Apocalipsis ¡®low cost¡¯
El yihadismo del Estado Isl¨¢mico se ofrece como una ideolog¨ªa antioccidental con el prop¨®sito de llevar la guerra civil al coraz¨®n de Europa
![Impactos de bala sobre el camión utilizado por el terrorista de Niza.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LAVUIQG75G5O5FOGKA75ISXLEY.jpg?auth=5ce10fd57fc8ab5ee7da483b4a97b367eacbcbac651a737f6f8cd6bdd2c22fce&width=414)
?Debemos aprender a vivir con el terrorismo? El primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, cree que s¨ª, y por tal motivo fue abucheado en Niza en el homenaje a las v¨ªctimas de la matanza del 14 de julio por parte de quienes quieren interpretar tal acomodaci¨®n como una rendici¨®n ante los terroristas.
La realidad nos demuestra que ya estamos aprendiendo. Unos m¨¢s que otros, es verdad. Los que m¨¢s, los iraqu¨ªes, que sufren atentados desde 2003 y acaban de perder a m¨¢s de doscientos de sus conciudadanos en un atentado con coche bomba en una helader¨ªa de Bagdad. Los franceses tuvieron un largo per¨ªodo sin terrorismo precisamente en los a?os de los grandes atentados de Nueva York (2001), Madrid (2004) y Londres (2005), pero desde el pasado a?o est¨¢n sufriendo la mayor ofensiva del Estado Isl¨¢mico contra un pa¨ªs occidental, con los ataques en Par¨ªs contra Charlie Hebdo y Bataclan y ahora en la Promenade des Anglais, en Niza.
Los espa?oles tenemos una experiencia de medio siglo de terrorismo de ETA, que nos exigi¨® mantener la calma y la solidaridad para preservar la unidad de la sociedad frente a quienes la atacaban, tal como pide tambi¨¦n ahora Manuel Valls a los franceses. Ciertamente, el terrorismo de ETA es un fen¨®meno del siglo pasado, de la era anal¨®gica y de escala y alcance local. Nada que ver con las dimensiones globales, la era digital y la envergadura del proyecto terrorista yihadista. Visto en perspectiva, fue un epifen¨®meno localizado de la guerra fr¨ªa, mientras que el autoproclamado Estado Isl¨¢mico se ha convertido ya en el enemigo global de las sociedades liberales y democr¨¢ticas y lo m¨¢s parecido a una sustituci¨®n del comunismo como impugnaci¨®n y alternativa de nuestro entero sistema de vida.
El atentado de Niza abre numerosas dudas sobre el car¨¢cter del terrorismo, el grado de organizaci¨®n y de autonom¨ªa de sus activistas e incluso su inspiraci¨®n ideol¨®gica y religiosa. No es lo mismo un individuo que act¨²a en solitario que un grupo organizado aunque act¨²e por su cuenta. No es lo mismo un islamista radicalizado que alguien marginalizado que se acoge al islam como coartada. Hay ideas como la de los lobos solitarios o la radicalizaci¨®n expr¨¦s que igual pueden ser exactas y ¨²tiles para la comprensi¨®n del fen¨®meno como servir para maquillar deficiencias de los servicios de informaci¨®n o de la polic¨ªa.
Estas mismas ideas tienen para colmo efectos aterrorizadores. La idea de que entre los refugiados que se amontonan en las puertas de Europa puedan infiltrarse terroristas solitarios suscita reacciones de desconfianza, que pueden llegar a la xenofobia y al racismo. Todav¨ªa m¨¢s terror¨ªfica es la idea del terrorista lic¨¢ntropo ¨Cel hombre que se convierte en lobo¨C que late detr¨¢s de la radicalizaci¨®n expr¨¦s, por cuanto se?ala en potencia a sectores muy amplios de la poblaci¨®n y podr¨ªa conducir directamente al estado policial que ejerce un control constante sobre los potenciales terroristas.
Hay que ir con mucho cuidado porque las propias teor¨ªas sobre el terrorismo pueden coadyuvar a los efectos aterrorizados que pretenden los terroristas y convertirse as¨ª en relatos de terror que conducen a la deshumanizaci¨®n y la dictadura. Pero a la vez, necesitamos diagn¨®sticos exactos si queremos combatir un mal que est¨¢ consiguiendo muchos de los prop¨®sitos perversos que se propone.
