Uruguay revoluciona la pol¨ªtica de drogas mundial con la venta de marihuana en farmacias
El pa¨ªs con mayor tradici¨®n liberal de Am¨¦rica arranca un proyecto vanguardista controlado por el Estado desde el cultivo hasta la distribuci¨®n
Ten¨ªa que ser Uruguay. No es casualidad que el primer pa¨ªs del mundo en el que el Estado se encarga de controlar el cultivo, empaquetado y venta legal en las farmacias la marihuana ¡ªun proceso que arrancar¨¢ en la primera quincena de julio¡ª que todos los dem¨¢s de su alrededor proh¨ªben y combaten sea esta peque?a naci¨®n de tres millones de habitantes, gobernada desde 2005 por una izquierda tranquila que ha logrado un r¨¦cord hist¨®rico de crecimiento ininterrumpido de la econom¨ªa. Uruguay ya fue pionero en Am¨¦rica Latina en abolir la esclavitud, aprobar la ense?anza laica, el divorcio, legalizar la prostituci¨®n. La separaci¨®n de la Iglesia y el Estado tiene m¨¢s de 100 a?os. Todo llega antes aqu¨ª. Y casi siempre marca el camino a los dem¨¢s.
¡°Yo consumo desde los 15 a?os y jam¨¢s hab¨ªa tenido marihuana de tanta calidad, tan barata y tan f¨¢cil. Ya nadie tiene que ir a la villa a conseguirla. A los traficantes ya no les interesa la marihuana, no les deja dinero. Van a otras drogas. Cuando veo los problemas que hay en otros pa¨ªses para fumar me considero afortunado¡±, sentencia Lucas L¨®pez, un consumidor que ha decidido convertir su afici¨®n en profesi¨®n: ha puesto una tienda de objetos de todo tipo para fumar marihuana en la avenida 18 de julio, en pleno centro de Montevideo. Tiene carteles enormes en varios idiomas que dicen ¡°aqu¨ª no vendemos marihuana¡±, pero es igual: entran a cada rato turistas que quieren comprar.
La legislaci¨®n es muy clara: solo los uruguayos pueden cultivar en sus casas y podr¨¢n adquirir la oficial en las 30 farmacias que ya est¨¢n listas para vender, a 1,30 d¨®lares (1,13 euros) el gramo, mucho m¨¢s barata y mejor que en el mercado negro. Los que se registren solo deber¨¢n poner su dedo en un dispositivo en la farmacia. La m¨¢quina les reconocer¨¢ como usuarios y comprobar¨¢ que no han comprado ya el l¨ªmite legal -10 gramos por semana-. Es la f¨®rmula para controlarlo garantizando su anonimato ¡ªel farmac¨¦utico no conoce el nombre¡ª y tambi¨¦n para dejar fuera a los extranjeros.
El pa¨ªs, que ya es una potencia tur¨ªstica, quiere que vengan por las playas, no por la droga. Esta experiencia piloto, ¨²nica en el mundo ¨Chay otros pa¨ªses donde se vende legalmente, pero en ninguno es el Estado el que controla todo el proceso, incluido el dise?o gen¨¦tico de las plantas, que compr¨® a una empresa espa?ola- est¨¢ pensada para sacar del mercado ilegal a los 160.000 uruguayos que en alg¨²n momento del a?o fuman marihuana, y para quitarles a los narcos un negocio de 30 millones de d¨®lares que provoca violencia e incluso muerte en un pa¨ªs poco acostumbrado a la inseguridad que asola toda Latinoam¨¦rica.
Todo empez¨® en 2012, recuerda Julio Calzada, entonces responsable de la pol¨ªtica de drogas y m¨¢ximo inspirador de la ley que regula todo este in¨¦dito proceso. Gobernaba Jos¨¦ Mujica, el exguerrillero que se convirti¨® en un fen¨®meno mundial, m¨¢s seguido fuera incluso que dentro de su pa¨ªs, donde sigue siendo senador a sus 82 a?os. La tranquila Montevideo, una ciudad de poetas y caf¨¦s, se despert¨® conmocionada con un v¨ªdeo en el que se ve¨ªa c¨®mo un menor asesinaba a sangre fr¨ªa de un tiro a un trabajador de La Pasiva, una conocida pizzer¨ªa, durante un robo. El hombre ten¨ªa cinco hijos. Otras dos muertes violentas en ajustes de cuentas entre narcotraficantes en la misma semana causaron tal esc¨¢ndalo que Mujica dio paso a un proceso que culmina ahora para cambiar por completo la pol¨ªtica de drogas y legalizar la marihuana.
