No te pongas minifalda cuando vayas al Parlamento israel¨ª

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A la entrada del barrio ultraortodoxo de Mea Shearim de Jerusal¨¦n grandes carteles colocados por estrictos rabinos advierten en ingl¨¦s y en hebreo: ¡°Prohibido pasar por este vecindario con ropas imp¨²dicas y ajustadas. Obligatorio llevar blusa cerrada y falda larga¡±. En la p¨¢gina web de la Knesset, el Parlamento de Israel situado en otro extremo de la Ciudad Santa, las normas de decoro impiden la entrada con ¡°indumentaria inapropiada como camisetas de tirantes, tops por encima del ombligo, shorts, y faldas o vestidos cortos¡±.

Estas reglas de la C¨¢mara est¨¢n en vigor desde hace una d¨¦cada, aunque no se aplicaban en un pa¨ªs donde la vestimenta informal es la pauta. Pero desde comienzos de diciembre, los guardas de seguridad han empezado a controlar el acceso de las asesoras y funcionarias con minifalda. En una acci¨®n de protesta sin precedentes, varias decenas de ellas se han sublevado al grito de ¡°?Esto no es Ir¨¢n!¡±, despu¨¦s de que los vigilantes vetaran la entrada a Shaked Hasson, asistente de una diputada, tras examinar la longitud de su falda.

El presidente de la Knesset, el conservador Yuli Edelstein, ha acabado reculando ante la magnitud de la pol¨¦mica y ha dejado sin efecto la normativa sobre decoro. Un comit¨¦ integrado por diputados y personal parlamentario de los dos sexos establecer¨¢ pr¨®ximamente cu¨¢les son los l¨ªmites del recato en la sede del poder legislativo de Israel. El de Hasson no ha sido el ¨²nico caso. Ella se ha convertido en l¨ªder del movimiento de resistencia al c¨®digo de vestimenta y de rechazo a la intolerancia de los guardianes que midieron su ropa.

La direcci¨®n de los servicios administrativos de la C¨¢mara hab¨ªa difundido una circular hace dos meses recordando la vigencia de las reglas de vestimenta tras las quejas recibidas contra una visitante apenas cubierta por una camiseta rasgada. Las normas no especificaban, sin embargo, cu¨¢l era la longitud m¨ªnima tolerada para las faldas. Tras consultar al personal femenino del cuerpo de vigilantes, los responsables de seguridad situaron la frontera del pudor cinco cent¨ªmetros por encima de la rodilla, un criterio que alcanz¨® rango de ley moral en el control de acceso al Parlamento.

Unas 40 mujeres que trabajan en la Knesset se presentaron el pasado mi¨¦rcoles ante los guardianes del decoro ataviadas con faldas o vestidos cortos, aunque convenientemente equipadas con leotardos y medias oscuras bajo el temporal de viento y lluvia que azotaba Jerusal¨¦n. Dijeron estar hartas del acoso al que se ven sometidas, despu¨¦s de ser obligadas por agentes masculinos de vigilancia a desabrocharse los abrigos para verificar si infring¨ªan el reglamento como si se tratara, denunciaron, de una inspecci¨®n militar.

El diputado de origen argentino Manuel Trajtenberg, afiliado al grupo de centro-izquierda Uni¨®n Sionista, se sum¨® a la protesta femenina. ¡°Pronto las obligar¨¢n a llevar burkas¡±, asegur¨® tras quedarse en camiseta en una acci¨®n de solidaridad.

Mientras el comit¨¦ sobre vestimenta elabora la nueva normativa, los vigilantes de la Knesset solo podr¨¢n impedir el paso en los casos de impudicia extrema. Jerusal¨¦n se ha convertido en una de las ciudades m¨¢s conservadoras de Israel, donde se observan con celo preceptos como vestir seg¨²n la recatada tradici¨®n jud¨ªa, al hilo del creciente peso demogr¨¢fico y de representaci¨®n pol¨ªtica de la poblaci¨®n ultraortadoxa.

La diputada laborista Shelly Yachimovich ha calificado la inspecci¨®n de atuendo a la que fueron sometidas las empleadas de ¡°grave y humillante invasi¨®n de la intimidad ejecutada con arrogancia¡±. Yachimovich mostr¨® im¨¢genes del uniforme oficial de las vigilantes de seguridad del Parlamento israel¨ª. Sus faldas, situadas m¨¢s de cinco cent¨ªmetros por encima de las rodillas, no superar¨ªan su propia vara de medir.