¡°Tristeza es un p¨¢jaro muerto¡±
?Cuanto habr¨¢ que esperar para volver a ver la fotograf¨ªa de un Brasil feliz?
¡°Tristeza es un p¨¢jaro muerto¡±, dice el escritor y periodista espa?ol Juan Cruz en su obra El ni?o descalzo (Alfaguara, Madrid, 2015).
La alegr¨ªa, al rev¨¦s, es ver volar a los p¨¢jaros.
?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil entonces fotografiar la felicidad? Imag¨ªnense un lienzo en blanco donde proyectar una foto interesante y llamativa para un concurso. ?Escoger¨ªan un tema que evoque felicidad o violencia?
En una exposici¨®n de fotograf¨ªa en el Museo Franz Mayer, de M¨¦xico, organizada por la World Press Photo, siete de las nueve im¨¢genes premiadas entre 108.000 (hechas por 5.847 fot¨®grafos de 126 pa¨ªses) no presentaban ni un rasgo de felicidad. Eran todas, tristes, amargas o de violencia.
Existen pocas pel¨ªculas con final feliz. ?Por qu¨¦ la felicidad atrae menos la curiosidad que la desgracia?
?Por qu¨¦ existen l¨¢grimas felices y l¨¢grimas amargas, mientras no existen sonrisas de dolor?
Y sin embargo el dolor no es inconciliable con la felicidad. He visto sonre¨ªr felices a personas en sillas de ruedas y personas infelices nadando en la abundancia y la salud.
Si el mundo sigue existiendo, ense?a Freud, es porque en nosotros prevalece el impulso de vida ante el de destrucci¨®n. Es la fuerza del Eros, de la reproducci¨®n, contra el Thanatos, la muerte y la violencia.
Si en el mundo es mayor el deseo de vivir, de alcanzar nuestros sue?os, que el de morir, ?por qu¨¦ resulta tan dif¨ªcil manejar la felicidad? ?Por qu¨¦ est¨¢ desprestigiada, vista como ?o?a, poco masculina, mientras atraen la violencia o la tragedia?
?Por qu¨¦ en los peri¨®dicos suelen tener mayor tir¨®n las noticias sobre las desgracias?
Existe solo una excepci¨®n: las noticias que provienen de la ciencia, la medicina o la tecnolog¨ªa.
Quiz¨¢s exista en ello un trasfondo psicoanal¨ªtico y est¨¦n estrechamente relacionadas con el deseo de seguir vivos y sanos, al referirse a la lucha contra la enfermedad y la muerte. Son noticias de superaci¨®n.
En esa atracci¨®n o curiosidad por las malas noticias, las cat¨¢strofes y las violencias, puede esconderse tambi¨¦n la sensaci¨®n de sentirnos protegidos, afirma la psicolog¨ªa. Como si pens¨¢semos: yo no estaba en ese avi¨®n que se ha estrellado o en ese tsunami. Me he salvado. O yo nunca cometer¨ªa ese crimen horrendo. No ser¨ªa un corrupto.
?Necesitamos de los malos para sentirnos buenos?
Quiz¨¢s por ello hayan fracasado todas las tentativas de crear peri¨®dicos de noticias positivas o ejemplares, como a veces se intent¨®. No tienen lectores.
Sigue en pie la pregunta: ?por qu¨¦ resulta tan dif¨ªcil manejar la felicidad? Mucho m¨¢s en tiempos de crisis como la que est¨¢ viviendo Brasil, donde esa palabra parece ofensiva. Son otras las im¨¢genes que interesan y atraen en las redes sociales en este momento de perplejidad frente al futuro. Abunda m¨¢s la ira que el di¨¢logo, el derrotismo que la esperanza de recomenzar.
?Cu¨¢nto habr¨¢ que esperar para poder ver de nuevo la fotograf¨ªa del Brasil feliz?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.