Cinco a?os despu¨¦s, la cosecha, que ha crecido en unos invernaderos protegidos por el Ej¨¦rcito para evitar robos, est¨¢ lista y empaquetada, y las farmacias preparadas para venderla en un m¨¢ximo de dos semanas. Algunos tienen miedo a lo que pueda pasar. Las farmacias han instalado un ¡°bot¨®n del p¨¢nico¡± para llamar a la polic¨ªa. Pero los expertos coinciden: todo ser¨¢ tranquilo, a la uruguaya. Tampoco pas¨® nada cuando se autoriz¨® el autocultivo. M¨¢s de 6.000 personas est¨¢n registradas y han llenado los balcones y los jardines de Montevideo con las inconfudibles plantas, tan visibles que ahora el problema son los robos en ¨¦poca de cosecha. ¡°Antes nos escond¨ªamos de la polic¨ªa y ahora de los ladrones¡±, bromea Laura Blanco, directora del centro de cannabicultores Gaia. Tampoco generaron problemas los clubes cann¨¢bicos, que son grupos de consumidores que se organizan para pagar a jardineros que cultivan para todos. Cuestan m¨¢s de 100 d¨®lares mensuales de cuota a cambio de los 40 gramos permitidos, 480 anuales. ¡°De momento hemos sacado al menos a 12.000 personas del mercado ilegal. Eso ya es un ¨¦xito. Y seguir¨¢ creciendo¡±, presume Calzada, el ide¨®logo de la ley.
¡°Nos cost¨® organizarnos para una cosecha constante pero ahora funciona perfecto, hemos conseguido que ninguno de nuestros socios dependa del mercado negro, es un cambio hist¨®rico en Uruguay y en el mundo¡±, cuenta Mart¨ªn Gaibisso, fundador de uno de los primeros clubes. En Uruguay empieza a haber marihuana de alta calidad por todas partes. Se fuma en los parques sobre el R¨ªo de la Plata, en las terrazas de los restaurantes, se ha normalizado por completo. Despacio, sin prisa, al estilo uruguayo, el pa¨ªs est¨¢ mostrando al mundo las consecuencias de aplicar otra pol¨ªtica frente a las drogas, al menos las blandas.
El siguiente paso, con el que ya sue?an muchos, es convertirse en una potencia de cultivo de marihuana pero no recreativa, sino medicinal, el gran negocio mundial ahora que varios pa¨ªses, tambi¨¦n en Latinoam¨¦rica, est¨¢n aprobando su uso. El Gobierno de Tabar¨¦ V¨¢zquez, mucho m¨¢s moderado que Mujica, aunque del mismo partido, se resiste a ir m¨¢s lejos, y eso que es m¨¦dico. Pero hay tanto consenso que no se anim¨® a parar la ley.?Solo retras¨® la venta en farmacias, que ahora ha aceptado. Se distribuir¨¢ una marihuana m¨¢s suave que la que se cultiva en casa, para evitar sustos a consumidores ocasionales, pero m¨¢s fuerte y mucho mejor que el ¡°prensado paraguayo¡± que se consigue en las calles.
¡°Nuestra marihuana tendr¨¢ un THC del 7%. Se podr¨ªa llegar al 20%, pero est¨¢ bien as¨ª, la droga en farmacias va a ser para consumidores poco frecuentes, gente joven o incluso gente mayor que la quiere usar contra el dolor. Esto es un logro enorme para para mi generaci¨®n, que creci¨® en dictadura, cuando te deten¨ªan por fumar un porro. Pero la clave ahora es desarrollar la medicinal, Uruguay puede ser l¨ªder mundial¡±, cuenta Gast¨®n Rodr¨ªguez, accionista de Symbiosis, una de las dos empresas uruguayas a las que el Gobierno encarg¨® la cosecha de dos toneladas anuales. Adem¨¢s representa en la regi¨®n a Medropharm, una empresa suiza que busca introducir el cannabis medicinal en toda la zona.
Rodr¨ªguez y su equipo tienen almacenada y empaquetada much¨ªsima marihuana, en cajas de 5 y 10 gramos, a la espera de la orden para llevarla a las farmacias. 4.000 personas se han registrado pero se esperan muchas m¨¢s cuando arranque el proceso.
¡°Empezaremos en la primera quincena de julio¡±, confirma Diego Olivera, secretario general de la Junta Nacional de Drogas, del Gobierno. ¡°La droga tiene una desarrollo gen¨¦tico exclusivo para tranquilizar a nuestros vecinos. Si se encontrara droga de Uruguay en cualquier otro pa¨ªs se sabr¨ªa enseguida, es inconfundible. Pero creemos que no va a pasar, est¨¢ muy controlada la cantidad que se puede comprar. Hemos establecido est¨¢ndares de seguridad similares a los del sistema financiero. Nos est¨¢n consultando de muchos pa¨ªses, por ejemplo Canad¨¢. El prohibicionismo no logr¨® sus objetivos, muchos gobernantes est¨¢n buscando alternativas¡±, explica.
La ley apenas tiene cr¨ªticas. La principal resistencia ha venido precisamente del presidente V¨¢zquez, que al final se ha rendido a la evidencia de que no pod¨ªa retrasarla m¨¢s. Y todo se est¨¢ haciendo sin estridencias, al estilo local. ¡°Hemos demostrado que somos un pa¨ªs serio, que logra controlar esto desde el Estado. Mujica pasar¨¢ a la historia por esto. Dentro de 30 a?os se ver¨¢ como normal en muchos pa¨ªses. Uruguay recupera as¨ª su tradici¨®n de vanguardia liberal¡±, sentencia Eduardo Blasina, que ha montado un interesante museo del cannabis en Montevideo que tiene en el jard¨ªn, adem¨¢s de enormes plantas de marihuana, incluso algunas de peyote. Todo con normalidad, como solo los uruguayos saben tomarse las cosas. Por eso una revoluci¨®n silenciosa como esta solo pod¨ªa empezar aqu¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.