Las periodistas jud¨ªas ultraortodoxas rompen los tab¨²es en la prensa
Una articulista ¡®hared¨ª¡¯ plantea publicar casos de acoso o abusos sexuales en su comunidad
Tzipi Yarom es muy conocida en la comunidad ultraortodoxa jud¨ªa anglohablante por sus apasionados art¨ªculos sobre pol¨ªtica internacional, ciencia o tecnolog¨ªa en la edici¨®n en ingl¨¦s del semanario hared¨ª Michpacha (Familia). Tiene 35 a?os y lleva 14 ejerciendo el periodismo en la popular publicaci¨®n dirigida al p¨²blico ultrarreligioso, pero muy pocos saben que su pluma tambi¨¦n agita las conciencias de los lectores de la edici¨®n en hebreo de la revista. Eso s¨ª, sin que sean conscientes de que tras los textos se encuentra una mujer, porque Yarom firma estos textos con nombre masculino: Mijaeli Shalom.
El pseud¨®nimo le confiere invisibilidad ¡ªalgo que no es nuevo para las mujeres en las publicaciones haredim¡ª y le permite pasar inadvertida dentro de su propia comunidad. ¡°Lo hago por m¨ª. Porque aqu¨ª nos conocemos todos y cuando alguien escribe sobre cualquier cosa, los dem¨¢s siempre tienen algo que decir. Mi tel¨¦fono saldr¨ªa ardiendo cada vez que publicase un art¨ªculo¡±, explica mientras pasea por el barrio ultraortodoxo de Romema, en Jerusal¨¦n, donde acude a recoger a sus tres hijos a un colegio.
"Escribo con pseud¨®nimo porque mi tel¨¦fono saldr¨ªa ardiendo cada vez que publicase un art¨ªculo"
La mayor¨ªa de los medios haredim se rigen por estrictas normas morales que impiden mostrar im¨¢genes de mujeres, e incluso mencionar su nombre de pila. Michpacha no es una excepci¨®n. Para informar de las elecciones estadounidenses, se atrevi¨® a publicar el pasado noviembre una portada en la que aparec¨ªa una imagen en negativo de Hillary Clinton enfrentada a otra de Donald Trump. Una osad¨ªa por la que le llovieron duras cr¨ªticas editoriales de otros medios ultraortodoxos, que acusaron al semanario de violar la ley jud¨ªa.
A Tzipi no le gusta hablar de la pol¨ªtica israel¨ª ni de su vida personal, pero se muestra muy activa en la lucha por romper algunos de los tab¨²es en la prensa religiosa jud¨ªa, como el acoso y los abusos sexuales. ¡°No escribimos de esos asuntos porque lo tenemos prohibido. Tradicionalmente, se piensa que se puede atajar el problema sin airearlo en los peri¨®dicos, y esa es tambi¨¦n la l¨ªnea editorial de Michpacha, explica la periodista. Junto a un grupo de compa?eras de la redacci¨®n ¡ªdonde contrariamente a lo que se pueda pensar las mujeres son mayor¨ªa¡ª aspira a acabar con la ley del silencio.
Est¨¢ convencida de que para prevenir los abusos a menores y el acoso sexual hay que educar a los lectores y proporcionarles herramientas para identificar a los posibles agresores. ¡°No pretendemos que se publiquen las noticias relacionadas con estos casos con pelos y se?ales, pero s¨ª que se puedan escribir art¨ªculos para instruir a los miembros de la comunidad a fin de est¨¦n preparados para actuar si es necesario. Tenemos que proteger a nuestros ni?os. Generando el debate, creemos que podemos ayudar m¨¢s¡±, argumenta Yaron.
El pasado mes de marzo, la polic¨ªa israel¨ª detuvo en una redada en barrios religiosos de Jerusal¨¦n y en las ciudades haredim de Bnei Brak y Beit Shemesh a 22 jud¨ªos ultraortodoxos acusados de cometer delitos sexuales durante los dos ¨²ltimos a?os. Los arrestos se produjeron tras una investigaci¨®n protagonizada por agentes infiltrados que pudieron comprobar que, en ocasiones, los abusos eran conocidos en el seno de la comunidad sin que nadie los denunciara. ¡°En la mayor¨ªa de los casos, los sospechosos se encontraban en tratamiento dentro del mismo colectivo¡±, explic¨® un portavoz policial tras la redada.
Los ultraortodoxos suponen m¨¢s de un 10% de la poblaci¨®n israel¨ª. Las sectas m¨¢s radicales no aceptan la autoridad de las instituciones del Estado y prefieren resolver sus problemas internos de acuerdo con sus propias leyes. Este comportamiento hace muy dif¨ªcil identificar y detener a los autores de los delitos y determinar el alcance de sus acciones. En la comunidad hared¨ª impera la ley del silencio.
Arropada por otras periodistas de Michpacha, Tzipi Yaron ha planteado el debate en el consejo de redacci¨®n del conservador semanario. Propone ir publicando paulatinamente consejos y pautas para que los padres puedan ense?ar a los ni?os c¨®mo actuar en los casos de abusos sexuales. ¡°Creo que vamos por el buen camino, y puedo asegurar que muy pronto empezaremos a tratar esos temas en la prensa hared¨ª¡±, vaticina mientras esboza una p¨ªcara sonrisa.
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