¡®Lava Jato¡¯ y ¡®Mani Pulite¡¯, el precedente italiano de la crisis brasile?a
Como hace 25 a?os en la patria de Dante y cuna del Renacimiento, tambi¨¦n hoy la sociedad brasile?a est¨¢ at¨®nita y desorientada ante el esc¨¢ndalo
Se acaban de cumplir, el mes pasado, 25 a?os del inicio, en Italia, de la operaci¨®n Mani Pulite (Manos Limpias), el mayor esc¨¢ndalo de corrupci¨®n pol¨ªtico empresarial hasta entonces conocido y ante el cual incluso el caso Lava Jato brasile?o se presenta con dimensiones menores. El azar hizo que me tocara escribir, para este mismo peri¨®dico, de ambos acontecimientos en los dos continentes. Vistas ante el espejo, ambas experiencias aparecen gemelas, aunque a¨²n no sepamos cu¨¢l ser¨¢ el final de la brasile?a.
En Italia, como en Brasil, todo empez¨® casi por casualidad, tirando del hilo de un peque?o esc¨¢ndalo de corrupci¨®n pol¨ªtico empresarial que envolvi¨® al l¨ªder de los socialistas de Mil¨¢n, Mario Chiesa, que aspiraba a ser alcalde de la ciudad y exig¨ªa dinero sucio a las empresas a cambio de concesiones de obras p¨²blicas. Fue a partir de all¨ª cuando un grupo de jueces, capitaneados por Antonio Di Pietro, el Sergio Moro italiano, lleg¨® a descubrir que la corrupci¨®n estaba incrustada en todo el pa¨ªs y constitu¨ªa una especie de mafia entre pol¨ªticos y empresarios. Como en el caso Odebrecht, fueron descubiertas hasta planillas con las cifras ofrecidas a partidos y pol¨ªticos. Aparecieron comprometidas pr¨¢cticamente todas las formaciones pol¨ªticas, aunque el que mov¨ªa los hilos de la corrupci¨®n era el Partido Socialista (PSI) que, con Bettino Craxi hab¨ªa llegado por primera vez al Gobierno.
Entre los cientos de pol¨ªticos condenados, Craxi y su partido fueron considerados el alma de la trama. El l¨ªder socialista fue condenado a 17 a?os de c¨¢rcel, pero prefiri¨® huir al exilio en T¨²nez, donde acab¨® sus d¨ªas. Tambi¨¦n all¨ª, como aqu¨ª en Brasil, Craxi arremeti¨® contra los jueces y hasta intent¨® procesar al juez Di Pietro. Y fueron estigmatizadas las llamadas delaciones premiadas (arrepentidos en Italia). La trama se revel¨® como un c¨¢ncer que hab¨ªa infectado a todos los partidos.
Las diferencias entre Mani Pulite y Lava Jato est¨¢n sobre todo en los n¨²meros, En Italia fueron condenados cuatro ex primeros ministros, 438 pol¨ªticos y 872 empresarios. Hubo 2.993 mandatos de prisi¨®n y 6.059 investigados. Y all¨ª la operaci¨®n fue m¨¢s dram¨¢tica. Once de los condenados se suicidaron. Entre ellos, y ya en la c¨¢rcel, Gabriele Calhari, el presidente de la empresa estatal ENI (Ente Nacional de Hidrocarburos). Se mat¨® tambi¨¦n con un tiro en la cabeza Ra¨²l Gardini, presidente de Montedison, la gigante industria petroqu¨ªmica. La operaci¨®n Mani Pulite acab¨® literalmente con todos los grandes partidos, entre ellos la poderosa Democracia Cristina (DC), que gobernaba desde hac¨ªa 40 a?os, y el Partido Socialista (PSI). All¨ª falleci¨® la Primera Rep¨²blica.
Lo que sigui¨® a Mani Pulite para Italia lo conocemos y no es halagador. A Craxi, fugitivo, le sucedi¨® en el Gobierno el empresario de la construcci¨®n y due?o de un conglomerado medi¨¢tico Silvio Berlusconi, con grandes sospechas ya entonces de corrupci¨®n y al que acab¨® adoptando la mafia siciliana. Lleg¨® a gobernar 20 a?os por culpa en buena parte de la izquierda, que no supo rehacerse despu¨¦s del descalabro del partido socialista. Desde entonces, la vida pol¨ªtica italiana no ha sido entusiasmante. A los grandes partidos de la Rep¨²blica le sucedieron nuevas fuerzas pol¨ªticas de peque?o tama?o, muchas de ellas nacidas de los restos maltrechos de las grandes formaciones desaparecidas.
Es sabido que el juez brasile?o S¨¦rgio Moro es un experto en Mani Pulite?en la que, sin duda, se inspir¨®. Y conoce muy bien las maniobras que los restos del naufragio de la Rep¨²blica italiana consiguieron llevar a cabo en el Congreso para amnistiar a la gran mayor¨ªa de los condenados. Lo que ni ¨¦l ni nadie se atreve hoy a imaginar, a 25 a?os de distancia de la historia italiana, es c¨®mo acabar¨¢ la brasile?a. Como entonces en la patria de Dante y cuna del Renacimiento, tambi¨¦n hoy la sociedad brasile?a est¨¢ at¨®nita y desorientada, a la espera de ver la conclusi¨®n del esc¨¢ndalo. Una cosa parece cierta y es que tambi¨¦n en Brasil la clase pol¨ªtica, en el banquillo y a¨²n sin condena, mover¨¢ todos los hilos para defenderse con nuevas leyes del Congreso, al mismo tiempo que la sociedad est¨¢ en alerta para que eso no se produzca.
El final de la historia brasile?a que est¨¢ teniendo ya ramificaciones en varios pa¨ªses del continente y hasta en ?frica. Depender¨¢ sin duda de una sociedad que tendr¨¢ el a?o pr¨®ximo, en la cita con las elecciones presidenciales y la renovaci¨®n del Congreso, la gran oportunidad de actuar con la fuerza de su voto libre. La suerte es que en Brasil las instituciones siguen firmes y con la capacidad de juzgar a toda una clase pol¨ªtica. Y la esperanza de quienes se esfuerzan para que la dolorosa experiencia pueda fructificar positivamente es que Brasil se mire en el espejo de Italia y no permita que se repitan aqu¨ª los errores de entonces.
Brasil puede salir fortalecido y con un empuje mayor para llevar a cabo el rosario de reformas que sean capaces de dar vida a una nueva rep¨²blica, liberada de la escoria del presente. De lo contrario, ya que no existe democracia sin el fortalecimiento de la pol¨ªtica, el resultado final podr¨ªa ser una aventura pol¨ªtica peor y con un desenlace m¨¢s melanc¨®lico que el de Italia. "Ojal¨¢ que 25 a?os no hayan pasado en balde y hayan ense?ado la lecci¨®n a los brasile?os", me dice uno de los pocos pol¨ªticos que no aparecen en la lista maldita de Lava Jato.
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