La UE, el FMI y el BCE se al¨ªan para alentar la salida de la crisis en Grecia

Grecia luch¨® contra la austeridad y la troika, y la austeridad y la troika a punto estuvieron de llev¨¢rsela por delante el verano pasado. Casi un a?o despu¨¦s, Atenas ha vuelto al redil, ha aprobado la en¨¦sima ronda de recortes y con ello se ha ganado, despu¨¦s de una buena somanta de palos que dura ya siete a?os ¡ªy que incluye un paro del 25% y una destrucci¨®n del PIB del 25% a pesar de los centenares de miles de millones en supuestas ayudas que no son sino cr¨¦ditos subvencionados¡ª, la primera zanahoria casi digna de ese nombre.

El Eurogrupo aprob¨® en la madrugada del mi¨¦rcoles un preacuerdo para liberar fondos y evitar as¨ª la amenaza de suspensi¨®n de pagos de Grecia. Y acord¨® tambi¨¦n una reestructuraci¨®n de deuda gradual, llena de vagas promesas y condicionada al calendario electoral alem¨¢n, pero que sabe a gloria en el pa¨ªs mediterr¨¢neo.

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El BCE se sum¨® a la fiesta: dio indicaciones de que en apenas unos d¨ªas puede volver a aceptar la deuda griega como colateral. Se trata de un buen primer paso para acabar incluyendo en el futuro los bonos griegos en el programa multimillonario de compra de bonos de Fr¨¢ncfort, que tiene las primas de riesgo ¡ªel indicador del miedo durante la crisis del euro¡ª en m¨ªnimos.

Eso es lo que necesita Grecia, pero a¨²n queda lejos. Como tambi¨¦n quedan lejos las etapas fundamentales de la mil y una veces prometida reestructuraci¨®n de deuda, que a corto plazo ser¨¢ extremadamente t¨ªmida. Pero los mercados reaccionaron al alza a esa inyecci¨®n de confianza, con subidas en las Bolsas y rebajas en los intereses de los bonos en Grecia y en toda la periferia europea. Y el Gobierno del otrora radical Alexis Tsipras aplaudi¨® el arre¨®n europeo con un optimismo que no se le conoc¨ªa desde hace tiempo: ¡°Por primera vez, las medidas sobre la deuda est¨¢n sobre la mesa, y si se recupera la confianza el regreso a los mercados estar¨¢ m¨¢s cerca y la econom¨ªa griega se podr¨ªa beneficiar de los nuevos vientos favorables¡±, aseguraron fuentes del Ejecutivo heleno.

Un terremoto de magnitud 5,5 sorprendi¨® ayer a los habitantes de Creta, una de las islas griegas. A m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de all¨ª se produc¨ªa una sacudida de mayor calibre en Bruselas: Europa y sobre todo Alemania acababan de reconocer lo inevitable. La deuda griega ¡ª300.000 millones de euros, el 180% del PIB¡ª es impagable. Atenas necesita una reestructuraci¨®n ambiciosa si la troika quiere evitar que el tercer rescate termine como los anteriores, en un sonoro fiasco. El Fondo exig¨ªa un recorte m¨¢s ambicioso en las condiciones de pago de la deuda, pero Berl¨ªn impone gradualismo: apenas ligeras ampliaciones de los plazos de devoluci¨®n y recortes a¨²n m¨¢s leves de intereses a corto plazo, y medidas m¨¢s espl¨¦ndidas en el medio y el largo plazo, una vez pasen las elecciones alemanas.

Condicionalidad alemana

La canciller Merkel tem¨ªa que la generosidad con Grecia diera alas a la extrema derecha, y por eso la reestructuraci¨®n se har¨¢ por etapas, y siempre que Grecia cumpla sus compromisos. El FMI sigue a bordo, pero no pondr¨¢ un solo euro hasta dentro de unos meses: antes quiere asegurarse de que la deuda es sostenible ¡°con una alta probabilidad¡±, seg¨²n dijo Poul Thomsen, ejecutivo del Fondo. Ser¨¢ el propio FMI quien haga los n¨²meros sobre la ampliaci¨®n de plazos y la rebaja de intereses desde 2017 para que la instituci¨®n que lidera Christine Lagarde acceda a arrimar el hombro con dinero contante y sonante.

Berl¨ªn se muestra un poco m¨¢s razonable, pero que nadie espere grandes alegr¨ªas: ¡°No hay cambios sustanciales en el programa griego, por lo que no es necesario un voto en el Bundestag¡±, dijo con sequedad Wolfgang Sch?uble, el ministro de Finanzas alem¨¢n, anteriormente conocido como el m¨¢s europe¨ªsta de los miembros del gabinete de Merkel. Entre los comentaristas no falt¨® la permanente apelaci¨®n al ¡°acuerdo hist¨®rico¡±, en boca del jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. En Grecia, cada vez que se anuncia una nueva era se renueva la eterna desventura: quiz¨¢ por ello el ministro griego, Euclides Tsakalotos, fue m¨¢s comedido y manifest¨® ¡°cierto grado de optimismo¡± tras un pacto que est¨¢ llamado a romper el c¨ªrculo vicioso de ¡°recesi¨®n, ajustes y m¨¢s recesi¨®n¡± en Grecia. Queda por ver qu¨¦ hace el FMI. Y sobre todo qu¨¦ hace el BCE, apagafuegos en todos los incendios de la eurozona.

Con un alma mitad balc¨¢nica, mitad mediterr¨¢nea y con una econom¨ªa de cart¨®n piedra baqueteada por siete a?os de vacas muy, muy flacas, lo de Grecia no es un camino de rosas. El pa¨ªs sigue en recesi¨®n, aunque la temporada tur¨ªstica puede mejorar con creces el desastroso 2015 de las islas griegas, sumidas en un corralito que hizo mucho da?o. Bruselas prev¨¦ crecimiento en la segunda mitad del a?o, y un fuerte avance del PIB en 2017, pero los pron¨®sticos de Bruselas en Grecia carecen de la m¨ªnima credibilidad. Con un Tsipras que pierde apoyos a marchas forzadas y una enorme fatiga social por la sucesi¨®n de reformas, recortes y dem¨¢s, el acuerdo quiz¨¢ no sea m¨¢s que una reestructuraci¨®n de baja intensidad, cuyo impacto est¨¢ a¨²n por cuantificar. Pero alienta la salida de la crisis en Grecia. Y elimina una de las incertidumbres previas al refer¨¦ndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE. Esa es la pr¨®xima etapa de la odisea europea, ahora que la odisea griega parece haber encontrado un moment¨¢neo remanso de paz.