Los v¨ªrgenes, la ¨²ltima amenaza de la natalidad en Jap¨®n
La timidez, el porno y la precariedad laboral envejecen a la poblaci¨®n nipona
La b¨²squeda de los causantes del descenso de la natalidad en Jap¨®n se ha convertido en una obsesi¨®n nacional y los ¨²ltimos sospechosos en la lista, seg¨²n una encuesta oficial, son los hombres y mujeres que avanzan por la vida sin haber probado nunca el sexo. Seg¨²n el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Poblaci¨®n y Seguridad Social, organismo que examina tendencias de vida para proyectar pol¨ªticas sociales, m¨¢s del 40 por ciento de los japoneses y japonesas entre los 18 y los 34 a?os son v¨ªrgenes.
M¨¢s del 40 por ciento de los japoneses y japonesas entre los 18 y los 34 a?os son v¨ªrgenes
Los castos nipones no est¨¢n orgullosos de serlo y casi todos desear¨ªan tener una relaci¨®n, seg¨²n la encuesta. Los v¨ªrgenes se suman a los ¡°herb¨ªvoros¡±, parientes cercanos del metrosexual en su exquisitez para vestir, inteligentes y amables, pero reacios a iniciar cualquier relaci¨®n personal. La etiqueta fue acu?ada en 2006 por la escritora Maki Fukasawa para catalogar hombres con un inter¨¦s moderado en el sexo y m¨¢s pasivos que sus antecesores a la hora de buscarlo.
¡°Con mis amigas nunca se ha planteado (un encuentro sexual) pues valoro mucho su amistad¡± afirma K.K., un elegante empleado de 32 a?os calificado por sus amigas de herb¨ªvoro y que recuerda su ¨²ltima relaci¨®n carnal como algo remoto. Quisiera formar una familia para contribuir a la escasez de mano de obra que se avecina pero las condiciones, explica, no terminan de darse.
La evoluci¨®n del macho nip¨®n hacia patrones de conducta menos agresivos es una constante en los abundantes estudios sobre la crisis demogr¨¢fica iniciados tras el estallido de la burbuja econ¨®mica de los a?os ochenta.
Preocupado por la previsi¨®n de que la poblaci¨®n japonesa se reducir¨¢ en un tercio en 2060 y para 2100 ser¨¢ de 49 millones de personas, de los 126 millones actuales, el actual primer ministro Shinzo Abe anima a la juventud a formar familia y reproducirse.
Pero la precariedad laboral que desplaza al empleo vitalicio desde finales del siglo pasado y el miedo a un futuro con magras pensiones, reduce en las nuevas generaciones la esperanza de casarse, tener hijos, casa propia y hasta de comprar coche.
Otro colectivo recurrente en los informes sobre la libido menguante es el de los otakus, chicos que canalizan su sexualidad hacia las adolescentes con voz de lactante y pechos enormes que pueblan ciertas pel¨ªculas de anime. Adem¨¢s de compartir con el japon¨¦s promedio la fuerte timidez y el car¨¢cter empoll¨®n, el otaku es presa f¨¢cil de la tenaz industria pornogr¨¢fica local que se jacta de satisfacer cualquier gusto sexual por novedoso que pueda parecer.
En este panorama sufren tambi¨¦n las relaciones a corto plazo. M.T., una atractiva empleada de una editorial en Tokio, lleva dos a?os sin tener un novio o amante y asegura que ¡°mucha gente no quiere ni intenta hablar con los dem¨¢s. En el metro, el ascensor, en la calle y hasta en los bares, todos miran su m¨®vil¡±.
La contraparte del fen¨®meno es que las parejas homosexuales ganan derechos y la mujer sufre menos presi¨®n social para casarse. La lucha por la igualdad avanza, muy lenta pero sin pausa, y la independencia econ¨®mica es una realidad para m¨¢s mujeres hasta el punto de que muchos analistas anticipan un Jap¨®n en manos de ¡°carn¨ªvoras¡± que toman la iniciativa y animan a los hombres a reproducirse.
Sin embargo, M.T., la guapa editora, recomienda cautela y cuenta el caso de una amiga suya reci¨¦n regresada de M¨¦xico que quiso entablar conversaci¨®n con un chico en un bar pregunt¨¢ndole sobre la copa que estaba tomando. La respuesta fue: "?Es esto para una revista o para un programa de televisi¨®n?".
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