El nuevo Gobierno de Marruecos refleja el poder del Palacio Real
El rey nombra un Ejecutivo en el que los islamistas vencedores de las legislativas pierden influencia
Tras seis meses de estancamiento, el rey de Marruecos, Mohamed VI, nombr¨® el mi¨¦rcoles un Gobierno integrado por seis formaciones en el que los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), ganadores de las ¨²ltimas legislativas, pierden influencia. Habr¨¢ 39 carteras con 20 ministros, seis ministros delegados y trece secretar¨ªas de Estado. La jefatura del Gobierno recaer¨¢ en el n¨²mero dos del PJD, Saaded¨ªn el Otmani, pero los islamistas quedar¨¢n al margen de las principales carteras.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, de gran calado en el pa¨ªs, seguir¨¢ en manos del empresario y amigo ¨ªntimo del rey, Aziz Ajanuch, presidente del liberal Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI). Ajanuch incorpora a su ministerio las competencias en Desarrollo Rural y en Aguas y Bosques, de gran importancia en las grandes obras de infraestructuras que se prev¨¦n efectuar. El partido de Ajanuch, que qued¨® en el cuarto puesto en las elecciones con solo 37 de los 395 esca?os disponibles, controlar¨¢ tambi¨¦n los ministerios de Industria, por un lado, y de Econom¨ªa y Finanzas, por otro.
El mejor resultado del PJD, las peores carteras
Los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) ganaron las elecciones legislativas del pasado 7 de octubre y lograron 125 de los 395 esca?os del Parlamento. Eran los mejores resultados de su historia, con 18 diputados m¨¢s que en los comicios de 2011. Pero el sistema electoral marroqu¨ª est¨¢ dise?ado de forma que es casi imposible que un partido obtenga los 198 diputados de la mayor¨ªa absoluta. El secretario general del PJD y jefe del Gobierno, Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, busc¨® aliados durante cinco meses. El partido que result¨® clave en esa negociaci¨®n fue el Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI), liderado por el empresario Aziz Ajanuch, amigo ¨ªntimo del rey, que impuso dos condiciones: que en la coalici¨®n de Gobierno no estuviera el Partido Istiqlal (tercera fuerza, con 46 esca?os) y que entraran los socialistas de la USFP (sexta fuerza, con 20 diputados). Benkir¨¢n termin¨® aceptando la primera exigencia, pero se neg¨® a incorporar a los socialistas.
Benkir¨¢n se atrevi¨® a tensar la cuerda con el Palacio Real y la cuerda se termin¨® rompiendo por la parte m¨¢s d¨¦bil, que era la suya. El rey hizo uso de sus poderes constitucionales y le destituy¨® el 17 de marzo. Nombr¨® en su lugar al tambi¨¦n islamista del PJD Saadedin el Otmani, de 61 a?os y psiquiatra de formaci¨®n. El Otmani acept¨® ¡ªcon el apoyo de su partido¡ª incorporar a los socialistas al Gobierno. El pa¨ªs ha salido del atasco, pero algunos analistas apuntan que el precio pagado por los islamistas ha sido demasiado alto. Conservan 11 de las 39 carteras, pero no han conseguido ninguno de los ministerios donde se decide la pol¨ªtica econ¨®mica del pa¨ªs y han perdido el Ministerio de Justicia. Y eso pese a tener el mejor resultado electoral de su historia.
El medio digital LeDesk aseguraba en un editorial: ¡°El Palacio reduce a los islamistas al papel de figurantes¡±: ¡°Este Gobierno (¡) demuestra en una actitud sin complejos que las elecciones en Marruecos no sirven gran cosa, sino para traducir, cueste lo que cueste, lo que el Palacio decida, bien o mal, en nombre de todos¡±. Para Le Desk se cierra as¨ª un par¨¦ntesis que se abri¨® en la primavera de 2011 con lo que parec¨ªa un ¡°estremecimiento de apertura¡±.
