La directora de cine libanesa que planta cara a los partidos tradicionales
El movimiento de Nadine Labake, la cineasta de L¨ªbano m¨¢s galardonada, obtuvo el 40% de votos en las ¨²ltimas elecciones municipales
A sus 43 a?os, Nadine Labaki sigue buscando el cambio social pero tambi¨¦n pol¨ªtico, para lo que la gran pantalla se le queda chica. Tras imponerse como la cineasta libanesa m¨¢s laureada, hoy se lanza en la pol¨ªtica. ¡°Me paso el d¨ªa corriendo entre la sala de edici¨®n y las reuniones de Beirut Medinati¡±, cuenta en un caf¨¦ de Beirut. La plataforma Beirut Medinati (Beirut nuestra ciudad) se impuso en los comicios municipales de mayo de 2016 como la principal fuerza pol¨ªtica de oposici¨®n. Se enfrenta a los partidos tradicionales anclados en un sistema feudal y el reparto confesional de los haberes del pa¨ªs. Fue la incapacidad de los dirigentes libaneses en solventar las irregularidades en la gesti¨®n de basuras la que convirti¨® las calles del pa¨ªs en un vertedero gigante con monta?as de basura por doquier.
Una vez m¨¢s, la corruptela qued¨® al descubierto, y por primera vez provoc¨® un inusitado despertar social en el pa¨ªs. ¡°La mierda nos lleg¨® hasta el cuello a todos por igual: hombres, mujeres, pobres, ricos, musulmanes o cristianos. Nos convirtieron en cobardes, aterrados de abrir la ventana por si un insignificante mosquito nos contagiaba¡±. Labaki se present¨® a elecciones y a pesar de lograr el 40% de los votos no lograron reemplazar al tradicional partido El Futuro quien sigue al mando de la municipalidad de Beirut.
"Le pegar¨ªa un tiro en el pie si hiciera falta a mi hijo para que no participara en la guerra"
Aclamada en Cannes y galardonada en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, Labaki se dio a conocer con su primer largometraje Caramel en 2006. Pero sobretodo expuso en la gran pantalla la desconocida realidad de las mujeres libanesas. Lo hizo desde la intimidad, entre conversaciones en un peque?o sal¨®n de belleza de barrio y alrededor de una pasta de caramelo que se calienta, se modula, extiende y despega de la piel a la vieja usanza de la depilaci¨®n ¨¢rabe. ¡°Yo sol¨ªa comerme el caramelo nuevo cuando las vecinas llegaban a casa para depilarse con mi madre¡±. En su filme desgrana tambi¨¦n el impacto que arrastra la Guerra Civil libanesa (1975-1990) sobre las vidas de gentes sencillas.
Una guerra que le oblig¨® a pasar su infancia encerrada entre los relativamente seguros cuatro muros del hogar, como tantos otros ni?os nacidos al comienzo de la guerra. Los juegos de calle eran cosa prohibida, no fuera que una bala o un mortero hicieran del d¨ªa una tragedia. Fue entre las magras estanter¨ªas del videoclub que abri¨® en el bajo de su inmueble donde la so?adora ni?a que sigue siendo hoy Labaki encontr¨® un escape. ¡°Cada d¨ªa ve¨ªa una pel¨ªcula nueva que me transportaba fuera de la guerra, lejos del diminuto L¨ªbano para convertirme por una hora en cualquiera de sus personajes¡±.
La maternidad le inspir¨® para su segundo largometraje. Embarazada de ocho meses de su segundo hijo, el estruendo de los tiros se col¨® por su ventana aquel mayo de 2008. Dos milicias se enfrentaban en la capital dejando un reguero de muertos y la congoja de una nueva guerra civil. ¡°Me pregunt¨¦ en aquel instante hasta d¨®nde estar¨ªa dispuesta a llegar para que mi hijo no participara en la guerra. Me dije: Le pegar¨ªa un tiro en el pie si hiciera falta¡±.
As¨ª surgi¨® ¡°Y ahora, ?Ad¨®nde vamos?¡± donde cristianas y musulmanas de un peque?o poblado liban¨¦s tejen todo tipo de artima?as a espaldas de sus maridos, novios e hijos para protegerlos de la guerra. Conoce en profundidad la vida de pueblo, desde que en lo m¨¢s ¨¢lgido del conflicto su familia se resguardara en Baaddat, al este de Beirut y donde naci¨®. ¡°Nadie pidi¨® perd¨®n por la guerra. Necesitamos aprender a escuchar al otro, ponernos en su piel¡±. Al terminar las reuniones de Beirut Medinati, Labaki acude cada d¨ªa a la sala de edici¨®n. Tras tres a?os de rodaje, en los pr¨®ximos meses se estrenar¨¢ su nuevo filme Capharnaum donde relata la vida de un ni?o de la calle que vive entre el abandono y la delincuencia.
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