De la conmoci¨®n con Le Pen padre, a la indiferencia con la hija
La candidata del Frente Nacional no provoca hoy el mismo rechazo que gener¨® su progenitor en 2002
Cuando Nicolas Lebourg acudi¨® el lunes a la manifestaci¨®n convocada en Par¨ªs por SOS Racismo para protestar por el pase a la segunda vuelta de las presidenciales de Marine Le Pen, se top¨® con una triste sorpresa. ¡°No ¨¦ramos ni 300 personas en la Plaza de la Rep¨²blica¡±, lamenta este historiador especializado en la extrema derecha. En ese mismo lugar, en 2002, cientos de miles de personas se congregaron para protestar por la clasificaci¨®n para la recta final de las elecciones del entonces l¨ªder del Frente Nacional (FN) y padre de la actual candidata, Jean-Marie Le Pen.
La Francia que vive de nuevo el ascenso de la extrema derecha no es la misma de 2002, como tampoco lo es el resto del mundo. Hace 15 a?os, Donald Trump solo ocupaba titulares en los tabloides y hoy es presidente de Estados Unidos, los europeos aprend¨ªan a manejarse con la nueva moneda com¨²n, el euro, y el Brexit que ahora comienza a negociarse en la UE era algo inconcebible. Y lo que en 2002 pareci¨® una peligrosa anormalidad, la presencia en la segunda vuelta presidencial en Francia del candidato de extrema derecha Jean-Marie Le Pen, ha sido recibido en 2017 casi con indiferencia.
Una indiferencia que, no obstante, ha causado inquietud. El propio presidente saliente, el socialista Fran?ois Hollande, ha hecho sonar la alarma. ¡°Creo que no se ha tomado verdadera conciencia de qu¨¦ es lo que pas¨® el domingo [en la primera vuelta]¡°, advirti¨® esta semana sobre el duelo que enfrentar¨¢ a Le Pen y al centrista Emmanuel Macron por el El¨ªseo el 7 de mayo. El Frente Nacional no ha dejado de aumentar en votos desde que ella tom¨® las riendas del partido fundado por su padre en 1972. El domingo super¨® por primera vez la barrera del 20%, con 7,68 millones de sufragios, y ello se debe en buena parte a la calculada estrategia de esta abogada de 48 a?os, que ha realizado un profundo lavado de cara del FN, la llamada ¡°desdiabolizaci¨®n¡± del partido.
¡°Yo soy un antiguo paracaidista, ella es una madre de familia. Es normal que ella d¨¦ una imagen m¨¢s tranquilizadora¡±, declar¨® este mi¨¦rcoles a Le Parisien el propio Jean-Marie Le Pen, al que su hija expuls¨® del partido en 2015.
Pero seg¨²n Lebourg, la ¡°normalizaci¨®n¡± o banalizaci¨®n del FN no se explica solo con las medidas cosm¨¦ticas de la formaci¨®n, sino que hunde su ra¨ªz en una profunda crisis de la pol¨ªtica francesa, sobre todo de la izquierda. ¡°Hay dos cosas que han cambiado. De un lado, ha habido una normalizaci¨®n del FN, y de otro, la deconstrucci¨®n de la cultura de izquierda¡±, que, entre otras cosas, ¡°ya no sabe movilizar referentes antirracistas¡± ante el avance de Le Pen, se?ala.
¡°Es sorprendente que la izquierda radical de Francia Insumisa [con Jean-Luc M¨¦lenchon, cuarto en la primera vuelta], que ha sabido renovar completamente el movimiento con un equipo muy bueno y sacarlo de la cultura de la Internacional, el pu?o en alto y las banderas rojas, sea incapaz de dar referentes que le hablen a la juventud de hoy en lo que se refiere a movimientos antirracistas¡±, destaca Lebourg. ¡°Todos hemos integrado tanto que el antirracismo moral ya no sirve para frenar al FN, que ha sido un fracaso, hoy no tenemos nada¡± para hacerle frente, a?ade.
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