?Y si Cunha hubiera salvado a Rousseff?

No voy a defender a Cunha. Simplemente, porque no tiene defensa. Deber¨ªa estar en la c¨¢rcel. Ya denunci¨¦ en esta columna la aberraci¨®n a?adida de un evang¨¦lico como ¨¦l, al colocar el nombre de Jes¨²s.com a coches de superlujo comprados con dinero de la corrupci¨®n, as¨ª como el despilfarro vergonzoso del lujo de su mujer.

A Cunha ya lo ha condenado la opini¨®n p¨²blica con mayor fuerza que los mismos tribunales. Es una fiera herida pol¨ªticamente de muerte. Empiezan a abandonarle hasta los suyos, porque su poder se ha desinflado y los pol¨ªticos corruptos olfatean qui¨¦n ha perdido la partida.

?Por qu¨¦ otros pol¨ªticos hasta con mayor n¨²mero de procesos abiertos contra ellos, siguen sin ser juzgados?

Todo ello, sin embargo, no puede impedir de constatemos que en torno al personaje pol¨ªtico m¨¢s detestado por la sociedad late una cierta hipocres¨ªa por parte de los pol¨ªticos que hoy lo combaten.

Resulta grave, por ejemplo, si fuera cierto, lo que ¨¦l ha contado a los periodistas en Brasilia, acerca de c¨®mo el entonces Ministro de la Casa Civil, Jacques Wagner, tuvo tres encuentros con ¨¦l para ofrecerle los votos de los tres componentes del PT en la Comisi¨®n de ?tica del Congreso que deb¨ªan juzgarle, as¨ª como la benevolencia del presidente de dicha Comisi¨®n. Todo ello, en nombre entonces del Gobierno y a condici¨®n de que no presentara elimpeachment de Dilma Rousseff.

La pregunta que no puede dejar de hacerse es: ?qu¨¦ ser¨ªa hoy de Cunha si hubiese aceptado el chantaje que le ofrec¨ªa el Gobierno? ?si no hubiese abierto el proceso para deponer a Dilma, que estar¨ªa a¨²n al frente del Gobierno?

?Por qu¨¦ otros pol¨ªticos hasta con mayor n¨²mero de procesos abiertos contra ellos, siguen sin ser juzgados?

Hipocres¨ªa del poder de turno e hipocres¨ªa de la oposici¨®n, ya que el PSDB tard¨®, por ejemplo, en condenar a Cunha con la esperanza de que abriera el proceso de impeachment.

Hipocres¨ªa tambi¨¦n hoy del Gobierno interino de Temer, que a¨²n no se ha pronunciado abiertamente contra Cunha ni parece que est¨¦ haciendo presiones para que renuncie a la Presidencia del Congreso de la que ya lo ha apartado el Supremo. ?Cunha a¨²n da miedo a alguien? ?Por qu¨¦ el PMDB a¨²n no lo ha expulsado del partido?

Hace bien la opini¨®n p¨²blica en no perdonarle a dicho pol¨ªtico todas sus fechor¨ªas, manipulaciones y corrupciones. La sociedad lo ha condenado sin apelaciones ni distingos. En esa condena popular no hay hipocres¨ªa. Se han impuesto los hechos.

No se puede decir lo mismo, sin embargo, de la clase pol¨ªtica, que us¨® y desus¨® a Cunha y su falta de escr¨²pulos y desverg¨¹enzas en el manejo de leyes y reglamentos, seg¨²n sus propios intereses y en la medida del poder que ejerc¨ªa.

Si Cunha hubiese salvado a Dilma, quiz¨¢s hoy, ser¨ªa s¨®lo un acusado m¨¢s de la Lava Jato, a la espera, como tantos otros de sus correligionarios, del lento parecer de la Suprema Corte, que no suele pecar de prisa en la condena de pol¨ªticos con foro privilegiado, una prerrogativa que ya casi no existe en el mundo.

Cond¨¦nese entonces a Cunha, pero sin olvidarnos de condenar tambi¨¦n la hipocres¨ªa de quienes, mientras les sirven, usan a los corruptos para esconder sus desnudeces.