Cascos azules montaron en L¨ªbano una red de tr¨¢fico de alimentos
La ONU y L¨ªbano investigan un fraude en la reventa de comida en supermercados libaneses
En la sede de la Fuerza Interina de la ONU para L¨ªbano (Unifil) se lleva a cabo actualmente una investigaci¨®n interna para aclarar el fraude en la reventa de raciones de comida que, destinadas al uso exclusivo de las tropas, han sido localizadas en las estanter¨ªas de supermercados libaneses. Alertado por consumidores locales, el Ministerio de Econom¨ªa liban¨¦s tambi¨¦n ha abierto una investigaci¨®n para esclarecer c¨®mo esos productos han llegado a los comercios p¨²blicos. Consultados por EL PAIS, tanto el portavoz de Unifil, Andrea Tenenti, como la directora general del Ministerio de Econom¨ªa, Alia Abbas, confirman las investigaciones en curso sin proveer m¨¢s detalles, y subrayan que el caso es confidencial. ¡°Unifil ha tomado las medidas apropiadas, que son internas a la misi¨®n y ello en estrecha coordinaci¨®n con el Cuartel General de la ONU¡±, declara mediante correo electr¨®nico Tenenti.
Seg¨²n los testimonios coincidentes de tres trabajadores internacionales y otros tres locales de Unifil a este diario, la fraudulenta red que ha originado la investigaci¨®n involucra tanto a conductores y comerciantes libaneses como a cascos azules a cargo de la recepci¨®n de alimentos en al menos cinco de los 21 puntos de distribuci¨®n con los que cuenta la misi¨®n para avituallar a unos 10.000 soldados. Los testimonios de R.D., trabajador de una empresa subcontratada que suministra v¨ªveres a las tropas y que despu¨¦s de que se abriera la investigaci¨®n de la ONU fue despedido bajo la sospecha de estar implicado en la trama, y el de otro trabajador vinculado a la red, aseguran que el monto de los beneficios obtenidos con la reventa ilegal supera los cuatro millones de euros en los ¨²ltimos cinco a?os.
Productos de Unifil en supermercados libaneses
¡°Hace d¨¦cadas que la comida de Unifil se vende en los supermercados libaneses¡±, dice Munir G., vecino de Tiro, al sur del L¨ªbano y a 20 kil¨®metros de Naqura, el cuartel general de las tropas de la ONU que vigilan el alto el fuego en la frontera con Israel. ¡°No se molestan ni en quitarles las etiquetas¡±, a?ade. Cuatro meses atr¨¢s, un consumidor protest¨® por la oferta de paquetes de fideos con la etiqueta ¡®No para la venta. Para el consumo interno de la ONU exclusivamente¡¯, en el supermercado Charcuter¨ªe Aun, en la periferia de Beirut. Meses antes, paquetes de gambas congeladas portando la misma etiqueta se vendieron en el supermercado Al Janoub, en Tiro. ¡°Pusimos una queja ante el departamento de protecci¨®n del consumidor del Ministerio de Econom¨ªa¡± dice Sandy Isa, quien denuncia a trav¨¦s de la p¨¢gina web Al Taharri los casos de fraude en L¨ªbano. ¡°Los productos fueron retirados inmediatamente pero no nos han dado m¨¢s informaci¨®n hasta ahora¡±, a?ade.
¡°Abrimos una investigaci¨®n¡±, confirma desde su oficina en Beirut Tarek Younes, director de la unidad Antifraude y Protecci¨®n del Consumidor del Ministerio de Econom¨ªa liban¨¦s. Younes asegura que el caso fue remitido a la directora general del Ministerio de Econom¨ªa, Alia Abbas, quien reitera a EL PAIS que los detalles son confidenciales. Un trabajador del Ministerio de Econom¨ªa, que prefiere no dar su nombre por miedo a perder su puesto de trabajo, asegura que tres personas de la Unidad de Seguridad de Unifil ¡ªdepartamento a cargo de las investigaciones internas¡ª visitaron en dos ocasiones a Abbas en los ¨²ltimos cuatro meses. ¡°Quer¨ªan saber qu¨¦ informaciones y pruebas hab¨ªa¡±, asegura.
