Obama inaugura un museo para ¡°entender el dolor¡± de los afroamericanos
El Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana recoge m¨¢s de 4.000 objetos que narran la trayectoria de esta comunidad desde la esclavitud hasta hoy
En una de las salas principales del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana de Washington los visitantes pueden contemplar un pedestal de piedra. Junto a ¨¦l hay una placa que conmemoraba los discursos que sobre ese podio ofrecieron dos generales en 1830 pero no contaba cu¨¢ntas pisadas hab¨ªan gastado su superficie. Casi dos siglos despu¨¦s, el ¨²ltimo museo en sumarse al National Mall de la capital, ha terminado de contar el resto.
¡°Ese pedestal nos habla de la historia, de c¨®mo la contamos y c¨®mo podemos dejar fuera una parte¡±, afirm¨® el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante el discurso de inauguraci¨®n. ¡°D¨ªa tras d¨ªa, durante a?os, hombres y mujeres eran arrancados de sus parejas, de sus hijos, esposados y atados y vendidos y comprados y subastados como ganado sobre una piedra gastada por la tragedia de miles de pies descalzos¡±.
Obama, visiblemente emocionado en algunos momentos de su intervenci¨®n, destac¨® la capacidad de esta instituci¨®n so?ada por veteranos de la Guerra Civil hace 100 a?os y que este s¨¢bado ¡°ha dejado de ser un sue?o¡±. Minutos antes, el congresista John Lewis, uno de los l¨ªderes del movimiento por los derechos civiles que en los a?os 50 y 60 reivindicaron la igualdad de los afroamericanos, afirm¨® mirando al cielo: ¡°He esperado este d¨ªa toda mi vida¡±.
El relato de la historia y cultura afroamericana es uno de los pocos que quedaba por contar en el National Mall, que en Washington acoge a los museos m¨¢s importantes de la naci¨®n. Financiado con dinero p¨²blico y privado a partes iguales, la instituci¨®n dedicada al dolor, la esperanza, la humillaci¨®n y los triunfos de millones de estadounidenses de origen afroamericano acaba de lograr su hueco en el ¡°jard¨ªn de Am¨¦rica¡±, a apenas tres manzanas de la Casa Blanca. ¡°Donde siempre debi¨® estar¡±, seg¨²n el expresidente George W. Bush, que en 2003 firm¨® la ley para iniciar la construcci¨®n del museo.
Y lo ha inaugurado el primer presidente afroamericano del pa¨ªs, que repiti¨® el ¡°Yo tambi¨¦n soy Am¨¦rica¡± de Langston Hughes para reafirmar que todos los estadounidenses llevan en sus vidas un pedazo del recorrido de los afroamericanos desde la esclavitud hasta la igualdad. Apenas unas horas antes, durante una recepci¨®n en la residencia presidencial, Obama record¨® estar bajo un techo construido por esclavos, pero tambi¨¦n que la coincidencia entre su mandato y la apertura del museo es ¡°fascinante¡±.
Los principales representantes de la comunidad afroamericana del pa¨ªs, desde l¨ªderes pol¨ªticos y de la cultura hasta familias an¨®nimas le rodearon este s¨¢bado en una ceremonia que abri¨® las puertas de un museo imprescindible pero tambi¨¦n empezaba a cerrar un ciclo. Washington celebra un festival de tres d¨ªas en la ciudad que recuerda al que dio la bienvenida al presidente hace casi ocho a?os.
¡°Este museo nos recuerda que la discriminaci¨®n racial no es una rutina del pasado¡±, dijo Obama. ¡°Nos cuenta por qu¨¦ no debe sorprendernos que no est¨¦n curadas todas las heridas, que no se hayan resuelto todos los problemas. Conocer la totalidad de nuestra historia nos dice lo grandes que han sido los cambios, incluso a lo largo de mi vida. S¨®lo espero que nos inspiren a avanzar m¨¢s¡±.
El presidente se declar¨® honrado de haber parado durante estos ocho a?os ¡°en la estaci¨®n m¨¢s importante de nuestro camino hacia la libertad¡±, pero que a pesar de ese triunfo, la historia que guarda el museo en sus m¨¢s de 4.000 expositores, ¡°quiz¨¢s deba contarse ahora m¨¢s que nunca¡±. El centro, asegur¨® el mandatario dem¨®crata ¡°servir¨¢ para ayudar a los visitantes blancos a entender el dolor y la ira de los manifestantes en Ferguson y Charlotte¡±, en referencia a las protestas por la muerte de afroamericanos desarmados por los disparos de la polic¨ªa. ¡°Y tambi¨¦n a que los afroamericanos sepan que aunque sufran las tradiciones del pasado, hay polic¨ªas que est¨¢n intentando comprenderlos y hacer lo correcto¡±.
Obama sum¨® el eslab¨®n de las tensiones raciales actuales a la cadena de reivindicaciones que durante d¨¦cadas han pedido la igualdad de los afroamericanos en un pa¨ªs ¡°fundado en el ideal de la libertad pero que mantuvo a millones de personas encadenadas¡±, en palabras de George W. Bush. Trece a?os despu¨¦s de aprobar la creaci¨®n del museo, el expresidente celebr¨® la apertura de una instituci¨®n que demuestra ¡°la capacidad de cambio¡± de EE UU y que ¡°una gran naci¨®n no puede esconder su historia, sino que se enfrenta a sus errores y los corrige¡±.
La inauguraci¨®n del museo qued¨® sellada con un repicar de campanas que tuvo su eco en toda la ciudad y en iglesias de todo el pa¨ªs, como ya ocurri¨® para celebrar la Emancipaci¨®n con ¡°el sonido y el himno de la libertad americana¡±, en palabras de Obama. El presidente alent¨® a los estadounidenses a entrar en el museo y conocer ¡°nuestros sufrimientos, nuestros ¨¦xitos y nuestros triunfos¡± porque, ¡°conocer la verdad les har¨¢ salir siendo mejores personas¡±.
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