Macron refuerza sus opciones en un duro debate con Le Pen
Los candidatos intercambian descalificaciones en un cara a cara que expone visiones y estilos opuestos
Pocas veces se ha visto un combate dial¨¦ctico de tal intensidad en un debate electoral. Los argumentos, rotundos a un lado y otro de la mesa. Las acusaciones, ad hominem y ofensivas en muchos momentos. El ritmo, endemoniado, un veloz pimp¨®n dial¨¦ctico que expuso ante millones de telespectadores dos visiones y estilos diametralmente opuestos. El centrista Emmanuel Macron sali¨® la noche del mi¨¦rcoles consolidado como favorito para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas del pr¨®ximo domingo frente a Marine Le Pen, la candidata del viejo partido ultraderechista Frente Nacional (FN).
Fue un combate an¨®malo, asim¨¦trico. La esgrima contra la lucha libre, el florete contra el martillo, los argumentos y la emoci¨®n.
Macron, candidato de la nueva formaci¨®n En Marche!, logr¨® desarbolar a Le Pen con destreza t¨¦cnica y su resistencia de hierro. Ella busc¨® el cuerpo a cuerpo desde el primer minuto, y acab¨® a la defensiva, interrumpiendo al rival y repitiendo como un mantra que este era el candidato del presidente Fran?ois Hollande.
¡°La Francia que usted defiende no es Francia¡±, dijo Le Pen a Macron, a quien acus¨® de ser un candidato del gran capital, de la Comisi¨®n Europea y de la Alemania de Angela Merkel. ¡°Francia ser¨¢ gobernada por una mujer, ya sea yo o madame Merkel¡±, ironiz¨®.
¡°Tengo frente a m¨ª a la gran sacerdotisa del miedo: es usted¡±, dijo Macron, que intent¨® retratar a Le Pen como la candidata del discurso apocal¨ªptico, de la Francia miedosa y, sobre todo, de la extrema derecha m¨¢s arcaica, racista y xen¨®foba. El del FN que fund¨® Jean-Marie, el padre de Marine Le Pen, y que nunca como ahora ha estado tan cerca del poder.¡°Su proyecto¡±, a?adi¨®, ¡°busca vivir del miedo y las mentiras, es lo que nutri¨® a su padre y a la extrema derecha francesa durante d¨¦cadas¡±.
El tono fue bronco desde el principio, violento incluso para muchos de los telespectadores que no est¨¢n acostumbrados a combates de este tipo. ¡°Usted dice tonter¨ªas¡±, repiti¨® Macron. O: ¡°Miente permanentemente¡±.
La batalla por el euro marca la recta final
El mensaje que finalmente puede decidir la elecci¨®n presidencial en favor del europe¨ªsta Macron es la econom¨ªa. Los franceses rechazan abrumadoramente la salida del euro, motivo por el cual Le Pen ha tratado de suavizar su mensaje, afirmando que el abandono de la moneda ¨²nica ya no es una prioridad.
Macron aprovech¨® durante el debate la confusi¨®n creada en este tema. ¡°?Salimos o no del euro?¡±, pregunt¨® a Le Pen. ¡°Tenemos que recuperar nuestra moneda nacional¡±, replic¨® Le Pen. Pero a la par asegur¨® que negociar¨¢ para que ¡°el euro sea transformado en una moneda com¨²n¡±. Entonces, insisti¨® Macron, "las empresas, ?pagar¨¢n en euros o no? Porque una gran empresa no puede pagar una cosa en euros y a sus asalariados en francos. Lo que dice no tiene ning¨²n sentido¡±, concluy¨®.
"Espero que no nos enteremos de que usted tiene una cuenta offshore en las Bahamas", espet¨® Le Pen en otro momento, una insinuaci¨®n que no sustent¨® con prueba alguna.
Macron, favorito indiscutible seg¨²n todos los sondeos, contrast¨® la visi¨®n apocal¨ªptica y derrotista del FN con el optimismo y el ¡°esp¨ªritu de conquista¡± ¡ªla Francia que gana, que no teme la globalizaci¨®n¡ª que ¨¦l quiere encarnar.