Una trama fraudulenta y sist¨¦mica
Desde 2006 hasta 2015, la empresa italiana Es-Ko ha logrado contratos multimillonarias por los cuales se hace cargo de la compra y distribuci¨®n de alimentos para aprovisionar a las tropas de Unifil. En 2012, obtuvo una licitaci¨®n por valor de 132 millones de euros para suministrar alimentos y agua a cinco misiones de la ONU en el extranjero. Para operar en L¨ªbano, Es-Ko subcontrat¨® a una empresa local para que gestionara el personal. La empresa italiana es responsable del transporte de alimentos desde el almac¨¦n central, situado en la localidad de Kasmiyeh y dentro de la zona de operaciones, hasta los 21 puntos de distribuci¨®n donde operan los diferentes batallones. Desde 2007 hasta 2015, R.D., asalariado de la subcontrata libanesa, fue una de las cuatro personas a cargo de supervisar la distribuci¨®n bajo ¨®rdenes de Es-Ko. Su superior ha sido transferido tras finalizar su contrato en L¨ªbano. Los dos subordinados encargados del equipo de conductores han abandonado el pa¨ªs tras ser tambi¨¦n despedidos y acusados por la empresa de participar en la trama.
En 2010, R.D. inform¨® tanto a la subcontrata libanesa como a Es-Ko de las irregularidades que observ¨®. ¡°Me dijeron que necesitaban pruebas as¨ª que decid¨ª hacer creer a mis compa?eros que iba a participar en el fraude¡±, explica insistiendo en que nunca particip¨® de los beneficios, a pesar de haber sido acusado de ello por la empresa. R.D. asegura que esta red fraudulenta estuvo activa desde 2010 hasta 2015. Los testimonios de seis trabajadores internacionales y locales de Unifil, civiles y militares, confirman las informaciones provistas por R.D., que inculpan a soldados internacionales a cargo de la recepci¨®n de comida en cinco puntos de distribuci¨®n bajo el mando de los batallones de Italia, Ghana, Nepal, Malasia e Indonesia.
Lejos de tratarse de un caso aislado, los testimonios de los seis trabajadores, con amplia experiencia en la misi¨®n, indican que se trata de un sistema enraizado. Los soldados a cargo de la recepci¨®n de alimentos en cada punto de distribuci¨®n son relevados cada cuatro o seis meses. Una rotaci¨®n que implicar¨ªa a un m¨ªnimo de 50 cascos azules en dicho cargo entre los a?os 2010 y 2015. Informes confidenciales de la ONU filtrados por Wikileaks denuncian casos de fraude en a?os anteriores en la misi¨®n. ¡°La investigaci¨®n valora en 1,5 millones de d¨®lares [1,35 millones de euros] las p¨¦rdidas estimadas¡±, se lee en un informe interno de 2007 relativo a la reventa ilegal de suministros para las tropas a comerciantes locales libaneses. Un patr¨®n de fraude que ya fue detectado en 2006, seg¨²n el mismo informe, y posteriormente, seg¨²n la auditor¨ªa realizada en 2009.
En un caf¨¦ de Beirut, R.D. detalla como funciona el sistema fraudulento. Las ¨®rdenes de compra de cada batall¨®n se reciben en el almac¨¦n central donde opera Es-Ko junto a un oficial de Unifil. Las raciones de comida son distribuidas semanalmente por los conductores subcontratados a bordo de siete camiones con capacidad total para 80 toneladas. Los productos se distinguen entre congelados (mayoritariamente importados), comida seca, y frutas y vegetales (comprados en L¨ªbano). Las puertas de los camiones son selladas a la salida del almac¨¦n con un cierre met¨¢lico, cuyo c¨®digo se refleja en una nota de entrega. Las notas de entrega, donde se detallan las cantidades y los productos cargados en los camiones, han de ser firmadas por el soldado responsable de la recepci¨®n de alimentos en cada base, tras cotejar la carga y el c¨®digo del sello met¨¢lico. Dos trabajadores del almac¨¦n confirman que estas notas de entrega fueron firmadas y, por lo tanto, autorizadas por los soldados de Unifil a cargo de los puntos de recepci¨®n en las bases militares durante esos a?os.
