica. Entre 2014 y 2015, dos gobernadores regionales tuvieron ¨®rdenes de captura por asuntos de corrupci¨®n y permanecieron varios meses pr¨®fugos, por lo que fueron sustituidos en el cargo. El primero en presentarse a la justicia fue el expresidente regional de Ancash, C¨¦sar Alvarez. En marzo, un informante -motivado por una recompensa- permiti¨® la captura del gobernante regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, que llevaba nueve meses escondido. El exgobernador regional de Tumbes, Gerardo Vi?as, lleva m¨¢s de un a?o y medio pr¨®fugo de la justicia. Ninguno pertenece a un partido pol¨ªtico de dimensi¨®n nacional. La fragmentaci¨®n del poder en el nivel regional es enorme en Per¨². Solo Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, controla tres gobernaciones de las 25. Y es un r¨¦cord. El resto se divide en partidos locales.
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