Los soldados de ¨¦lite iraqu¨ªes entrenados por EE UU acechan al califato
Las fuerzas especiales iraqu¨ªes, junto a combatientes kurdos, cercan al ISIS en Qaraqosh en su avance para conquistar Mosul
Por la carretera hacia Qaraqosh avanza un escuadr¨®n que obliga al resto de conductores y a los pastores de cabras a apartarse si no quieren ser arrollados. Impresiona ver llegar por el retrovisor a estos combatientes. Las fuerzas especiales iraqu¨ªes, una fiera unidad entrenada por Estados Unidos, se dirigen a toda velocidad hacia Qaraqosh, la ciudad cristiana de poco m¨¢s de 32.000 habitantes en la que cercan al Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) desde primera hora de la ma?ana del mi¨¦rcoles. En sus camiones ondea una bandera con un lema, ¡°Dios es grande¡±, que parece advertir a sus enemigos de que ha llegado el momento de huir.
El capit¨¢n Sermat, un iraqu¨ª enjuto y enigm¨¢tico, hace un alto y la caravana de veh¨ªculos militares Humvees se echa a un lado. En el horizonte las columnas de humo, fruto de los enfrentamientos, se?alan d¨®nde est¨¢ Qaraqosh, uno de los obst¨¢culos m¨¢s importantes antes de llegar a Mosul, donde se librar¨¢ la madre de todas las batallas contra el ISIS. ¡°Los vamos a sacar de ah¨ª, no se preocupe. Son ratas¡±, dice Sermat en referencia a los militantes del Estado Isl¨¢mico mientras se atusa el bigote.
Sabe de lo que habla. Las tres estrellas que tiene cosidas en la hombrera del uniforme no son balad¨ª. La unidad de Sermat particip¨® en la liberaci¨®n hace cuatro meses de Faluya, ciudad pr¨®xima a Bagdad en la que los yihadistas impusieron tambi¨¦n el califato. Cazaron como conejos a los que trataban de escapar. ¡°Aqu¨ª hacemos lo mismo: luchar, matar, morir. Es lo que sabemos hacer¡±, explica Sermat. Sus hombres asienten. En estos tres d¨ªas de ofensiva ha perdido a dos soldados, pero calcula que han matado a 25 enemigos.
El avance de los dos primeros d¨ªas liber¨® unas cuantas villas alrededor de esta regi¨®n de N¨ªnive, al oeste de Mosul. O m¨¢s bien las destruy¨®. Tras 12 horas de asedio muchos de estos peque?os pueblos de agricultores, muy diversos ¨¦tnicamente, han quedado reducidos a escombros. Shejamir es ¡ªo m¨¢s bien era¡ª una poblaci¨®n donde viv¨ªan m¨¢s de 1.000 vecinos. Ahora no es m¨¢s que un c¨²mulo de cascotes y polvo con algunas fachadas todav¨ªa en pie pero vac¨ªas por dentro, como el decorado de una pel¨ªcula.
Una contienda larga
Sin embargo, Thanun Jamil Ismail, desde una loma, se ve a s¨ª mismo correteando por las calles del pueblo. Se ve a lomos de un burro cuando era adolescente. Se ve con su mujer cuando comenzaba a cortejarla y se acuerda de cuando se casaron y tuvieron hijos. Recuerda en qu¨¦ parte del pueblo estaba cuando le dijeron que hab¨ªa muerto su padre. Sus 60 a?os de vida los ha pasado aqu¨ª y se niega a creer que toda esa memoria ha desaparecido tras las bombas. No se atreve a adentrarse en el pueblo porque los yihadistas, cuando huyen, dejan explosivos a sus espaldas, pero en cuanto pueda volver¨¢ a instalarse con su familia. ¡°S¨ª, s¨ª, volveremos sin duda¡±, asegura con una convicci¨®n que raya en la locura: ante sus ojos no hay nada, solo los fantasmas del pasado.
Mientras, los peshmergas (fuerzas militares kurdas) han comenzado a desminar la zona. La tarea es r¨²stica. Primero queman el suelo con gasolina y despu¨¦s lanzan la rueda de un coche para comprobar si hay explosivos. El juego les divierte. Los combatientes kurdos est¨¢n exaltados, las esposas les preparan arroz con pollo y ellos cantan y bailan. ¡°Vamos ganando y demostramos que ellos [el ISIS] no son el verdadero islam, solo lo prostituyen. Ellos son la ruina, el pasado, nosotros el futuro¡±, dice Hemm Nasir, un combatiente de 35 a?os.
El coronel iraqu¨ª Kamaran Ismael Yid, sentado en el sof¨¢ de su despacho, una base militar desde la que se han coordinado los avances de estos d¨ªas, no lanza las campanas al vuelo. El presidente de EE UU, Barack Obama, ha dicho que la batalla contra los yihadistas ser¨¢ m¨¢s larga de lo que la gente piensa y Kamaran coincide con ¨¦l: ¡°Hay que ir una por una haci¨¦ndonos con todas las poblaciones. La idea es conquistarlas todas, rodear Mosul, y as¨ª, preparar la batalla final¡±, cuenta.
En un iPad, el coronel se?ala el desarrollo de los diferentes frentes abiertos. Los iraqu¨ªes ejecutan el asalto a los feudos del ISIS y los kurdos los aseguran. Es una forma de combatir juntos pero no revueltos. Ese acuerdo se repite en todas las ofensivas llevadas a cabo hasta ahora.
Al caer la tarde, las fuerzas especiales vuelven a tomar la carretera y se desplazan en masa hacia territorios m¨¢s avanzados. Los artilleros llevan caretas de la parca y algunos se pintan la cara, como si fueran guerreros antiguos. Este jueves lanzar¨¢n una ofensiva que esperan que sea definitiva sobre Qaraqosh, donde los yihadistas parece que se han escondido bajo tierra, y al lado, los kurdos tratar¨¢n de hacerse con Bashiqa. ¡°Estos tipos est¨¢n locos¡±, dice Ahmed, un vendedor de queso. Por supuesto, se ech¨® a un lado al verlos venir. Nadie quiere ponerse en el camino de la muerte.
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