Jaque a la narcocultura mexicana
La detenci¨®n del cantante Gerardo Ortiz por hacer "apolog¨ªa" del feminicidio se suma a la prohibici¨®n de la m¨²sica que ensalza el crimen organizado en M¨¦xico
Los narcocorridos circulan en M¨¦xico entre lo legal y lo prohibido. Aunque se han retirado de los escenarios algunas bandas que ensalzan a los grandes se?ores de la droga, estas canciones, r¨¢pidas como la metralla, retumban desde los taxis y los coches particulares, hasta en los locales de moda. Las autoridades se hab¨ªan limitado a regular las actuaciones p¨²blicas y la difusi¨®n en las estaciones de radio. Pero la indignaci¨®n p¨²blica por el v¨ªdeo de uno de sus cantantes m¨¢s famosos, Gerardo Ortiz, en el que quema viva a su novia infiel, la ha aprovechado el Gobierno de Jalisco para poner en jaque a la narcocultura mexicana.
La aparente tolerancia hacia la violencia de la sociedad mexicana tiene l¨ªmites. Y uno de ellos es el feminicidio. No es una novedad que los cantantes de banda se jacten de su machismo, pero en un pa¨ªs donde mueren asesinadas siete mujeres al d¨ªa, quemar a una, aunque sea de manera ficticia,?ya no resulta gracioso.?La exaltaci¨®n de lo violento, tan presente en la narcocultura que difunden los corridos, se ha topado con uno de los puntos m¨¢s sensibles de la opini¨®n p¨²blica.
Ortiz fue detenido este domingo por hacer "apolog¨ªa del delito". No por sus corridos anteriores donde elogiaba el trabajo de los grandes criminales y aplaud¨ªa el uso de las armas, sino por la indignaci¨®n que caus¨® el v¨ªdeo de la canci¨®n Fuiste m¨ªa, donde asesinaba a una mujer infiel. Y, aunque logr¨® esquivar las rejas de la prisi¨®n con una multa de 50.000 pesos (2.700 d¨®lares), que se persiga por primera vez con c¨¢rcel esta falta ha supuesto una advertencia para sus compa?eros. "Se ha lanzado un mensaje claro a los que se dedican a este negocio y ahora ser¨¢n mucho m¨¢s cuidadosos", cuenta Francisco Montoya, encargado hasta que estall¨® el esc¨¢ndalo de la promoci¨®n de Ortiz y representante de otras bandas de narcocorridos.
Estas canciones no est¨¢n pasando por un buen momento en M¨¦xico. Su presencia en las ferias y fiestas locales se hace con la condici¨®n de no incluir?algunas canciones. Casi todas las bandas se han tenido que especializar en mostrar dos facetas contrapuestas: la que loa a los capos del crimen y la m¨¢s rom¨¢ntica y dulzona. La ¨²ltima es la que se escucha en la radio y en la televisi¨®n, con baladas y acordes noveleros logran posicionar su marca ante un p¨²blico masivo. Los cuernos de chivo y la muerte se los reservan para las redes sociales, donde no hay ning¨²n tipo de restricci¨®n.
"Algunos artistas como Roberto Tapia han enfocado sus temas con un punto m¨¢s comercial, porque el corrido se ha hecho una cuesti¨®n poco rentable", explica Montoya. "Otros, sin embargo, sacan sus narcocorridos por las redes sociales y componen en los dos g¨¦neros", a?ade el promotor. As¨ª en las emisoras se repite Millones de besos, de Gerardo Ortiz, mientras que su canci¨®n m¨¢s popular es la dedicada al Mini Lic D¨¢maso ¡ªel hijo del Licenciado, uno de los hombres de confianza de El Chapo Guzm¨¢n¡ª. O tambi¨¦n aquella que dice: "?Qui¨¦n se anima? / que le entre con ganas / a los negocios donde hay buena lana". No importa que no suenen en la radio, forman parte del cancionero popular.
Aunque se pongan rom¨¢nticos, sus seguidores demandan lo prohibido. "Todos sabemos lo que ocurre cuando intentas impedir algo, gusta m¨¢s, lo mismo pasa con la m¨²sica", apunta Montoya. Las canciones que se crean ahora intentan ser menos expl¨ªcitas, hablan de un tipo que gana mucho dinero y de las fiestas que organiza, sin dar m¨¢s detalles. "Lo m¨¢s importante es no dar nombres y apellidos, porque lo dem¨¢s lo deduce la gente", se?ala el expromotor de Ortiz.
La detenci¨®n de Gerardo Ortiz ha sentado un precedente para perseguir la "apolog¨ªa del delito", pero seg¨²n los promotores de esta m¨²sica, eso no quiere decir que vaya a desaparecer. "Se tratar¨¢ entre l¨ªneas, formar¨¢ parte de lo oscuro y captar¨¢ a m¨¢s gente", se?alan. "Los v¨ªdeos ser¨¢n supervisados, nadie quiere meterse en problemas como este", a?ade Montoya.
El Gobierno ha puesto en jaque a la narcocultura, pero ¨¦sta utiliza Internet como tabla de salvaci¨®n. Y siempre les quedar¨¢ Estados Unidos, donde no hay ninguna normativa al respecto. Montoya lo resume: "All¨¢ en Texas, Chicago, Florida o Los ?ngeles y donde haya mexicanos los corridos seguir¨¢n siendo un ¨¦xito seguro".
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