Macron, el candidato fil¨®sofo
El aspirante centrista a la presidencia francesa combina su formaci¨®n financiera con una profunda cultura literaria
Un muchacho de provincias que se enamora de su profesora y abandona la familia y la ciudad para exiliarse a Par¨ªs. Un estudiante brillante, ebrio de poes¨ªa y literatura, que renuncia al mundo de las letras para dedicarse a las altas finanzas. Un aprendiz de fil¨®sofo, colaborador de uno de los mayores pensadores contempor¨¢neos, que hoy, a los 39 a?os, aspira a conquistar el Palacio del El¨ªseo, sede de la presidencia francesa.
Hay algo en Emmanuel Macron, el candidato centrista a las elecciones del 23 de abril y el 7 de mayo,?de personajes ambiciosos y rom¨¢nticos como Julien Sorel, el h¨¦roe de El rojo y el negro, de Stendhal, la novela del siglo XIX que ¨¦l nunca ha dejado de releer. Y hay algo, tambi¨¦n, de rey fil¨®sofo, el gobernante humanista, el presidente escritor, un papel que cultivaron el General de Gaulle y Fran?ois Mitterrand y que los ¨²ltimos presidentes no han sabido ni han querido ocupar.
No hay muchos l¨ªderes mundiales que hayan colaborado en un volumen de la densidad de La memoria, la historia, el olvido, del fil¨®sofo Paul Ricoeur, fallecido en 2005. Macron ten¨ªa veintipocos a?os y estudiaba filosof¨ªa mientras se preparaba para entrar en la Escuela Nacional de Administraci¨®n (ENA), el vivero de la clase dirigente francesa. Dos o tres tardes por semana se desplazaba a las afueras de Par¨ªs para trabajar con Ricoeur.
En la introducci¨®n del libro, Ricoeur expresa su gratitud al joven Macron. ¡°A quien debo¡±, escribi¨® el viejo fil¨®sofo, ¡°una cr¨ªtica pertinente de la escritura y la puesta en forma del aparato cr¨ªtico de esta obra¡±. ¡°Paul Ricoeur¡±, dijo a?os despu¨¦s Macron, ¡°ten¨ªa la idea de que somos enanos sobre los hombros de gigantes, y que al comentar a los grandes autores prolongamos su pensamiento. Esta ense?anza fue mi escuela intelectual y sigue si¨¦ndolo¡±.
¡°Es uno de los fil¨®sofos de la Europa continental que m¨¢s ha pensado sobre la filosof¨ªa deliberativa¡±, dijo Macron en una entrevista en la publicaci¨®n Le 1. ¡°Reflexion¨® sobre la posibilidad de construir una acci¨®n que no sea vertical, es decir, que no quede atrapada en una relaci¨®n de poder, pero que al mismo tiempo escape a los vaivenes permanentes de la deliberaci¨®n¡±.
¡°Macron es un intelectual con una formaci¨®n de filosof¨ªa pol¨ªtica, no s¨®lo por amor a las ideas. Es una filosof¨ªa que lleva a la acci¨®n¡±, dice por tel¨¦fono el periodista Eric Fottorino, director de Le 1 y autor de dos entrevistas en profundidad con Macron sobre filosof¨ªa y literatura. ¡°Su papel lo ve como el de un traductor de conceptos filos¨®fico en herramientas de acci¨®n pol¨ªtica¡±.
Algunos especialistas en Ricoeur le han reprochado que aparezca como alguien m¨¢s pr¨®ximo a Ricoeur de lo que realmente era, y que se le presente como fil¨®sofo cuando nunca ha sido estrictamente fil¨®sofo. ¡°O bien Macron se presenta a s¨ª mismo como fil¨®sofo, o es su entorno el que hace circular la informaci¨®n¡±, dijo recientemente a la radio France Inter la fil¨®sofa Myriam Revault d¡¯Allonnes. ¡°Es innegable que tiene una cultura filos¨®foca, pero de todas maneras no por haber estudiado filosof¨ªa se hace buena pol¨ªtica¡±.
Olivier Mongin, director de la revista Esprit entre 1989 y 2012, en la que Macron ha colaborado, recuerda en un correo electr¨®nico que, pese a su trabajo con Ricoeur en uno de sus libros mayores y m¨¢s complejos, Macron no es estrictamente un fil¨®sofo ricoeuriano. ¡°Su principal cualidad es comprimir los conceptos y tomarse el tiempo para argumentar¡±, a?ade. ¡°Conceptualiza y argumenta. Esto es fruto de su formaci¨®n filos¨®fica. Lo que no significa que persuada o convenza. A¨²n le falta el anclaje hist¨®rico¡±.
La formaci¨®n literaria complementa la filos¨®fica. Su amigo Marc Ferracci, hoy economista, recuerda sus a?os de estudiantes en Sciences Po, la prestigiosa escuela de ciencias pol¨ªticas en Par¨ªs. Manten¨ªan largas conversaciones sobre pol¨ªtica. Conocer al pol¨ªtico socialdem¨®crata Michel Rocard fue, junto al trabajo con Ricoeur, un acontecimiento que le marc¨®. Y hablaban de literatura. Se regalaban libros de poes¨ªa, sobre todo de poetas como Ren¨¦ Char.?
¡°Char era un poeta que construy¨® su identidad pol¨ªtica cuando era resistente contra el ocupante alem¨¢n¡±, dice Ferracci por tel¨¦fono. ¡°[Macron] piensa que es una poes¨ªa del desvelamiento, no una poes¨ªa que busca el estilo por el estilo, sino una poes¨ªa que busca decir la realidad de las cosas, que no se pierde en la sofisticaci¨®n estil¨ªstica. Y pienso que esto refleja bastante la personalidad intelectual de Macron: alguien que se apoya en la cultura, la literatura, para entrar en lo real, y actuar en ¨¦l de manera pragm¨¢tica¡±.?
Es inevitable ver en Macron ¡ªel ni?o prodigio que rompe las convenciones sociales para casarse con una mujer m¨¢s de 20 a?os mayor que ¨¦l; el que pasa de la banca al Gobierno y de aqu¨ª a liderar un nuevo movimiento para transformar Francia y Europa¡ª al personaje de una novela del XIX, calculador e incauto a la vez, aferrado a la libertad de elegir su rumbo.
¡°Es evidente que hay un lado novelesco [en Macron], un lado inici¨¢tico, porque ha superado etapas en su vida, con frecuencia con decisiones tajantes¡±, dice su amigo Ferracci. ¡°Quiz¨¢ haya un v¨ªnculo con el hilo rojo de la libertad, con sus referencias literarias, culturales, y sus referencias de personajes stendhalianos o flaubertianos que efectivamente transgreden, crean su camino solos. Quiz¨¢ ah¨ª haya un paralelismo¡±.
De joven, ¨¦l mismo escribi¨® algunas novelas. Las tiene guardadas en un caj¨®n. Una se titula Babilonia, Babilonia. ¡°En ella contaba de manera un poco desubicada la aventura de Hern¨¢n Cort¨¦s¡±, le explic¨® a Fottorino. ¡°S¨®lo tuvo una lectora, mi esposa, y no tendr¨¢ m¨¢s¡±.
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