Que la sociedad brasile?a vuelva a hacer sentir su voz

La sociedad brasile?a, que en los ¨²ltimos tiempos se apoder¨® de la calle para hacer sentir?su voz y su fuerza, va a tener ahora, en el desarrollo de la crisis pol¨ªtica, un protagonismo a¨²n mayor si cabe.

Nadie duda hoy de la importancia que la opini¨®n p¨²blica ha tenido en la salida de Dilma Rousseff de la presidencia y con ella del Partido de los Trabajadores (PT) y que ha comportado la llegada el gobierno interino del vicepresidente, Michel Temer.

En efecto, la mayor¨ªa de los carteles en las manifestaciones rezaban ¡°Fuera Dilma¡±, ¡°Fuera PT¡±.

?Entender¨¢ el presidente interino, que la sociedad ya no admite promesas vac¨ªas y mentiras en la boca de los que gobiernan?

Ahora que ambos ya est¨¢n fuera, por lo menos provisionalmente, esa sociedad cr¨ªtica deber¨¢?seguir vigilante para que los nuevos gobernantes hasta el 2018 y quienes ser¨¢n?elegidos entonces en las urnas, sean capaces de ofrecer algo mejor para que Brasil salga de?su profunda crisis econ¨®mica, ¨¦tica y pol¨ªtica.

Hay quien asegura que una de las dificultades que sufrieron Dilma y el PT fue el no haber?entendido que la sociedad les exig¨ªa cambios radicales, sea en la lucha contra?la corrupci¨®n como en la forma de hacer pol¨ªtica en este pa¨ªs.

?Se callar¨¢ ahora esa sociedad? ?Esperar¨¢ a ver si Temer es capaz de responder a sus?exigencias, a¨²n comprendiendo que, dada la profundidad de la crisis, no existen?f¨®rmulas milagrosas e instant¨¢neas, o le forzar¨¢n desde ya a ser m¨¢s atento a sus exigencias?

?Entender¨¢ el presidente interino, que la sociedad ya no admite promesas vac¨ªas y?mentiras en la boca de los que gobiernan?

Temer, por las circunstancias excepcionales con las que ha llegado a la presidencia, no tendr¨¢?el regalo de los cien d¨ªas de comprensi¨®n que se le otorgan a todo nuevo presidente.?Ser¨¢ juzgado ya por cada paso que d¨¦.

Ya lo est¨¢ siendo, por ejemplo, por la ausencia de mujeres en su nuevo gobierno, o la de negros o mestizos, que son ya mayor¨ªa en este pa¨ªs, o por haber escogido para ministros?un pu?ado de j¨®venes que no representan la novedad de un pa¨ªs en el que?sobresalen cada d¨ªa m¨¢s los j¨®venes emprendedores, con buena preparaci¨®n t¨¦cnica?e intelectual, capaces de conectar con la nueva sociedad cr¨ªtica y exigente.

?Caer¨¢ Temer, una vez advertido de sus primeros resbalones, en el pecado que hizo fracasar en buena parte a sus antecesores, de no ser capaz de admitir que puede haberse?equivocado y que deber¨¢ repensar algunas de sus decisiones?

Uno de los pecados capitales, tanto de Rousseff como del PT, fueron en estos a?os el no

haber sido capaces de admitir sus errores cuando se equivocaban y cuando la?sociedad se lo advert¨ªa.

No disminuye, sino que agiganta a los pol¨ªticos el ser capaces de entender que no son dioses,?que tambi¨¦n ellos se equivocan y que la sociedad les perdona mejor cuando son?sinceros.

Nos olvidamos, todos, con frecuencia, que la ciencia acierta s¨®lo despu¨¦s de haber errado mil?veces. Que no existen gobernantes infalibles y que quienes se creen tales, acaban tristemente desmentidos y castigados.

No les vendr¨ªa mal a los pol¨ªticos brasile?os desempolvar en estas horas algunos pensamientos del ir¨®nico y agudo dramaturgo y pensador alem¨¢n, Bertolt Brecht, aquel de la c¨¦lebre frase: "infelices las naciones que necesitan de h¨¦roes¡±.

En uno de sus escritos afirma: ¡°Hoy estoy con mucho trabajo. Preparo mi pr¨®ximo error¡±. Seg¨²n ¨¦l, ¡°de todas las cosas seguras, la m¨¢s segura es la duda¡±.

Otra cita de Brecht podr¨ªa servir tambi¨¦n de reflexi¨®n para el momento actual que vive el pa¨ªs, cuando advierte: ¡°Las crisis se producen cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo?no acaba de nacer¡±.

Y una frase suya enigm¨¢tica: ¡°?A d¨®nde fueron los alba?iles la noche que terminaron de construir la Muralla China?¡±

Los muros y murallas levantadas en el mundo, de piedras o ideol¨®gicas, llevan siempre el sabor amargo de la segregaci¨®n. Que los brasile?os, en estas horas dif¨ªciles, en vez de levantar muros que les separen, recuerden, que al final, todos somos m¨¢s parecidos de lo que nos imaginamos y que el mundo no se inventa cada d¨ªa.

?Recuerdan la historia del sabio griego Di¨®genes que viv¨ªa en la calle, despojado de todo, y?caminaba con un candil encendido ¡°en busca de un hombre¡±, es decir, de un no corrupto?

Ya entonces.

Se cuenta de ¨¦l que vi¨¦ndolo en un cementerio examinando los huesos de los muertos, al?preguntarle qu¨¦ hac¨ªa, respondi¨®: ¡°Quer¨ªa ver si distingu¨ªa los huesos de los?esclavos de los de sus amos, pero no lo consigo¡±.

Era tan poco codicioso del poder que cuando el emperador Alejandro Magno quiso?conocerlo, ya en su presencia, le dijo: "P¨ªdeme lo que quieras y te lo dar¨¦".

Di¨®genes, sin inmutarse, le respondi¨®: ¡°Quiero s¨®lo que te apartes, que me est¨¢s quitando el sol¡±.

La Historia acaba siendo siempre maestra.