De pel¨ªcula (La Cumbre, Valle del Cauca)
El mundo est¨¢ lleno de personajes y de hechos ¡°de pel¨ªcula¡±, y sin embargo hay unos tan evidentes como la carrera del profesor C¨¢rdenas
Cada vida es un drama, y sin embargo en el mundo hay dramas m¨¢s obvios que otros. Por ejemplo, el profesor Rub¨¦n Dar¨ªo C¨¢rdenas, de 58, es el personaje que es cualquier profesor que usted recuerde ¨Cel arcano, el arquetipo que mejor le sirva¨C, pero adem¨¢s, luego de dar clases durante mucho tiempo, est¨¢ cumpliendo once a?os de ser el rector de las siete sedes de la instituci¨®n educativa del municipio de La Cumbre, Valle del Cauca. Lo que significa que le ha dedicado su vida a educar a los campesinos de su tierra, que es suya desde que lleg¨® cuando era ni?o, para que no se vayan a las ciudades por las razones equivocadas, para que conviertan en pregunta la certeza de que todo es m¨¢s cierto, y es mejor, en otra parte. Y hoy en d¨ªa tiene cerca de cuatrocientos alumnos, y va a pie y en bicicleta a verlos a todos.
No ha sido nada f¨¢cil ser profesor en La Cumbre en estos veintisiete a?os. C¨¢rdenas, vivo e incansable, lleg¨® a decirles a sus disc¨ªpulos ¡°de este sal¨®n no nos vamos hasta que no pegue un tiro en el tablero¡± porque hubo un tiempo en que fue com¨²n ver los rel¨¢mpagos y escuchar los truenos de los disparos de los paramilitares del Frente Yumbo del Bloque Pac¨ªfico. Y sus alumnos ¨Ceducados por ¨¦l y por sus profesores para la vida, para el d¨ªa, pues para algo ha de servir la educaci¨®n¨C le han estado haciendo caso y han preferido quedarse en la tierra con el fin de producir aceites vegetales y panes de zapallo para que la escuela no se quede esperando como el coronel de la novela los recursos que le deben, y dentro de poco pueda construirse una universidad en la ladera verde que fue el dominio de las bandas sanguinarias.
El mundo est¨¢ lleno de personajes y de hechos ¡°de pel¨ªcula¡±, y sin embargo hay unos tan evidentes como la carrera del profesor C¨¢rdenas. Su rutina ¨¦pica, peque?a pero ¨¦pica, es la odisea de la ni?a profesora del largometraje Ni uno menos, pero durante veintisiete a?os m¨¢s. Su trabajo, que se niega a la queja y elude el peligroso adjetivo ¡°quijotesco¡± ¨Cporque s¨ª ha habido remedio¨C, es quiz¨¢s la mejor manera de enfrentar la lentitud exasperante del Estado: ¡°nosotros desde las escuelas gestionamos y no esperamos con los brazos cruzados a que se nos resuelvan nuestras dificultades¡±, repite, y quiere decir, ni m¨¢s ni menos, que su escuela rural podr¨ªa ser una escuela fantasma porque es p¨²blica, pero que ellos tomaron la decisi¨®n de no serlo.
Por todo eso, por conseguir que los campesinos de ahora vuelvan a ser tan cultos como los de antes, por lograr que se salven de los temores del pasado y de las trampas del presente en el ojo del hurac¨¢n, y conozcan, de nuevo, su tierra, C¨¢rdenas fue elegido el jueves pasado en Bogot¨¢ como el Gran Rector de la XVIII edici¨®n del respetado Premio Compartir. Y es una suerte dar con alguien que venga de la academia pero la haya digerido a tiempo. Y es un alivio su fe de profesor que se la juega toda por una educaci¨®n que vuelva a servirle a la sabidur¨ªa. Pero su experiencia es una pista para resolver el enigma de la Colombia que va quedando cuando los conflictos terminan y el Estado tiene otra oportunidad de ponerse al d¨ªa.
No digo la oportunidad de ¡°imponerse¡± como otro infructuoso imperio de los que sabemos, no, sino la de permitir que las soluciones vengan de adentro, la de dejar en paz la tierra. En La Cumbre, que ha sido un sitio tranquilo a pesar de todo, no esperan la generosidad, sino el apoyo de sus decisiones. Desde las ciudades suele pensarse que vivir en el campo es carecer de ciudad, esperar, en vano, ser notado: ¡°qu¨¦ pobreza la de ese caser¨ªo¡¡±, piensan los turistas que juzgan por su condici¨®n. Pero a La Cumbre le ha bastado con librarse de la guerra para tener una escuela que repara.
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