Se estrecha el cerco judicial sobre Lula con una tercera acusaci¨®n en su contra
El diputado destituido Eduardo Cunha, verdugo de Dilma Rousseff, tambi¨¦n se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados por el Caso Petrobras
La Justicia brasile?a tiene fama de lenta, pero con el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva funciona como un reloj suizo. Este mi¨¦rcoles, el exl¨ªder sindicalista ha sido acusado por tercera vez.
El l¨ªder del Partido de los Trabajadores, que ya se enfrenta a dos procesos por presuntamente intentar obstruir las investigaciones del Caso Petrobras, en la Justicia de Brasilia, y por haber beneficiado a la constructora OAS, en la Justica de Paran¨¢, ahora tendr¨¢ que defenderse de la acusaci¨®n de haber participado en fraudes en el Banco Nacional de Desenvolvimento Econ?mico e Social (BNDES, Banco Nacional de Desarrollo Econ¨®mico y Social), tambi¨¦n en la capital federal.
Tambi¨¦n est¨¢n implicados en este proceso Taiguara dos Santos ¡ªsobrino de la primera mujer de Lula¡ª, el empresario Marcelo Odebrecht, heredero de la constructora m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica que lleva su nombre y ya condenado por la trama en Petrobras, y otras ocho personas m¨¢s.
Los acusados por Ministerio P¨²blico Federal en esa denuncia responder¨¢n por los delitos de delincuencia organizada, blanqueo de capitales y tr¨¢fico de influencias. Los fiscales solicitan que Lula sea condenado por delincuencia organizada y blanqueo de capitales (delito este que, seg¨²n los investigadores, cometi¨® 44 veces) El caso est¨¢ relacionado con las obras que Odebrecht realiz¨® en Angola con la ayuda de pr¨¦stamos del BNDES. Los encausados tendr¨¢n diez d¨ªas para manifestarse ante la Justicia.
Para el equipo de defensa de Lula, la denuncia es "gen¨¦rica, fr¨¢gil y superficial¡±. Los abogados del presidente insisten en que la Justicia y los fiscales est¨¢n actuando de forma parcial, y que el verdadero objetivo es impedir que vuelva a disputar la presidencia en 2018.
Otro personaje de la crisis pol¨ªtica brasile?a que no tuvo un buen d¨ªa fue el expresidente de la C¨¢mara, Eduardo Cunha, art¨ªfice del proceso de destituci¨®n de Dilma Rousseff. El juez Sergio Moro, el magistrado-estrella del Caso Petrobras, acat¨® tambi¨¦n este jueves la denuncia contra el diputado destituido en el marco de la trama de corrupci¨®n en la compa?¨ªa estatal brasile?a.
Cunha lo hab¨ªa intentado todo para no caer en las manos de Moro, pero no logr¨® escapar de la jurisdicci¨®n principal del caso, en el estado de Paran¨¢, tras perder la prerrogativa de que solo le juzgara el Tribunal Supremo, un derecho exclusivo de parlamentarios y autoridades de primer nivel.
Al exdiputado se le acusa de los delitos de corrupci¨®n, blanqueo de capitales y evasi¨®n de capitales. El exparlamentario habr¨ªa recibido sobornos por valor de 2,4 millones de reales [unos 750.000 d¨®lares] para interferir en los contratos de Petrobras en Ben¨ªn, ?frica.Adem¨¢s, se sospecha que pudo emplear cuentas en Suiza para lavar ese dinero.
Cunha tiene diez d¨ªas a partir de este jueves para manifestarse ante la Justica de Paran¨¢, que recibi¨® su proceso despu¨¦s de que perdiera su derecho al aforamiento, como consecuencia de la suspensi¨®n de su mandato. Otro proceso, concerniente al cobro de propinas en contratos de buques de perforaci¨®n de Petrobras, fue remitido a la Justicia de R¨ªo de Janeiro.
El d¨ªa ya no hab¨ªa empezado bien para el exdiputado. Cunha us¨® su cuenta de Twitter para quejarse de los manifestantes que lo hostilizaron en el aeropuerto Santos Dumont, en R¨ªo de Janeiro, pr¨¢ctica que se viene repitiendo desde que perdi¨® el mandato. En un v¨ªdeo se puede ver a una se?ora empujando al expresidente de la C¨¢mara, un episodio que refleja el clima de exasperaci¨®n y rabia que vive un pa¨ªs en crisis
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