Una d¨¦cada sin la voz armenia de Turqu¨ªa
Han pasado diez a?os del asesinato del periodista Hrant Dink sin que se haya castigado a los culpables
Hab¨ªa ca¨ªdo la noche y una lluvia fina y triste ca¨ªa sobre la avenida Halaskargazi de Estambul. Cientos de personas se hab¨ªan congregado all¨ª, frente a la sede del semanario armenio Agos, donde unas horas antes el periodista Hrant Dink hab¨ªa sido abatido por las balas; un asesinato que conmovi¨® a la sociedad turca. Los manifestantes de aquel 19 de enero de hace diez a?os enjugaban sus l¨¢grimas al grito de ¡°Todos somos Hrant, todos somos armenios¡±, con rabia contenida, decididos a que aquel fuese el ¨²ltimo de los cr¨ªmenes movidos por el fanatismo nacionalista, el ¨²ltimo de la larga lista que en Turqu¨ªa lleva la penosa etiqueta de ¡°asesinato sin resolver¡±. Pero, una d¨¦cada despu¨¦s, a¨²n dista mucho trecho para que se haga justicia.
Desde la direcci¨®n de Agos, Hrant Dink (1954-2007), uno de los principales intelectuales turcos de etnia armenia, se esforz¨® por tender puentes entre dos pueblos enfrentados a causa de las matanzas de 1915. ¡°Agos hab¨ªa sido fundado en 1996 para dar a conocer a los turcos la cultura armenia y que descubriesen que los armenios no son como les hab¨ªan hecho creer¡±, explica a EL PA?S el actual director del semanario, Yetvart Danzikyan: ¡°Hrant Dink hizo que muchos turcos descubrieran el genocidio armenio. Su palabra era m¨¢gica, lograba que incluso quienes le odiaban terminasen por prestarle atenci¨®n. Por eso resultaba un personaje tan inc¨®modo para muchos¡±.
Dink fue juzgado en varias ocasiones por ¡°mancillar la identidad turca¡± y condenado en una ocasi¨®n a una pena en suspenso de seis meses de c¨¢rcel. Este hecho le dio a conocer internacionalmente y su labor fue recompensada con premios como el Henri Nannen de Libertad de Expresi¨®n y el galard¨®n Press Freedom Hero, entre otros, pero tambi¨¦n lo hizo m¨¢s visible a ojos de los ultranacionalistas turcos, que no lo dejar¨ªan en paz hasta el d¨ªa de su muerte. Ese fat¨ªdico 19 de enero en que ser¨ªa asesinado, Agos publicaba la ¨²ltima columna de Dink, en la que denunciaba ¡°los centenares de amenazas que, durante los ¨²ltimos meses, nos han llovido por carta, tel¨¦fono y correo electr¨®nico¡±.
Horas m¨¢s tarde, un joven de 17 a?os llamado Og¨¹n Samast y procedente de la localidad de Trebisonda apretaba el gatillo y segaba la vida del periodista armenio. Pero Samast no estaba s¨®lo. ¡°No es un crimen que pueda cometer por su cuenta un chaval que no ha salido de su ciudad natal y que viene por primera vez en su vida a una gran ciudad como Estambul¡±, explica a este diario uno de los abogados de la familia Dink, Hakan Bakircioglu. ¡°Los archivos (del sumario) incluyen muchos incidentes que evidencian que la vida de Dink estaba en serio peligro. (¡) Si los lees como una novela, de las primeras 50 p¨¢ginas se desprende que este hombre ser¨¢ asesinado¡±, ha reconocido uno de los jueces que lleva el proceso, a¨²n en curso.
En un primero juicio ¨Cde los varios en que se fraccion¨® el caso-, Samast fue condenado a 22 a?os de c¨¢rcel y el presunto instigador del crimen, un joven ultranacionalista llamado Yasin Hayal, a cadena perpetua, mientras que la mayor¨ªa de los 18 acusados fueron absueltos. Ello pese a que la lista de negligencias previas al asesinato ¨Cla polic¨ªa y la gendarmer¨ªa recibieron soplos pero no se garantiz¨® a Dink protecci¨®n ni se actu¨® contra los eventuales atacantes- es solo comparable a las que se produjeron durante la investigaci¨®n y el juicio: parte de las grabaciones de las c¨¢maras de seguridad fueron borradas ¨Cpresuntamente para ocultar que en el lugar del crimen hab¨ªa varios miembros de las fuerzas de seguridad que segu¨ªan a Samast-; los gendarmes que detuvieron al asesino lo recibieron como un h¨¦roe¡ Y pese a que el Gobierno se dijo interesado en llegar hasta el fondo del asunto, no garantiz¨® el permiso necesario para que la Justicia procesara a los funcionarios del Ministerio de Interior implicados por acci¨®n u omisi¨®n en el caso.
Solo despu¨¦s de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenciase en 2010 que la investigaci¨®n hab¨ªa sido insuficiente, el Constitucional turco oblig¨® a investigar a los funcionarios implicados y el caso se reabri¨®. A¨²n contin¨²a y 35 sospechosos ¨Centre ellos varios altos cargos policiales- se sientan en el banquillo de los acusados. ¡°Es un juicio muy complicado en el que hemos tenido que superar muchos obst¨¢culos. A¨²n queda mucho camino para alcanzar una sentencia justa y todo depender¨¢ de lo que ocurra en Turqu¨ªa desde el punto de vista pol¨ªtico y social, porque es un juicio con mucha carga pol¨ªtica¡±, lamenta Bakircioglu.
Efectivamente, mientras hace diez a?os la fiscal¨ªa ¨Cfuertemente influida por el poder pol¨ªtico- sosten¨ªa que tras el asesinato se hallaba el ¡°Estado profundo¡± y, m¨¢s en concreto, una organizaci¨®n ultranacionalista conformada por militares, jueces y mafiosos llamada Ergenekon, ahora mantiene que los culpables son los seguidores de Fetul¨¢ G¨¹len, un movimiento islamista anta?o aliado al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y hoy opuesto a ¨¦l. ¡°Dentro del Estado existen diversas facciones que participaron en el crimen y entre ellas hab¨ªa kemalistas (nacionalistas laicos), gente cercana a G¨¹len y tambi¨¦n otros vinculados a Ergenekon. Unos lo planearon, otros ayudaron, otros hicieron la vista gorda¡ Una investigaci¨®n real deber¨ªa extenderse a todas las facciones del Estado, y claro, el Gobierno no desea ver eso y por ello prefiere culpar a un grupo concreto¡±, opina Danzikyan.
Una d¨¦cada despu¨¦s, la familia, los amigos y los compa?eros de Dink siguen esperando justicia, en un momento en que han vuelto a rebrotar los m¨¢s bajos instintos nacionalistas en Turqu¨ªa. ¡°Tras la protesta popular por el asesinato se relajaron tab¨²es, pudimos escribir sobre el genocidio o criticar el nacionalismo sin que nos acusases de traici¨®n ¨Ccontin¨²a el director de Agos-, pero ahora hemos regresado a un ambiente similar al que se viv¨ªa cuando mataron a Dink. Si alguien hace algo malo, se le insulta llam¨¢ndolo armenio o jud¨ªo. Por ejemplo, el (grupo armado kurdo) PKK es en realidad armenio o G¨¹len es un jud¨ªo encubierto¡±.
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