May pierde la mayor¨ªa absoluta, seg¨²n los sondeos
La primera ministra se impondr¨¢ a Corbyn aunque con menos margen del esperado cuando convoc¨® elecciones
La gran apuesta de May va camino de convertirse en un fracaso hist¨®rico. El sondeo a pie de urna y el escrutinio en las primeras circunscripciones electorales indica esta noche que Theresa May volver¨¢ al n¨²mero 10 de Downing Street, pero profundamente debilitada. La primera ministra y candidata conservadora va camino de imponerse en unas elecciones de las que, sin embargo, no saldr¨¢ ni mucho menos como ten¨ªa previsto. Lejos de proporcionarle la aplastante mayor¨ªa que le daban los sondeos al iniciarse la campa?a, de confirmarse la tendencia Theresa May habr¨ªa llevado al pa¨ªs, con su adelante electoral, a una inestabilidad a¨²n mayor. Seg¨²n el sondeo a pie de urna, perder¨ªa la mayor¨ªa absoluta.
La campa?a ha mostrado las debilidades del liderazgo y el proyecto de la persona que, de confirmarse al concluir el recuento esta ma?ana, deber¨¢ iniciar dentro de 10 d¨ªas las negociaciones para romper con la UE. Esa ser¨¢ la prioridad del Gobierno que salga del Parlamento que eligieron el jueves los brit¨¢nicos. Pero le esperan tambi¨¦n otros frentes. Entre ellos, la seguridad nacional amenazada por el terrorismo islamista y as tensiones territoriales encarnadas en el desaf¨ªo independentista escoc¨¦s.
Seg¨²n el sondeo a pie de urna, que hist¨®ricamente tiende a acercarse bastante al resultado final, los conservadores se quedar¨ªan a 12 esca?os de la mayor¨ªa absoluta: obtendr¨ªan 314 diputados, 17 menos de los que tiene ahora. Los laboristas conseguir¨ªan 266, una subida de 34. Los nacionalistas escoceses (SNP), 34 asientos (pierden 22); los liberaldem¨®cratas, 14 (ganan 6).
El escenario dibujado abocar¨ªa a un Gobierno en minor¨ªa o incluso, aunque esto es menos probable, a una mayor¨ªa alternativa liderada por los laboristas. El temor a esos escenarios provoc¨® una ca¨ªda inicial de la libra de un 2%, a su nivel m¨¢s bajo en seis semanas.
Se tratar¨ªa de un fracaso que marcar¨ªa la carrera de May y el futuro inmediato del pa¨ªs. El pasado 18 de marzo la primera ministra anunci¨® su intenci¨®n de adelantar los comicios en busca de una mayor¨ªa m¨¢s amplia que reforzara su posici¨®n negociadora en Europa. La debacle del antieuropeo y populista UKIP -el partido que, con un 12,5% del voto en 2015 y un solo esca?o, ha marcado la agenda pol¨ªtica de los ¨²ltimos a?os- promet¨ªa que un buen n¨²mero de votos volver¨ªan a manos conservadoras. La crisis del laborismo, con los diputados en guerra contra un l¨ªder que tira del partido a la izquierda, hac¨ªa so?ar con pescar votos del centro. Theresa May lo quiso todo. Apel¨® a los hu¨¦rfanos del UKIP con dureza en el Brexit y en la inmigraci¨®n. A los laboristas descontentos, les quiso ofrecer un conservadurismo ¡°para la clase trabajadora¡±.
Era un guion ambicioso que, sobre el papel, funcionaba. Pero la coreograf¨ªa result¨® demasiado complicada. Y la actriz principal no estuvo a la altura. Durante la noche, sin esperar siquiera al resultado final, ya se escucharon voces que cuestionaban su autoridad para seguir al frente del pa¨ªs.