¡°Antes de salir del almac¨¦n, los conductores env¨ªan las notas de entrega por whatsapp a los cascos azules a cargo de los puntos de distribuci¨®n, quienes cotejan esta nota con los stocks disponibles en las bases. Despu¨¦s de ver los excedentes que tienen en el almac¨¦n, le comunican al conductor los productos y cantidades que habr¨¢n de permanecer en los camiones una vez finalicen la descarga¡±, relata R.D. Tras abandonar la base militar, los conductores revenden el remanente de comida a compradores locales con los que han pactado previamente el precio.
Un fraude de cuatro millones de euros en cinco a?os
¡°Estamos hablando de un m¨ªnimo de 13.000 euros mensuales por punto de distribuci¨®n¡±, calcula R.D. Estas cifras ata?en a tan s¨®lo cinco de los 21 puntos que nutren a las tropas y alcanzan los 4 millones de euros en el ¨²ltimo lustro. Lo que supone un 5,7 % del presupuesto anual de 14 millones de euros destinados a alimentar a los uniformados de Unifil. Un trabajador liban¨¦s implicado en la trama, que prefiere mantener el anonimato, confirma la cifra y asegura que las ganancias son repartidas entre los soldados internacionales y los conductores libaneses part¨ªcipantes. ¡°No es fraude, sino un negocio con una comida que, de todas formas, sobra y cuyos ingresos pueden doblar, o triplicar, el sueldo mensual de 870 euros que cobran los conductores¡±, dice. En cuanto al beneficio extra¨ªdo por los comerciantes libaneses, ¨¦stos obtienen un producto de alta calidad y exento de tasas a un precio que puede ser un 50% por debajo de su valor real seg¨²n describe un informe confidencial de la ONU filtrado por Wikileaks, en relaci¨®n al mismo patr¨®n fraudulento en la misi¨®n de Liberia.
Tras identificar stocks descompuestos por falta de consumo, diversas auditorias de la ONU se?alan que hay excedente de alimentos destinados a las tropas. Ese recurrente exceso de stocks ha permitido el desarrollo de una red fraudulenta y lucrativa para un pu?ado reducido de soldados internacionales y trabajadores locales en la cadena de distribuci¨®n. Ghana (con 870 cascos azules) e Italia (con 1.206 soldados y actualmente al mando del destacamento) son los dos batallones m¨¢s activos en la reventa ilegal de comida, entre los cinco se?alados tanto R.D como por otros seis trabajadores internacionales y locales de Unifil.
Frente a las acusaciones vertidas, este diario intent¨® contactar con los responsables de los cinco batallones mencionados as¨ª como con los departamentos de Raciones de Alimentos y de Seguridad Interna de Unifil siendo sistem¨¢ticamente remitidos para toda declaraci¨®n oficial al portavoz de la misi¨®n en L¨ªbano, Andrea Tenenti, quien declina entrar en detalles sobre la fraudulenta red, alegando v¨ªa correo electr¨®nico que no se puede "especular hasta que la investigaci¨®n no est¨¦ concluida".
¡°En una ocasi¨®n y pocos d¨ªas despu¨¦s de un reparto, los soldados ghaneses se quejaron de que pasaban hambre porque sus frigor¨ªficos estaban vac¨ªos¡±, asegura R.D. ¡°Se abri¨® una investigaci¨®n interna en el batall¨®n ghan¨¦s tras la reventa de paquetes de noodles a comerciantes locales¡±, cuenta uno de los trabajadores de Unifil. ¡°Result¨® que los soldados malayos revendieron el excedente de fideos a trav¨¦s de la mediaci¨®n de los cascos azules ghaneses, que disponen de un amplio circuito de clientes locales¡±, a?ade este extrabajador.
