El estupro pol¨ªtico
Cada vez que la clase pol¨ªtica usa la fuerza contra los m¨¢s d¨¦biles, est¨¢ llevando a cabo un estupro moral colectivo
De la verg¨¹enza del estupro sexual ya se ha escrito todo con motivo de la tragedia sufrida por la adolescente de R¨ªo de Janeiro a manos de un pelot¨®n de machos violentos.
Existe, sin embargo, otro tipo de estupro, que no debe olvidarse en estos momentos, que vive Brasil, cuyas v¨ªctimas son no son ¨²nicamente las mujeres, sino millones de ciudadanos.
Es la violencia impuesta por la clase pol¨ªtica a la parte m¨¢s d¨¦bil de la sociedad, que se siente v¨ªctima impotente frente a sus corrupciones y atropellos.
La mujer es, en nuestra sociedad machista, real y simb¨®licamente, objeto de violencia y no s¨®lo sexual, v¨ªctima de los prejuicios at¨¢vicos que, desde las cavernas, la considera inferior y sometida al poder masculino.
Existen, sin embargo, otras categor¨ªas de personas igualmente violentadas f¨ªsica y moralmente fuera de la esfera sexual.
El vocablo estupro procede del latin stuprum, que significa deshonor, verg¨¹enza p¨²blica. En sentido judicial, simboliza ¡°el empleo de la fuerza contra alguien m¨¢s d¨¦bil¡±, comprendida la violencia sexual, pero no s¨®lo. En la ra¨ªz indoeuropea, estupro significa golpear.
Si estupro, originalmente, indica la fuerza ejercida contra alguien m¨¢s d¨¦bil, cada vez que la clase pol¨ªtica, a trav¨¦s de sus instituciones, usa la fuerza contra los marginados, est¨¢ llevando a cabo un estupro moral colectivo.
En ese sentido todas las heridas sociales producidas por las crisis econ¨®micas, las violencias policiales, generalmente contra pobres y negros, las mentiras que enga?an la buena fe de las personas sencillas, la corrupci¨®n que impide mejoras en la educaci¨®n, la salud o la cultura, son tambi¨¦n un estupro.
Lo son el despilfarro y los privilegios de los gobernantes ante los ojos de familias que aun trabajando duro, no consiguen acabar el mes sin endeudarse, ni pueden ofrecer a sus hijos una formaci¨®n que les prepare para un futuro mejor que el que ellos vivieron.
Son v¨ªctimas de estupro los millones de desempleados, los j¨®venes sin futuro, las mujeres que, a¨²n mejor preparadas que los hombres, ganan siempre menos que ellos.
Etimol¨®gicamente, estupro significa tambi¨¦n, ¡°verg¨¹enza p¨²blica¡±. En ese sentido hoy podr¨ªamos decir que la gran masa de la sociedad de este pa¨ªs est¨¢ sufriendo un estupro colectivo, gracias al espect¨¢culo que ofrecen sus pol¨ªticos y gobernantes, que parecen moverse no para mejorar las condiciones de vida de los que m¨¢s sufren el azote de la crisis, sino para mantenerse en sus cargos, para salvarse de los tribunales que les piden cuentas, o para medrar econ¨®micamente.
El esc¨¢ndalo del estupro colectivo e indecente de la joven adolescente de R¨ªo ha sido rechazado con estupor e indignaci¨®n por una sociedad que est¨¢ madurando en el respeto y defensa de los derechos humanos
Ello deber¨ªa servir tambi¨¦n de alerta para decir no a ese otro estupro moral y colectivo al que las pr¨¢cticas pol¨ªticas machistas de las viejas iglesias de caciques, sin distinci¨®n de ideolog¨ªas, condenan al tejido m¨¢s fr¨¢gil de la sociedad.
El estupro moral, social y pol¨ªtico puede, a veces, doler y hasta matar, tanto o m¨¢s que el de la carne.
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