Por lo que se ha visto en los dos ¨²ltimos dos a?os, desde la proclamaci¨®n del califato en Mosul, Daesh act¨²a al menos en tres planos, en una estrategia probablemente muy bien calculada. En primer lugar, mantiene todav¨ªa un territorio bajo su control, entre Siria e Irak, donde sostiene la idea de que est¨¢ construyendo un Estado Isl¨¢mico al estilo del creado por el profeta Mahoma, convertido en se?uelo para atraer a los j¨®venes musulmanes a una yihad contra todos los que considera infieles y herejes.
En un segundo plano, pretende ejercer su autoridad al menos nominal sobre una red de territorios donde act¨²an grupos yihadistas afines, en una geograf¨ªa con poblaciones musulmanas que abarca desde Nigeria hasta Filipinas, con el objetivo de fragilizar a los Estados y favorecer la imposici¨®n de la sharya y la toma del poder por el islamismo pol¨ªtico. Aunque sobre el papel han jurado fidelidad al califa, se trata de franquicias sin coordinaci¨®n efectiva pero de efectos propagand¨ªsticos temibles.
Finalmente, cuenta con la acci¨®n terrorista en Europa y Estados Unidos mediante un sistema, m¨¢s que una organizaci¨®n, que pone a disposici¨®n de la inmigraci¨®n musulmana de segunda y tercera generaci¨®n la doctrina, a veces el entrenamiento y las armas, pero en cualquier caso la idea de una guerra contra los europeos que conduzca a la victoria mundial del islamismo.
Daesh est¨¢ sufriendo severas derrotas en el califato territorial de Siria e Irak, al que probablemente no le queda mucho tiempo de vida. El golpe militar turco y el contragolpe de Erdogan pueden complicar las cosas a la alianza internacional y suministrar una bocanada de ox¨ªgeno al Estado Isl¨¢mico, pero parece claro que ya ha cumplido con creces la funci¨®n de reclamo propagand¨ªstico para la desestabilizaci¨®n de la regi¨®n y el reclutamiento de millares de combatientes.
Se ha querido explicar la amplia ofensiva terrorista lanzada con motivo del Ramad¨¢n, que alcanz¨® desde Orlando hasta Dacca, como una compensaci¨®n ante las p¨¦rdidas territoriales sufridas en Siria e Irak, y por tanto como un cierto canto del cisne del califato, pero no est¨¢ claro que sea as¨ª. M¨¢s bien parece, por el contrario, que estamos ante una intensificaci¨®n de la estrategia global, en una tercera ola del terrorismo yihadista descrita por el islam¨®logo franc¨¦s Gilles Kepel en su libro ¡®Terror en el Hex¨¢gono¡¯ (Gallimard) en la que finalmente el califato territorial tiene un papel secundario. Kepel parte de un texto de 2005, del sirio-espa?ol Mustaf¨¢ Setmarian, titulado ¡®Llamamiento a la resistencia isl¨¢mica mundial¡¯, que considera ¡®visionario¡¯ respecto al papel de las redes sociales y los efectos de las revueltas ¨¢rabes de 2011 como factor de propaganda y de reclutamiento.
Seg¨²n los expertos estadounidenses Jessica Stern y J. M. Berger (¡®ISIS. The State of terror¡¯, HarperCollins) el Estado isl¨¢mico es un caso de culto apocal¨ªptico, que se considera en guerra c¨®smica contra occidente y se prepara para la batalla definitiva que tendr¨¢ lugar en Dabiq, una localidad siria ahora bajo su control, que da nombre precisamente a su revista a todo color disponible en pdf en internet. La vertiente individual de esta escatolog¨ªa terrorista es que el fin del mundo como idea est¨¢ ahora al alcance de cualquiera. Como si fuera un producto industrial, su fabricaci¨®n y distribuci¨®n se han abaratado y esta forma de ideolog¨ªa antioccidental est¨¢ ahora a disposici¨®n de cualquier desequilibrado o marginado que quiera morir matando y adornando el relato de su suicidio como si fuera la culminaci¨®n de una hecatombe c¨®smica.
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