El escenario, a expensas de que el escrutinio lo confirme, complicar¨ªa la colosal labor legislativa que requerir¨¢ la salida de la Uni¨®n Europea. Las consecuencias para el Brexit son impredecibles pero, en todo caso, supone un rev¨¦s para la l¨ªnea dura que viene defendiendo May. Un Gobierno en minor¨ªa, o una mayor¨ªa alternativa, podr¨ªa favorecer un Brexit m¨¢s suave en la medida en que la postura negociadora tendr¨ªa que ser m¨¢s consensuada.
En las elecciones de este jueves la primera ministra se ha dejado parte de su autoridad. May, que sucedi¨® a David Cameron sin pasar por las urnas, era una inc¨®gnita. En la primera campa?a que lucha desde la primera fila, se mostr¨® nerviosa, distante, forzada. Repiti¨® esl¨®ganes mec¨¢nicamente, no profundiz¨®. Cometi¨® grav¨ªsimos errores: la ins¨®lita enmienda del programa electoral, cuatro d¨ªas despu¨¦s de presentarse, se sumaba a un largo historial de rectificaciones que la alejan de la imagen de ¡°l¨ªder estable¡± que quiere proyectar. La campa?a, lejos de reforzar su figura en el pa¨ªs y en Europa, ha dejado al descubierto sus flaquezas.
Lo contrario ha sucedido con el l¨ªder laborista, al que el sondeo a pie de urna vaticina una subida hist¨®rica e impensable hace solo unos meses. A falta de confirmarse si su resultado final le afianza o no en su asediado trono, la campa?a ha demostrado que el laborismo de Jeremy Corbyn no es un proyecto suicida. La autoridad que no ha mostrado en dos a?os al frente de la oposici¨®n parlamentaria ha aflorado en siete semanas de campa?a. Ha movilizado a las masas j¨®venes con un programa que, lejos de la caricatura que dibujan los tabloides, se encuadra en la social democracia tradicional.
"Sea cual sea el resultado", dijo Corbyn desde su casa de Londres pasada la medianoche, "ya hemos cambiado la cara de la pol¨ªtica brit¨¢nica".
Si no alcanza una mayor¨ªa absoluta, ser¨ªa dif¨ªcil para May formar un Gobierno. Los liberal dem¨®cratas, que subir¨ªan seis esca?os, ya han confirmado a trav¨¦s de Twitter que no reeditar¨¢n una coalici¨®n que les result¨® desastrosa en 2015, y m¨¢s cuando su campa?a se ha basado en el europe¨ªsmo y en el rechazo al Brexit duro de May.
El otro gran perdedor de la noche ser¨ªa, seg¨²n el sondeo a pie de urna, el nacionalismo escoc¨¦s. El SNP de la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, perder¨ªa hasta 22 esca?os de los 56 que ten¨ªa. Un duro rev¨¦s que complica su desaf¨ªo independentista.
Las fuertes medidas de seguridad en los alrededores de las urnas recordaban a los brit¨¢nicos la situaci¨®n de excepcionalidad en la que se ha vivido una campa?a, dos veces interrumpida por el terrorismo islamista. En recta final, acorralada por las cr¨ªticas a los recortes a la polic¨ªa en sus a?os al frente del Home Office, Theresa May prometi¨® medidas de una dureza sin precedentes para combatir el extremismo. En esa l¨ªnea de fricci¨®n entre las libertades civiles y la seguridad nacional discurrir¨¢, previsiblemente, otra de las claves de la legislatura que empieza.
Una legislatura que tendr¨¢, por encima de rodas las dem¨¢s, una prioridad: el Brexit. En los pr¨®ximos d¨ªas comenzar¨¢ la verdadera partida. El escrutinio confirmar¨¢ con qu¨¦ mano acude Reino Unido. Al salir de una cena en Downing Street, antes del par¨¦ntesis electoral, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisi¨®n, dijo que la primera ministra estaba ¡°en otra galaxia¡±. El posicionamiento final de los astros, en el Parlamento que los brit¨¢nicos eligieron ayer, determinar¨¢ si la ¨®rbita lo acerca o lo aleja de Europa.
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