La ¨²ltima bala del independentismo escoc¨¦s
El 'Brexit' podr¨ªa desencadenar un segundo refer¨¦ndum de secesi¨®n en un momento con pocas opciones de victoria
Los verdaderos entendidos, los puristas, sonr¨ªe Peter Winning, toman el whisky escoc¨¦s solo. Quiz¨¢, con un poco de agua. Esa es la manera correcta de beber el producto nacional escoc¨¦s, alecciona este abogado de 52 a?os mientras apura el destilado ambarino en un pub del casco viejo de Edimburgo. El whisky, como el tart¨¢n, bromea el encorbatado Winning, es la carta de presentaci¨®n de Escocia en el mundo y ser¨ªa uno de los grandes perjudicados si los brit¨¢nicos votan abandonar la Uni¨®n Europea en el refer¨¦ndum del pr¨®ximo 23 de junio. Cada segundo, Escocia env¨ªa al extranjero 38 botellas del destilado, la mayor¨ªa a pa¨ªses de la UE; un mercado que zozobrar¨ªa de veras si deja de beneficiarse de los acuerdos comunitarios de libre comercio.
Pero tragos aparte, Escocia observa con cautela el debate sobre la permanencia de Reino Unido en la UE. Y no s¨®lo porque los escoceses sean ¡ªjunto a los norirlandeses¡ª los m¨¢s proeuropeos de las cuatro naciones que componen el pa¨ªs, seg¨²n todas las encuestas. Tambi¨¦n porque una eventual salida del club comunitario pondr¨ªa en una complicada situaci¨®n a la regi¨®n de 5,3 millones de habitantes, que hace dos a?os decidi¨® por un margen de 10 puntos ¡ª55% frente a 45%¡ª seguir formando parte de un Reino Unido miembro de la Uni¨®n. El Brexit no s¨®lo tendr¨ªa efectos para la industria del whisky y los 5.200 millones de euros que ingresa al a?o gracias a las exportaciones, sino que podr¨ªa detonar un segundo refer¨¦ndum de independencia al norte del muro de Adriano.
As¨ª lo ha advertido la ministra principal de Escocia, la nacionalista Nicola Sturgeon. Su partido, el SNP, apoya en bloque y sin apenas fisuras la opci¨®n de permanecer en la UE. Pr¨¢cticamente el ¨²nico punto que tiene en com¨²n con el primer ministro brit¨¢nico, el conservador David Cameron, que los ¨²ltimos d¨ªas, acosado por las encuestas que dan ventaja al Brexit, ha ondeado por primera vez en la campa?a la carta del miedo a la secesi¨®n. Pero la amenaza de una nueva consulta en Escocia es matizable. El SNP sabe que le queda una ¨²nica bala para celebrarla. Y la situaci¨®n actual no es la m¨¢s id¨®nea para dispararla. El precio del petr¨®leo ¡ªcrucial para que la independencia sea viable¡ª est¨¢ hoy m¨¢s bajo que en 2014, cuando el miedo a las consecuencias econ¨®micas se impuso al sentimiento independentista. La situaci¨®n pol¨ªtica tampoco ha mejorado, porque aunque el SNP de la carism¨¢tica Sturgeon ha logrado un hist¨®rico tercer mandato consecutivo en las elecciones municipales del pasado mayo, ha perdido la mayor¨ªa absoluta en el Parlamento Escoc¨¦s.
¡°En el movimiento a favor de la independencia de Escocia, y no s¨®lo en el SNP, hay una visi¨®n clara de que si se pierde otro refer¨¦ndum la oportunidad se habr¨¢ desperdiciado para varias d¨¦cadas; as¨ª que no van correr riesgos¡±, reflexiona la analista pol¨ªtica Kirsty Hughes, del laboratorio de ideas Friends of Europe. As¨ª, aunque no lo reconoce abiertamente, el SNP prefiere reservar su bala. ¡°Estamos centrados en trabajar duro por la permanencia en la UE, por el proyecto compartido de prosperidad y justicia social. Desde luego no por el aislamiento de Europa¡±, reclama el diputado nacionalista Tom Arthur en una de las salitas del Parlamento Escoc¨¦s, al final de la Royal Mile, la principal arteria del viejo Edimburgo que lleva desde el Castillo hasta el Palacio de Holyrood, la residencia oficial de la reina.
