Este contra Oeste por los salarios
Bruselas ignora la tarjeta amarilla que esgrimen 11 Estados por combatir el dumping social
La figura del fontanero polaco se hizo c¨¦lebre cuando la Uni¨®n Europea acometi¨® su mayor ampliaci¨®n y acogi¨® a 12 Estados nuevos entre 2004 y 2007. De ser un elemento anecd¨®tico, ese fen¨®meno del trabajador desplazado desde su pa¨ªs a otros con salarios m¨¢s elevados creci¨® un 50% entre 2010 y 2014. Casi a la misma velocidad aumentaron los recelos a esos empleados con pasaporte comunitario que realizan el mismo trabajo que un local, por menos dinero. Para evitar conflictos, la Comisi¨®n Europea decidi¨® endurecer la ley, pero se ha topado con una situaci¨®n poco com¨²n: 11 pa¨ªses (b¨¢sicamente los del Este) le han sacado tarjeta amarilla para que guarde en el caj¨®n la nueva norma. Al mismo tiempo, algunos del Oeste ¨Cprincipalmente Francia- presionan para que la directiva sea m¨¢s ambiciosa.
Tras casi cuatro meses de debate, el Ejecutivo comunitario ha tomado su decisi¨®n: seguir¨¢ adelante con la norma que iguala los salarios de nacionales y extranjeros cuando el trabajo se realiza en un mismo pa¨ªs. Pese al llamamiento colectivo a modificarla, el colegio de comisarios tiene previsto aprobar este mi¨¦rcoles, sin cambios, la misma propuesta de directiva que present¨® en marzo la comisaria de Empleo, Marianne Thyssen. "Para algunos pa¨ªses, la iniciativa surge demasiado pronto y va demasiado lejos; para otros, resulta insuficiente y llega tarde. Nosotros confiamos en que traiga m¨¢s equidad al mercado de trabajo", argumenta Thyssen en un encuentro con varios medios europeos.
El problema es poco relevante desde el punto de vista de las cifras (los trabajadores desplazados solo representan un 0,7% de la fuerza laboral en la UE), pero combina elementos de alta sensibilidad pol¨ªtica. Por un lado, los recelos que sienten muchos empleados locales hacia el extranjero que compite deslealmente al desempe?ar un trabajo similar, peor remunerado. ¡°Es un derecho fundamental que los trabajadores reciban un salario igual por un mismo trabajo. Cualquier empresario honesto deber¨ªa pagar lo mismo en un mismo pa¨ªs, no menos al trabajador que venga de otro sitio¡±, defiende Liina Carr, de la asociaci¨®n europea de sindicatos (ETUC, por sus siglas en ingl¨¦s).
Sueldos un 50% inferiores
El sistema, adem¨¢s, se presta a abusos y hay empresas que fijan su sede artificialmente en pa¨ªses del Este para poder enviar trabajadores (sobre todo de construcci¨®n y servicios) a Estados ricos. La ventaja competitiva es enorme: la remuneraci¨®n puede diferir un 50% seg¨²n d¨®nde est¨¦ radicada la compa?¨ªa.
El otro elemento de alto voltaje consiste en que, por tercera vez en la historia, m¨¢s de un tercio de los Parlamentos nacionales le han dicho a Bruselas que frene una ley porque no respeta el principio de subsidiariedad. Ese principio consiste en que, cuando un problema puede resolverse con legislaci¨®n nacional, la UE debe abstenerse de intervenir.
Aunque la Comisi¨®n es consciente de que el clima es poco propicio para ignorar las demandas nacionales ¨Cel Brexit se ciment¨® en la tesis de que Bruselas ejerce un poder omn¨ªmodo contrario a la voluntad del pueblo-, la iniciativa prosigue. ¡°Lo que nos preocupa despu¨¦s del Brexit es que haya falta de equidad. En este caso, no actuar no es una opci¨®n", esgrime la comisaria.
Polonia env¨ªa, Alemania recibe
Aunque el fen¨®meno de los trabajadores desplazados ha evolucionado mucho en los ¨²ltimos a?os, las normas que lo regulan datan de 1996. La directiva obliga a que el trabajador (por ejemplo, el eslovaco que trabaja en B¨¦lgica) cobre al menos el salario m¨ªnimo belga y tenga cubiertos derechos b¨¢sicos como la sanidad.
Con las nuevas reglas, que ahora deber¨¢n ser negociadas entre el Consejo Europeo ¨Crepresenta a los Estados miembros- y el Parlamento, el empleado eslovaco deber¨¢ cobrar lo mismo que un belga que desempe?e id¨¦ntica tarea y se le aplicar¨¢n algunos elementos de los convenios colectivos del pa¨ªs receptor. Su labor, adem¨¢s, tendr¨¢ un tope temporal: dos a?os. A partir de ese momento pasar¨¢ a regirse enteramente por las normas laborales del pa¨ªs de acogida. Y deber¨¢ cotizar a la Seguridad Social all¨ª.
Alemania, Francia y B¨¦lgica atraen a la mitad de todos los trabajadores desplazados de la UE. Y aunque Polonia es el pa¨ªs que m¨¢s env¨ªa, tambi¨¦n Francia y Alemania se sit¨²an entre los principales emisores. Espa?a, que ha apoyado a la Comisi¨®n en esta iniciativa, tambi¨¦n ocupa posiciones relevantes en los dos grupos: es el quinto pa¨ªs europeo que m¨¢s empleados env¨ªa a otros y el octavo que m¨¢s recibe. La tendencia, sin embargo, es decreciente como pa¨ªs receptor y creciente como emisor, seg¨²n datos oficiales de 2014.
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