Le Pen arremeti¨® con argumentos m¨¢s generales, una o dos ideas que martilleaba fuese cual fuese el asunto a tratar. Primero, la idea de que Macron es responsable de la herencia del impopular presidente Hollande, de quien fue asesor en el El¨ªseo y luego ministro de Econom¨ªa. Y, segundo, que Macron, que trabaj¨® como banquero antes de entrar en pol¨ªtica y hace gala de un europe¨ªsmo sin complejos, est¨¢ al servicio no de los intereses de los ciudadanos franceses o de la naci¨®n, sino oscuros poderes que le mueven como una marioneta. Es, seg¨²n la aspirante del FN, el hombre del sistema.
El debate fue un acontecimiento televisivo y pol¨ªtico excepcional. Por primera vez desde que Val¨¦ry Giscard d¡¯Estaing y Fran?ois Mitterrand debatieron ante las c¨¢maras en 1974, los dos candidatos no pertenec¨ªan a ninguno de los dos grandes partidos, eliminados en la primera vuelta del pasado el 23 de abril. Cuando en 2002 Jean-Marie Le Pen lleg¨® a la segunda vuelta, su rival de entonces, Jacques Chirac, se neg¨® a debatir con ¨¦l.
Quince a?os despu¨¦s, mucho ha cambiado. La unidad de entonces contra Le Pen p¨¨re se ha resquebrajado. Macron no pod¨ªa permitirse el lujo de no bajar al ruedo. Con unos 20 puntos de ventaja, el debate, organizado por las cadenas TF1 y France 2, supon¨ªa una plataforma para demostrar que ¨¦l, novato en las campa?as, joven a los 39 a?os para la pol¨ªtica presidencial, tiene el fuste para ocupar el cargo. Para Le Pen, de 48, representaba la ¨²ltima oportunidad para darle la vuelta a la carrera. Ser¨¢ dif¨ªcil que lo logre.
Televisi¨®n y presidencia
La econom¨ªa centr¨® la primera parte. Le Pen intent¨® situar el debate en el marco de la pugna entre la ¡°globalizaci¨®n salvaje¡±, el ¡°ultraliberalismo¡± y la ideolog¨ªa del dinero frente a la soberan¨ªa de los franceses y los derechos de los trabajadores. Defendi¨® la jubilaci¨®n a los 60 a?os. Y carg¨® contra Macron, a quien asoci¨® con las reformas de Hollande por pedir sin cesar sacrificios a los franceses. ¡°Esta culpabilizaci¨®n de los franceses no la acepto¡±, se?al¨®. Era la versi¨®n m¨¢s izquierdista de una candidata que viene de la extrema derecha pero que busca un mensaje transversal que atraiga ¡ªo como m¨ªnimo desmovilice¡ª a los votantes del izquierdista Jean-Luc M¨¦lenchon.
Al abordar el terrorismo, cuesti¨®n predilecta de Le Pen, la tensi¨®n aument¨®. La aspirante acus¨® a Macron de ¡°complacencia con el terrorismo islamista¡±. Macron no le permiti¨® apoderarse de esta cuesti¨®n Alert¨® de que las medidas de Le Pen alimentan al Estado Isl¨¢mico y llevan al pa¨ªs a la ¡°guerra civil¡±.
Nada qued¨® fuera en las dos horas y veinte minutos de debate. De fondo, una colisi¨®n de visiones antag¨®nicas sobre el lugar de Francia en el mundo y la identidad del pa¨ªs, un choque de personalidades que permitir¨¢ a los franceses hacerse una idea m¨¢s cabal de las personas que aspiran a dirigirse en los pr¨®ximos cinco a?os.
Macron realz¨® su perfil presidencial y Le Pen sac¨® su versi¨®n m¨¢s gamberra, m¨¢s pr¨®xima a la de su padre ¡ªo a la del candidato Donald Trump el oto?o pasado en EE UU¡ª que a la de una l¨ªder que aspira a dar confianza a todo el pa¨ªs. Un primer sondeo, publicado por la cadena BFMTV, revel¨® que la mayor¨ªa de telespectadores creyeron que Macron fue m¨¢s convicente que Le Pen, por 63 a 34%.
El forcejeo se extendi¨® hasta los ¨²ltimos segundos. Mientras ¨¦l terminaba su r¨¦plica final, ella no dejaba de interrumpirle para recordarle que ¨¦l es el heredero de Hollande, como si quisiera prolongar el espect¨¢culo. Macron terci¨®: ¡°Usted qu¨¦dese en la televisi¨®n, yo quiero presidir este pa¨ªs¡±.
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