Consultada por correo electr¨®nico el 24 de marzo de 2016, la directora de la Divisi¨®n Interna de la Oficina de Servicios de Supervisi¨®n Interna de Naciones Unidas (OIOS), Eleanor Burns, remite a este diario a las las auditor¨ªas anuales que asegura son de acceso p¨²blico desde 2013 a trav¨¦s de la p¨¢gina web oficial. Sin embargo, no est¨¢n disponibles. Seg¨²n informaciones provistas por tres trabajadores internacionales y locales de Unifil, la auditor¨ªa interna inicialmente prevista para el pr¨®ximo mes de setiembre en L¨ªbano ha sido adelantada de seis meses. Lleva cinco semanas en marcha y est¨¢ siendo ¡°inusualmente exhaustiva respecto a a?os anteriores¡±. Los repetidos casos de fraude se?alados en los informes internos o confidenciales filtrados por Wikileaks repiten la necesidad de instaurar medidas de control que prevengan el fraude, como el uso de medidores el¨¦ctricos para el consumo de combustible o inventarios de stock para los alimentos.
Generalmente, los productos m¨¢s atractivos para los vendedores locales son los congelados, por su alto precio, y las gambas, por su alta demanda. Este producto dio pie hace un a?o a la investigaci¨®n interna de la ONU, actualmente en curso, al ser localizado en varios supermercados libaneses con la citada etiqueta que proh¨ªbe su comercializaci¨®n. ¡°En 2015, conforme subieron los precios en el mercado local aument¨® la demanda de gambas, y sobre todo en los batallones de Italia y Ghana¡±, asegura un antiguo trabajador liban¨¦s del almac¨¦n central. El presupuesto destinado al consumo de gambas para los cascos azules supera el medio mill¨®n de euros anuales.
En la ma?ana del 9 de abril de 2015, R. D., junto con otros dos responsables de la cadena de supervisi¨®n de la distribuci¨®n, fueron despedidos cuando tanto Es-Ko como la subcontrata local tomaron finalmente medidas contra la fraudulenta red denunciada cinco a?os atr¨¢s. R.D asegura que ning¨²n empleado de la ONU le ha contactado en relaci¨®n a la investigaci¨®n en curso. Hasta ahora, no ha trascendido que ning¨²n soldado haya sido sancionado. Sin embargo, la empresa italiana y los conductores supuestamente implicados contin¨²an trabajando hoy en la distribuci¨®n de alimentos en calidad de asociados de la empresa kuwait¨ª KGL, a cargo de suministrar alimentos a Unifil desde 2014.
Unifil cumple 38 a?os en L¨ªbano
El pasado mes de marzo, se cumplieron 38 a?os desde que las tropas de Unifil fueron desplegadas en el sur del L¨ªbano. Bajo el r¨ªo Litani, que delimita la zona de operaci¨®n de los cascos azules, 10.500 soldados y 1.000 civiles de 40 nacionalidades velan hoy por mantener la paz en la frontera l¨ªbano-israel¨ª, feudo del partido-milicia liban¨¦s Hezbol¨¢.
Unifil ha contribuido a reducir la violencia en una frontera que ha protagonizado 15 a?os de guerra civil, 18 bajo ocupaci¨®n israel¨ª y cuyo ¨²ltimo conflicto se remonta a 2006, cuando los enfrentamientos entre el Ej¨¦rcito israel¨ª y Hezbol¨¢ dejaron 1.191 muertos, la gran mayor¨ªa de ellos civiles libaneses. La interposici¨®n de los cascos azules, aunque no ha logrado evitar el tr¨¢nsito de armas de fuego ligeras, s¨ª ha logrado reducir el de armamento pesado. Desde el inicio de la misi¨®n en 1978, han muerto en servicio 309 soldados, 12 de ellos espa?oles. El cabo Francisco Javier Soria Toledo ha sido la ¨²ltima v¨ªctima mortal bajo artiller¨ªa israel¨ª, en enero de 2015.
Su presencia sirve como fuerza disuasoria en el plano militar, de intermediaci¨®n en el pol¨ªtico y como motor econ¨®mico. Cuenta con un presupuesto de unos 500 millones de euros anuales, ofertando licitaciones multimillonarias. Espa?a, que participa en la misi¨®n desde 2006 y contribuye hoy con 612 soldados, es uno de los candidatos para relevar este verano a Italia al mando del destacamento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.