El acuerdo de los acuerdos
El mito de que no era posible la paz en Colombia ha muerto
Medio siglo de conflicto, varios intentos de negociaciones fallidas, dos a?os de conversaciones secretas y cuatro de negociaciones p¨²blicas son el camino recorrido que ha llevado a la guerrilla de las FARC a firmar el acuerdo de cese de fuego y dejaci¨®n de las armas en La Habana. Las exploraciones confidenciales comenzaron a inicios del a?o 2010, durante la administraci¨®n del presidente ?lvaro Uribe, ahora el principal opositor al proceso. Esos contactos fueron retomados por el presidente Juan Manuel Santos y, a finales de ese a?o, se iniciaron conversaciones secretas, se acord¨® una agenda que incluy¨® el desarme y se design¨® a La Habana como sede de las negociaciones. En estos a?os la opini¨®n p¨²blica colombiana se ha mantenido dividida entre los que cre¨ªan y los que no cre¨ªan que el desarme de la guerrilla ser¨ªa posible. Con este acuerdo, las FARC han puesto sus armas sobre la mesa con fecha para dejarlas, por lo tanto el mito de que esto no era posible ha muerto.
Se habla mucho de las garant¨ªas y mecanismos para que los acuerdos se cumplan, pero la realidad es el principal garante. Despu¨¦s de muchas d¨¦cadas de violencia recurrente, est¨¢ en el propio inter¨¦s del Estado colombiano tener presencia y llevar el desarrollo a la Colombia rural, profunda y salvaje. Igualmente, despu¨¦s de medio siglo de lucha armada est¨¢ en el propio inter¨¦s de las FARC dejar las armas y pasar a la lucha pol¨ªtica. En esencia, el acuerdo de paz es el cruce hist¨®rico de estos dos intereses. En medio de esto tendr¨¢n que atenderse los da?os dejados por el conflicto en cuanto a reinserci¨®n, justicia, v¨ªctimas y narcotr¨¢fico.
Progresar jam¨¢s implica que las dificultades terminan, progreso es cambiar unos problemas por otros que nacen como producto de que los anteriores fueron resueltos. El gran reto del posconflicto ser¨¢ pacificar en lugares donde la insurgencia, el paramilitarismo y la criminalidad se convirtieron, por la ausencia del Estado, en profesiones bien reconocidas, respetadas y remuneradas. Terminado el conflicto comienza la tarea de reducir la profunda asimetr¨ªa entre la Colombia sofisticada y la Colombia salvaje. Con el acuerdo de paz otro pa¨ªs est¨¢ en marcha, pero los retos para que siga avanzando son enormes. Lo que viene sin duda no ser¨¢ f¨¢cil, pero ser¨¢ menos peor que los 225.000 muertos y los seis millones de desplazados.
Joaqu¨ªn Villalobos fue guerrillero salvadore?o y es asesor del Gobierno colombiano en el proceso de paz con las FARC.
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