De aislamiento habla tambi¨¦n la gestora cultural Sara McKinlay, que incide en que en la consulta de 2014 apost¨® por permanecer en Reino Unido. ¡°No necesitamos m¨¢s fronteras, sino menos. Escocia siempre ha sido una naci¨®n abierta y acogedora¡±, reclama agitando la melena pelirroja. Para Mckinlay, que dedica gran parte del a?o a preparar el festival art¨ªstico de Edimburgo, que cada verano atrae a esta ciudad a miles de personas de todo el mundo, la victoria del Leave (salir) supondr¨ªa un tremendo shock. Sobre todo si, como indican las encuestas, son los votos de ingleses y galeses los que provocan la salida de la Uni¨®n.
Fumando un cigarrillo a resguardo de la fina llovizna de junio, su amigo Crieg no est¨¢ de acuerdo. ¡°Yo creo en la independencia de Escocia; y el camino m¨¢s corto para lograrla es el Brexit¡±, sostiene. Un argumento similar al de David Robertson, ministro de la Iglesia Libre de San Pedro de Dundee, la cuarta ciudad m¨¢s poblada de Escocia y uno de los grandes bastiones independentistas. Robertson tambi¨¦n apoya el Brexit. "Es, con mucha diferencia, la mejor opci¨®n para Escocia. Y lo es por una simple cuesti¨®n de democracia: debemos poder elegir a quienes nos gobiernan; y la UE no es m¨¢s que un club corporativo para ricos", afirma el ministro presbiteriano, que critica al critica al SNP por apoyar la pertenencia al club comunitario en lugar de la pura autodeterminaci¨®n.
Analistas como Hughes, no obstante, disienten sobre la facilidad de cuadrar en la agenda un segundo refer¨¦ndum como causa-efecto del Brexit. Primero porque es Westminster quien tiene las competencias para?convocar otra consulta, y no es probable que el Parlamento brit¨¢nico, que tendr¨ªa por delante un largo periodo de negociaci¨®n con la UE sobre las condiciones de su abandono y su futuro estatus, se imponga como prioridad un nuevo refer¨¦ndum en Escocia. Y segundo, porque si finalmente se celebra la consulta, Edimburgo tendr¨¢ que explicar a los votantes c¨®mo va a comerciar con Inglaterra cuando la frontera entre los dos se haya convertido en la frontera exterior de la UE. Y de esta, el whisky escoc¨¦s tampoco se salva.
Inestabilidad pol¨ªtica
Pase lo que pase el pr¨®ximo d¨ªa 23 de junio, la situaci¨®n pol¨ªtica en Reino Unido ser¨¢ compleja. Una victoria de la permanencia en el club comunitario, pero por un estrecho margen, podr¨ªa significar que los votantes escoceses y los norirlandeses han mantenido a Inglaterra dentro de la UE.
¡°Ir¨®nicamente, mientras Bruselas estar¨ªa satisfecha con los votos escoceses proeuropeos, tambi¨¦n estar¨ªa preocupada por un futuro refer¨¦ndum de independencia. Adem¨¢s, si en cinco o seis a?os Escocia vota por la secesi¨®n, esto puede provocar que Inglaterra ¡ªsi all¨ª el voto por dejar de ser Estado miembro fuera mayoritario¡ª demande una segunda consulta sobre la permanencia¡±, apunta la analista Kirsty Hughes.
El debate pol¨ªtico y las ramificaciones derivadas del refer¨¦ndum sobre el Brexit continuar¨¢n en un pa¨ªs que, desde el plebiscito del a?o 1975 sobre la permanencia en la Comunidad Econ¨®mica Europea, le ha tomado el gusto a las consultas. "Son un buen ejercicio democr¨¢tico", apunta el diputado del SNP Tom Arthur, que lamenta que los europeos residentes en Reino Unido no puedan manifestar su opini¨®n. Tampoco los j¨®venes de 16 y 17 a?os, que si pudieron votar en el refer¨¦ndum escoc¨¦s de 2014, podr¨¢n hacerlo.
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