¡°El futuro de Siria ya no est¨¢ en manos de los sirios¡±
Varias personas que siguen en el pa¨ªs pese a la guerra opinan sobre el anuncio de tregua
¡°Inshal¨¢¡± (Si Dios quiere, en ¨¢rabe) es la respuesta casi autom¨¢tica que dan los sirios, y sin mucha convicci¨®n, cuando se les pregunta sobre la viabilidad de la ¨²ltima tregua pactada por Rusia y Estados Unidos la madrugada del s¨¢bado, y que entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo lunes. ¡°Estamos tan agotados de la guerra que somos como n¨¢ufragos desesperados, capaces de agarrarnos a una ramita en el mar¡±, dice desde Damasco Firas Heiri, que era profesor en el campo de refugiados palestinos de Yarmouk, en la capital. ¡°Para las 4.500 familias que viven en el campo y los alrededores bajo el Estado Isl¨¢mico [ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s] poco importa esta tregua. Con o sin ella, seguir¨¢n cercados, sin comida, sin medicamentos, sin dinero y sin descanso mental¡±, se lamenta.
En Siria, las l¨ªneas de tel¨¦fono est¨¢n colapsadas en v¨ªsperas de Eid el Adha, la fiesta del sacrificio, una fecha en la que cinco millones de refugiados y ocho millones de desplazados dentro del pa¨ªs marcan sin descanso sus m¨®viles para intentar felicitar a sus allegados. Y a pesar de la exaltaci¨®n internacional que ha despertado la tregua tras varios intentos fallidos, los civiles no olvidan que se trata de su sexto Eid el Adha en guerra y con la misma cantinela de una paz que nunca llega. ¡°?Al tiempo que anunciaban la tregua estaban bombardeando Alepo, pero qui¨¦n va a creerles! ?Al mundo no le importa Siria!¡±, espeta indignada y tambi¨¦n desde Damasco Handi S., de 22 a?os y estudiante de inform¨¢tica. Hanadi acaba de conversar con su familia que vive en la Alepo oriental y bajo control rebelde. ¡°Ojal¨¢ entre en vigor (el cese de hostilidades). Al menos mi familia podr¨¢ dormir y descansar de las bombas. Por poco que dure, es mejor que nada¡±, se consuela.
Son las regiones m¨¢s castigadas por las los bombardeos, como Duma y Jubar en la periferia de Damasco, o Alepo, Hama y la campi?a de Latakia, as¨ª como los habitantes de las localidades cercadas, como Madaya, Yarmuk o Hula, los principales potenciales beneficiarios del acuerdo. Aunque la mayor¨ªa de los sirios coinciden que la tregua tiene escasas probabilidades de parar la guerra, s¨ª podr¨¢ permitir que durante unos d¨ªas sus gentes duerman por la noche, se lleven algo al est¨®mago y reciban la necesitada medicaci¨®n.
Rechazo de la tregua entre milicianos rebeldes
¡°En realidad ninguna facci¨®n est¨¢ de acuerdo con la tregua, aunque algunos digan que s¨ª por detr¨¢s¡±, dice al tel¨¦fono y desde Idlib Abu Omar, combatiente de Ahrar el Sham, la milicia islamista m¨¢s importante de Siria y aliada de la antigua filial local de Al Qaeda. ¡°Desde el sirio m¨¢s joven al m¨¢s viejo sabe que esta tregua es un juego, y que de lo que se trata es de acabar con el ISIS para luego hacer una transici¨®n y dejar al r¨¦gimen de El Asad en el Gobierno. No llevamos cinco a?os luchando para esto¡±, espeta quien ha escapado este s¨¢bado de un bombardeo que ha causado 30 muertos y 80 heridos, seg¨²n el recuento de la defensa civil local de Idlib. El combatiente recuerda que la prioridad de su milicia difiere de la de los presidentes Putin y Obama, puesto que es al r¨¦gimen de El Asad y no al ISIS a quien pretende derrocar.
Sin que los propios sirios conozcan los recovecos de un opaco acuerdo en cuanto a las zonas y grupos que ser¨¢n excluidos de los bombarderos, los civiles que habitan el 45% del territorio que domina el califato, saben que para ellos nada cambiar¨¢. ¡°En Raqa hace mucho tiempo que perdimos la confianza en la comunidad internacional. Todos los d¨ªas mueren vecinos ya sea bajo las bombas de la coalici¨®n (liderada por Estados Unidos], Rusia o el r¨¦gimen [sirio]¡±, relata v¨ªa Skype Abu Mohamed, activista y cofundador de Raqqa-SL. (Raqa est¨¢ siendo masacrada), ¡°Quieren imponernos un acuerdo que modele nuestra vidas sin ni siquiera consultarnos. Es como si Alemania y Francia decidieran el destino de los holandeses. Queda claro que el futuro de Siria ya no est¨¢ en nuestras manos.
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