Una ONG revela el sistema secreto de castigos del PCCh
Al menos 11 sospechosos murieron entre 2010 y 2015 por las torturas durante los arrestos extrajudiciales
Confinamiento en solitario. Medidas para hacer que los detenidos pierdan la noci¨®n del tiempo. Temperaturas extremas. Privaci¨®n del sue?o, agua o comida; palizas y posturas forzosas durante horas. Son algunos de los m¨¦todos de tortura que se emplean en el shuanggui, el sistema de detenci¨®n secreta que el Partido Comunista de China emplea contra sus miembros sospechosos de conducta irregular, generalmente corrupci¨®n, para obligarles a confesar.
Aunque la existencia del shuanggui?(doble designaci¨®n, en castellano) ya se conoc¨ªa, ahora un informe de la organizaci¨®n Human Rights Watch presentado este martes en Hong Kong incluye por primera vez testimonios de primera mano de algunas de las v¨ªctimas. Todas denuncian torturas generalizadas en un sistema nacido en los a?os 90 y convertido ahora en herramienta principal de la campa?a anticorrupci¨®n del presidente Xi Jinping. Una herramienta que carece de base en el sistema legal chino pero que la Comisi¨®n Central para la Investigaci¨®n de la Disciplina (CCDI), el brazo policial del Partido, puede usar contra cualquiera de los 88 millones de miembros del PCCh de los que sospeche.
El procedimiento comienza con una convocatoria al sospechoso para que acuda a un lugar designado a una hora designada. El individuo desaparece, sin que su familia o sus abogados reciban notificaci¨®n alguna sobre su paradero o el cargo que se le imputa. T¨ªpicamente, quedar¨¢ encerrado en habitaciones de hostales acondicionadas especialmente para evitar fugas o suicidios. Su aislamiento puede durar un periodo de tiempo indefinido. D¨ªas. Meses. En algunos casos, m¨¢s de un a?o. Hasta que confiese.
¡°La habitaci¨®n med¨ªa unos 9 metros cuadrados, todo estaba recubierto con caucho esponjoso; hab¨ªa un extractor de humos y una unidad de aire acondicionado. No hab¨ªa d¨ªa ni noche porque las luces estaban encendidas todo el tiempo, no hab¨ªa ventanas. Excepto por las comidas, cuando m¨¢s o menos me daba cuenta de la hora que era, no sab¨ªa si era de d¨ªa o de noche¡±, explica uno de los detenidos, identificado como Ren Zhiqing (el informe adjudica nombres supuestos a las v¨ªctimas).
Varios denuncian palizas. Otros, que sus guardias ten¨ªan prohibido dirigirle la palabra. En varios casos denuncian haber sido obligados a mantener posturas forzadas durante horas: ¡°soy una persona grande y me obligaron a sentarme en un taburete de pl¨¢stico peque?o, viejo y cojo. Ten¨ªa que estar en la misma posici¨®n exacta que me exig¨ªan, a veces en solo un tercio de aquel taburete enano¡ As¨ª estuve sentado durante 10 o 20 horas, hasta que las nalgas se me despellejaron y empezaron a supurar¡±, narra Lu Yicheng.
En este r¨¦gimen de aislamiento y maltratos, cuenta Li Peng, funcionario de una comisi¨®n local de disciplina, la mayor¨ªa de los sospechosos acaba quebr¨¢ndose en un plazo de tres a cinco d¨ªas. ¡°Entonces contestaban cualquier cosa que se les preguntaba, eran muy cooperativos. Los que soportaban m¨¢s de una semana [ya] eran gente endurecida¡±.
Xi Jinping ha descrito la lucha contra la corrupci¨®n como una ¡°cuesti¨®n de vida o muerte¡± para el Partido. Tambi¨¦n, apunta HRW, lo es el shuanggui?para sus v¨ªctimas. Desde 2010 se han producido al menos 11 muertes entre detenidos en esa situaci¨®n. En la mayor¨ªa de los casos, las autoridades declaran que se trata de suicidios, aunque los familiares sospechan torturas. No suele haber modo de comprobarlo. ¡°La falta de investigaciones exhaustivas e imparciales en esas muertes acrecienta las sospechas¡±, se?ala la organizaci¨®n pro derechos humanos.
El acad¨¦mico Li Yongzhong, citado por el informe, calcula que el shuanggui?se aplica de un 10 a un 20% de los casos de ¡°violaciones de la disciplina¡± que se indagan. Dado que la CCDI investig¨® solo en 2015 330.000 casos, en los que fueron castigados 336.000 funcionarios, esta detenci¨®n extrajudicial pudo haberse aplicado el a?o pasado a un n¨²mero de entre 33.000 y 66.000 casos.
¡°El presidente Xi ha basado su campa?a anticorrupci¨®n en un sistema de detenci¨®n abusivo e ilegal¡±, denuncia la directora para China de HRW, Sophie Richardson. ¡°Torturar a los sospechosos para que confiesen no conseguir¨¢ acabar con la corrupci¨®n, pero pondr¨¢ fin a la confianza en el sistema judicial de China¡±, sostiene.
El informe de 102 p¨¢ginas, titulado ¡°¡®Medidas Especiales¡¯: Detenci¨®n y Tortura en el Sistema de Shuanggui del Partido Comunista de China¡±, se basa en 21 entrevistas con cuatro exdetenidos y familias de detenidos; 35 relatos de v¨ªctimas publicados en 200 informaciones de medios chinos, y 38 veredictos de tribunales de todo el pa¨ªs.
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