Taiw¨¢n cierra sus heridas ante el peligroso juego de China y Trump
La isla autogobernada conmemora el 70 aniversario de la masacre del 28 de febrero en un clima enrarecido
Taiw¨¢n record¨® este martes uno de los episodios m¨¢s oscuros de su historia reciente. Hace siete d¨¦cadas, el Kuomintang (KMT), partido nacionalista chino que tom¨® la isla tras el final de la Segunda Guerra Mundial, llev¨® a cabo una brutal represi¨®n contra la poblaci¨®n local que se sald¨® con la muerte de miles de civiles. El episodio qued¨® durante a?os bajo la alfombra, pero uno de los cometidos de la nueva presidenta Tsai Ing-wen es la reconciliaci¨®n con el pasado. La idea no convence a todos en Taiw¨¢n, especialmente en un momento en que las relaciones con Pek¨ªn se han m¨¢s que enrarecido por la imprevisible variable Donald Trump.
El 28 de febrero de 1947, el dictador Chiang Kai-shek envi¨® sus tropas para acabar con una rebeli¨®n contra su r¨¦gimen. La masacre dio lugar al comienzo de lo que se conoce como el terror blanco, el periodo de ley marcial que estuvo vigente en la ¨ªnsula hasta 1987.Durante este tiempo se calcula que entre 3.000 y 4.000 personas m¨¢s fueron ejecutadas.
De acuerdo con la voluntad de Tsai de abrir un proceso de justicia transicional que reconozca estos cr¨ªmenes, la presidenta anunci¨® hace dos d¨ªas la desclasificaci¨®n de todos los documentos relacionados con la masacre, conocida popularmente como 228. "Cuando toda la gente pueda hacer frente al pasado, todo el pa¨ªs podr¨¢ ir junto hacia el futuro", dijo la l¨ªder taiwanesa en un discurso este martes.
La revisi¨®n del pasado, sin embargo, divide a los dos partidos principales de la isla, el KMT y el Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP), ahora en el Gobierno. "Mientras continuemos atrapados en temas de injusticia, causados por el r¨¦gimen autoritario del pasado o la competici¨®n desleal entre partidos en un sistema democr¨¢tico, no creo que haya una reconciliaci¨®n real entre el partido en la oposici¨®n y el partido en el Gobierno", se?ala a este peri¨®dico un alto cargo del ejecutivo taiwan¨¦s, miembro del PDP, una formaci¨®n que busca alejarse de los preceptos de Pek¨ªn.
Por su parte, Eric Huang, jefe de la secci¨®n internacional del KMT, considera que el partido en el poder est¨¢ utilizando la justicia transicional como una herramienta pol¨ªtica. "Las generaciones m¨¢s j¨®venes del Kuomintang no sentimos que debemos soportar la deuda de las generaciones previas". M¨¢s pr¨®ximo al Partido Comunista chino, el KMT se debate ante el complejo escenario global: ¡°el espacio de Taiw¨¢n en la escena internacional podr¨ªa ser incluso m¨¢s limitado. Tenemos que ser pr¨¢cticos para sobrevivir¡±, apunta.
Las palabras de Huang apuntan a las expectativas que levant¨® en Taiw¨¢n -una naci¨®n reconocida por tan solo 21 pa¨ªses en la ONU y cuyo territorio se atribuye el Gobierno de la Rep¨²blica Popular China- la in¨¦dita llamada entre Tsai y Trump en diciembre. Las esperanzas a un mayor reconocimiento por parte de Washington se diluyeron cuando el presidente estadounidense prometi¨® a su hom¨®logo chino, Xi Jinping, que respetar¨ªa la pol¨ªtica de "una sola china". En cualquier caso, las relaciones entre ambos lados del estrecho no pasan por su mejor momento; a la reciente intrusi¨®n de Trump se le a?ade la escasa sinton¨ªa del partido comunista con el Gobierno de Tsai.
A pesar de la jugarreta del presidente estadounidense a Taip¨¦i tras su llamada con Xi, las relaciones entre EE. UU. y la naci¨®n isle?a pasan por unos de sus mejores momentos. Cuando la sede del nuevo Instituto Americano de Taiw¨¢n ¨Crepresentaci¨®n del pa¨ªs de las barras y estrellas en la ¨ªnsula- abra sus puertas, este contar¨¢ con marines americanos, algo que no pasaba desde 1979.
Pasado e identidad
Tras 50 a?os de colonizaci¨®n japonesa, Taiw¨¢n pas¨® a manos de la Rep¨²blica de China (nombre oficial de la isla autogobernada) en 1945. Los conflictos entre los nativos y los reci¨¦n llegados desde el lado continental desembocaron en la masacre del 28 de febrero y el posterior periodo de ley marcial.
En Taiw¨¢n habitan m¨¢s de medio mill¨®n de personas que pertenecen a tribus abor¨ªgenes. Este sector fue uno de los m¨¢s discriminados durante la llegada del Kuomintang a la isla. El conflicto de identidad en Taiw¨¢n sigue siendo un tema candente en la regi¨®n, sobre el que existen diferentes perspectivas y contextos. Para Huang parece estar claro: ¡°somos chinos en etnicidad, pero somos taiwaneses desde el punto de vista de identidad nacional. La identidad taiwanesa est¨¢ ahora en nuestro ADN. Taiw¨¢n es un pa¨ªs, una soberan¨ªa¡±.
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