Filadelfia, disputado feudo dem¨®crata
Clinton ser¨¢ nominada en la cuna de la democracia de EE UU. Sus oponentes han tomado las calles
¡°Vamos a hacer historia en la cuna de la democracia americana¡±, promete la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata en la que, en los cuatro d¨ªas de reuni¨®n en Filadelfia que comienzan este lunes, se va a nominar a Hillary Clinton como candidata a la presidencia, convirti¨¦ndola en la primera mujer que llega a la final de la carrera por la Casa Blanca.
Puede que los republicanos sean los que m¨¢s citen la Constituci¨®n que dicen querer aplicar al pie de la letra. Pero son los dem¨®cratas los que han dado un golpe de efecto al elegir la ciudad que vio nacer el documento fundamental del pa¨ªs ¡ªy tambi¨¦n su Declaraci¨®n de Independencia¡ª como sede de su enclave previo a las elecciones de noviembre. Aunque la llegada de miles de descontentos con la elecci¨®n de quien perciben como la candidata del establishment amenaza con ensombrecer lo que los dem¨®cratas pretend¨ªan fuera una muestra de unidad frente a la desintegraci¨®n republicana escenificada en Cleveland la semana pasada.
El centro tur¨ªstico Independence Visitor Center se erige equidistante del Independence Hall, donde se aprob¨® tanto la Declaraci¨®n de Independencia como la Constituci¨®n, y el National Constitution Center, dedicado a la carta magna y el proceso democr¨¢tico del pa¨ªs. En la oficina tur¨ªstica, uno de los voluntarios vestidos de ¨¦poca dice que Filadelfia ofrece una localizaci¨®n ¨²nica para este tipo de citas pol¨ªticas.
¡°No quiero ofender a los de Washington, pero nosotros estuvimos aqu¨ª primero, el origen (de la democracia) est¨¢ aqu¨ª y por eso vienen aqu¨ª los candidatos¡±, sostuvo el actor que encarna al pintor de Filadelfia James Peale (1749-1831).
Las protestas anti Clinton inundan Filadelfia
Pero no a todos les hace gracia que la cita dem¨®crata tenga lugar en esta ic¨®nica ciudad. ¡°Es ir¨®nico que la selecci¨®n realizada por uno de los sistemas pol¨ªticos menos democr¨¢ticos y responsable de unas de las primarias m¨¢s ama?adas vaya a acabar su proceso en Filadelfia, la cuna de la democracia americana¡±, lamentaba el domingo Leighton Christiansen, que viaj¨® desde Washington para protestar contra la nominaci¨®n de Clinton y Tim Kaine, a los que dijo considerar ¡°los candidatos del capitalismo, del statu quo¡±.
No es el ¨²nico. Miles de personas, entre 30.000 y 50.000 seg¨²n estimaciones locales, han llegado a Filadelfia para protestar por la nominaci¨®n de Clinton.
¡°Tenemos que tomar una determinaci¨®n para que los dem¨®cratas no piensen que vamos a estar siempre d¨¢ndoles nuestro voto, que siempre pueden contar con nosotros sin importar lo que hagan¡±, afirmaba Alicia Rivera, que viaj¨® desde Los ?ngeles para participar en una protesta medioambiental que el domingo se tom¨® el centro de la ciudad.
Pam y Tricia observaban resignadas el paso de los manifestantes. Enfundadas en camisetas azules, el color del Partido Dem¨®crata, estas voluntarias de la Convenci¨®n atienden a cualquiera que busque informaci¨®n sobre la cita pol¨ªtica.
¡°La gente tiene derecho a protestar, es parte del juego democr¨¢tico¡±, coment¨® Pam. ¡°Filadelfia es una ciudad que recibe muy bien a los manifestantes, es muy receptiva a la diversidad¡±, acot¨® Tricia.
Eso no quita que desde la c¨²pula dem¨®crata se mire con inquietud esta ola de insatisfacci¨®n que ya le ha costado la cabeza a su l¨ªder pol¨ªtica, la jefa del Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata, Debbie Wasserman-Schultz por la filtraci¨®n de miles de correos electr¨®nicos que revelan el favoritismo del partido hacia Clinton en detrimento del senador Bernie Sanders.
Una sede clave
Y es que no son solo los referentes hist¨®ricos los que han llevado a elegir como sede a Filadelfia, a medio camino entre la cosmopolita Nueva York, s¨ªmbolo del poder econ¨®mico de EE UU, y Washington, sede del poder pol¨ªtico federal. Filadelfia y el Estado al que pertenece, Pensilvania, han sido un basti¨®n dem¨®crata durante el ¨²ltimo cuarto de siglo. Pero en un ciclo electoral tan imprevisible como este, nada se puede dar por sentado. Y las encuestas no le dan a Clinton una ventaja respecto al republicano Donald Trump lo suficientemente amplia como para bajar la guardia en un Estado que, seg¨²n algunos expertos, podr¨ªa ser determinante en noviembre.
En este contexto, tanto en Pensilvania como en el resto del pa¨ªs, cada voto puede ser clave. Por eso, una tarea prioritaria para Clinton ser¨¢ convencer a los seguidores de Sanders para que la voten a ella. Seg¨²n una encuesta de comienzos de mes del Pew Research Center, el 85 % de los que votaron a Sanders en las primarias dijeron que en noviembre apoyar¨¢n a Clinton. Un 9 % votar¨¢ sin embargo por Trump. Y un 6 % m¨¢s dijo que o no votar¨¢ o lo har¨¢ por otro candidato.
Karla Hern¨¢ndez, una maestra hispana de Miami, dice ¡°entender¡± ese ¡°enojo¡± que todav¨ªa persiste entre los seguidores de Sanders. Pero conf¨ªa en que, llegado noviembre, acabar¨¢n apoyando a Clinton, como hizo ella desde el principio. ¡°Clinton ha estado con los inmigrantes, ha estado apoyando la educaci¨®n p¨²blica y eso es lo m¨¢s importante. Tambi¨¦n es importante que sea mujer¡±, afirma.
Unos argumentos que no convencen a Janney Reese, quien tras votar los ¨²ltimos 20 a?os dem¨®crata, dice que este buscar¨¢ un candidato alternativo. ?Votar a Hillary Clinton? ¡°?Ni en broma!¡±, proclam¨® la seguidora de Sanders. ¡°Rechazo la conspiraci¨®n entre dinero y pol¨ªtica, y Hillary Clinton representa todo a lo que me opongo¡±.
En las mismas anda Ed Higgins, que lleg¨® a Filadelfia con otros 25 participantes de una ¡°Marcha por la democracia¡± que parti¨® hace diez d¨ªas desde Washington para ¡°protestar por esta falsa democracia y a favor del ¨²nico candidato leg¨ªtimo, Bernie Sanders¡±. Est¨¢ decidido a plantarse cada d¨ªa a protestar delante de la sede de la convenci¨®n en Filadelfia. ¡°Un buen lugar¡±, sonr¨ªe, ¡°para una nueva revoluci¨®n americana¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.