Los ministerios del Interior, de Exteriores y de Asuntos Religiosos quedan en manos de tecn¨®cratas que han destacado por su lealtad a las directrices del Palacio Real. El ministerio de Educaci¨®n ha ido a parar al anterior ministro del Interior, Mohamed Hassad, quien solo rend¨ªa cuentas ante el monarca. Y el nuevo ministro del Interior ser¨¢ Abdelouafi Laftit, hasta ahora wali o gobernador civil de Rabat, quien manten¨ªa unas relaciones muy tensas con los islamistas del PJD. Para mujeres solo quedan un ministerio, el de Familia y Asuntos Sociales, y ocho secretar¨ªas de Estado.
Este Gobierno es una expresi¨®n clara del control absoluto del rey sobre las instituciones Fouad Abdelmoumni, responsable de Transparencia Marruecos
En un discurso pronunciado hace varios meses, Mohamed VI record¨® que ¨¦l es el rey de todos los marroqu¨ªes, incluso de los que no votan. Quiso dejar claro que ¨¦l mantiene una posici¨®n neutral, de ¨¢rbitro entre las distintas formaciones. No obstante, en la composici¨®n del actual Gobierno las carteras de mayor peso pol¨ªtico quedan en manos de pol¨ªticos afines a las directrices del Palacio. Su influencia se extiende tambi¨¦n a la oposici¨®n, ya que el principal grupo opositor, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que qued¨® segundo en las elecciones con 102 esca?os, fue fundado por Fuad Al¨ª El Himma, amigo ¨ªntimo del rey y actual consejero.
Un analista que prefiere mantenerse en el anonimato indic¨®: ¡°Las bases del PJD est¨¢n muy decepcionadas. Tienen ¨®rdenes de mantenerse callados, pero el PJD ha sufrido un golpe tremendo con el nombramiento de este Gobierno y lo saben¡±.
Fouad Abdelmoumni, responsable de Transparencia Marruecos, declar¨® a este diario a t¨ªtulo personal y no como presidente de su organizaci¨®n: ¡°Este Gobierno es una expresi¨®n clara del control absoluto del rey sobre las instituciones y la clase pol¨ªtica. Es expresi¨®n tambi¨¦n de la ausencia de una instituci¨®n gubernamental coherente y aut¨®noma, basada en la legitimidad popular, dotada de un programa y dirigida por verdaderos ministros responsables de sus acciones¡±.
¡°Este Gobierno¡±, a?adi¨® Abdelmoumni, ¡°parece tener como objetivo esencial quitar credibilidad a los partidos y a las elecciones, para dejar la gobernanza en la opacidad y la irresponsabilidad¡±. Abdelmoumni vaticina para los pr¨®ximos a?os ¡°tensiones econ¨®micas y sociales especialmente duras¡±.
Tambi¨¦n hay quienes piensan exactamente lo contrario. David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra, cree que el discurso sobre el control de la pol¨ªtica por parte del Palacio se utiliza como excusa para justificar la debilidad de las estructuras de partido. ¡°No hay que olvidar que el PJD, que es la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs, no representa m¨¢s que a 1,6 millones de votantes sobre el 6,6% en edad de votar. Su victoria en las grandes ciudades se registra en paralelo a un r¨¦cord de abstenci¨®n en las urbes. No se puede hablar de que sea un partido de masas¡±.
David Goeury asume que con la composici¨®n del nuevo Gobierno el PJD queda al margen de las grandes pol¨ªticas p¨²blicas. ¡°Sin embargo¡±, a?ade, ¡°esta situaci¨®n le permite a este partido posicionarse como v¨ªctima del ¡°autoritarismo del Palacio¡±, y as¨ª podr¨¢ mantener un discurso de oposici¨®n mientras dirige el Gobierno. No hay que olvidar que los dirigentes del PJD tienen una visi¨®n de la pol¨ªtica a largo plazo. Es lo mismo que sucede con los islamistas de T¨²nez, Egipto y Turqu¨ªa. Ellos no tienen no tienen un plan para mejorar ahora la industria o la agricultura. Aspiran a una modificaci¨®n profunda de la sociedad a largo plazo, que pasa por una modificaci¨®n de la moral, del comportamiento del individuo¡±.
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