?A d¨®nde fue el dinero de Veracruz?
La consecuencia de un estilo de control pol¨ªtico caracter¨ªstico del PRI
Veracruz se ha vuelto mundialmente famoso gracias a las trapacer¨ªas de su exgobernador Javier Duarte. Hoy sabemos, gracias a la delaci¨®n del abogado que dise?¨® los mecanismos de compra fraudulenta de bienes, que Duarte se hizo de innumerables propiedades en M¨¦xico y en el extranjero a trav¨¦s de prestanombres y de empresas fantasma. Sin embargo, cabe preguntarse si la extrema corrupci¨®n del gobernador, sus familiares y amigos, es suficiente para crear un hueco fiscal tan grande que equivale a un a?o y medio del presupuesto p¨²blico estatal.
La tragedia de Veracruz es tambi¨¦n la consecuencia de un estilo de control pol¨ªtico caracter¨ªstico del PRI, tanto en el pasado como en el presente. El gobierno estatal ha usado los recursos p¨²blicos de manera discrecional para pagar los favores pol¨ªticos de los sindicatos de trabajadores del sector p¨²blico, la lealtad de centenares de peque?as organizaciones campesinas y de colonos urbanos, el halago de los medios de comunicaci¨®n y la complicidad de m¨²ltiples empresarios que se prestaron al juego corrupto del r¨¦gimen.
Un par de ejemplos para entender la magnitud del problema. En aras de evitar la resistencia de los profesores a las nuevas reglas impuestas por la llamada "Reforma Educativa", los gobiernos estatales ofrecieron pagos adicionales a los autorizados a todos los sindicatos magisteriales. Ex¨®ticas prestaciones, como el "bono de imagen", florecieron en todo el pa¨ªs como mecanismo de compra de voluntades. Los gobernadores sab¨ªan que esta estrategia ser¨ªa impagable a la larga. No obstante, esta pr¨¢ctica se hizo extensiva a otros sindicatos del sector p¨²blico. Por otro lado, m¨²ltiples grupos de campesinos y pobladores urbanos movilizados en todo el estado, tanto por causas leg¨ªtimas derivadas de a?ejos conflictos, como por meros actos de chantaje pol¨ªtico al gobierno, recibieron tambi¨¦n apoyos extraordinarios que no ten¨ªan sustento en el presupuesto p¨²blico. A cambio, se esperaba de ellos lealtad electoral.
Para pagar estos costos pol¨ªticos, el gobierno ech¨® mano de recursos federales destinados a fines esenciales, como el subsidio a la universidad p¨²blica, compra de medicamentos, construcci¨®n de caminos y otros. As¨ª, funciones esenciales del gobierno estatal dejaron de ser cumplidas para financiar el gasto pol¨ªtico del clientelismo generalizado. Este orden de cosas no s¨®lo caracteriza a Veracruz, sino al pa¨ªs entero.
El llamado "d¨¦ficit fiscal estructural" de los gobiernos subnacionales mexicanos es la consecuencia de la discrecionalidad con que se maneja la hacienda p¨²blica en ausencia de controles parlamentarios y de mecanismos de rendici¨®n de cuentas horizontal. El autoritarismo subnacional, que s¨®lo puede mantener la gobernabilidad mediante la compra sistem¨¢tica de la voluntad pol¨ªtica de los ciudadanos movilizados, constituye un modelo pol¨ªtico insostenible desde el punto de vista fiscal.
El interregno entre este viejo orden y uno nuevo fundado en el Estado de derecho, puede ser sumamente prolongado y doloroso. La corrupci¨®n moral de los sindicatos y la propia extensi¨®n del clientelismo como pr¨¢ctica social y por tanto como cultura, dotan al viejo orden de una base social dispuesta a resistir cualquier cambio que implique un l¨ªmite a sus relativos privilegios.
La resistencia de la sociedad corporativa y de los grupos clientelares supera en mucho al escaso potencial de movilizaci¨®n de los ciudadanos comunes, sobretodo de los sectores m¨¢s pobres, que no tienen la capacidad organizativa ni los recursos materiales necesarios para escenificar grandes protestas.
Esta es la tragedia de nuestro presente mexicano. El viejo r¨¦gimen est¨¢ en crisis y es insostenible material y moralmente, pero los actores sociales y pol¨ªticos que deber¨ªan de desarrollar la movilizaci¨®n necesaria para imponer un cambio realmente democr¨¢tico, no est¨¢n a la vista. La larga decadencia de r¨¦gimen autoritario se prolongar¨¢ a¨²n m¨¢s creando gigantescos riesgos de involuci¨®n autoritaria.
Alberto J. Olvera es Profesor-Investigador del Instituto de Investigaciones Hist¨®rico-Sociales de la Universidad Veracruzana.
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