El gran pulso por el poder en Ir¨¢n
El apoyo popular ha fortalecido a moderados y reformistas en su pulso por modernizar la Rep¨²blica Isl¨¢mica. ?Lograr¨¢n vencer las resistencias de los poderes m¨¢s conservadores del r¨¦gimen?
Ir¨¢n ha entrado en una nueva fase en el gran pulso entre radicales y moderados, una tensi¨®n que ha marcado el camino de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica desde su g¨¦nesis en 1979. En esta constante dial¨¦ctica entre teocracia y democracia, la soberan¨ªa popular acaba de dar un fuerte mandato a la coalici¨®n de moderados y reformistas que encabeza el presidente Hasan Rohani. Tras el triunfo en las elecciones presidenciales de mayo ¡ªdespu¨¦s del buen resultado alcanzado en las legislativas de 2016¡ª, estos persiguen con renovado br¨ªo sus objetivos pol¨ªticos. ¡°Nos sentimos m¨¢s fuertes ahora¡±, se?alaba hace dos semanas en Teher¨¢n Massoumeh Ebtekar, vicepresidenta en el Ejecutivo de Rohani. El d¨ªa anterior, en los Majles (Parlamento), el diputado reformista Heidarali Abedi hab¨ªa utilizado la misma expresi¨®n, palabra por palabra. Pero el conglomerado de centros de poder ¡ªl¨ªder supremo, Consejo de los Guardianes y Guardia Revolucionaria¡ª cuya legitimidad sostiene el pilar teocr¨¢tico del sistema iran¨ª sigue plantando una firme resistencia al cambio.
Este renovado pulso, bajo un nuevo equilibrio de fuerzas, est¨¢ produciendo evidentes fricciones. Ha habido advertencias verbales expl¨ªcitas al presidente, la detenci¨®n de su hermano en un presunto caso de corrupci¨®n, repetidos incidentes navales con EE UU en el Golfo y ensayos de misiles que parecen pensados para poner a Rohani en dificultades.
El presidente ha empezado este viernes su segundo mandato. Del resultado del reajuste de la Revoluci¨®n que defiende su programa depende no solo el futuro de la sociedad iran¨ª, sino, en buena medida, tambi¨¦n el equilibrio geopol¨ªtico de la regi¨®n. La avanzada edad del l¨ªder supremo ¡ªAli Jamenei, 78 a?os¡ª aumenta la presi¨®n de un proceso con profundas inc¨®gnitas.
La ciudadan¨ªa no tiene acceso a Twit?ter (tampoco a la BBC y otras webs), pero todos los dirigentes principales tienen una cuenta
La biograf¨ªa de la vicepresidenta Ebtekar ilustra los giros y paradojas de la historia de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Ella fue el rostro de la vertiente m¨¢s radical en las protestas que desembocaron en el derrocamiento de la dinast¨ªa del sah Reza Pahlevi y que tuvo importantes consecuencias internacionales, como la ruptura de relaciones con EE UU. En 1979, con apenas 19 a?os, Ebtekar fue la beligerante portavoz de los estudiantes que secuestraron la Embajada de EE UU en Teher¨¢n. Varias d¨¦cadas despu¨¦s, en 1997, se convirti¨® en la primera iran¨ª en alcanzar la vicepresidencia, bajo el estandarte reformista del Ejecutivo de Mohamad Jatami. En aquellos a?os experiment¨® en primera persona la formidable fortaleza de los centros de poder ultraconservadores de la Revoluci¨®n, que hicieron naufragar el proyecto de cambio que esa presidencia representaba.
Apartada despu¨¦s durante los ocho a?os de mandato del conservador radical Mah?mud Ahmadineyad, ha regresado a la vicepresidencia en 2013 de la mano de Rohani. Hoy, sentada en la sede del Departamento de Medio Ambiente, que dirige, defiende con convicci¨®n en su pulcro ingl¨¦s este nuevo intento de impulso a la moderaci¨®n, ¡°una interpretaci¨®n progresista¡± de los derechos civiles establecidos en la Constituci¨®n y ¡°una mejora de las relaciones internacionales¡±. ¡°Nos tomamos esto muy en serio¡±, asegura. Pese a la habitual circunspecci¨®n de los interlocutores que hablan en Ir¨¢n con la prensa, admite que ¡°hay grupos con poder que son cr¨ªticos con el Gobierno¡±; que ¡°hay un debate interno y a veces la cosa se pone dif¨ªcil¡±. Se intuye en la conversaci¨®n su esperanza de que, con el apoyo del 57% logrado por Rohani en mayo (cinco millones m¨¢s de votos que en 2013), esta vez se puede conseguir m¨¢s, y de forma m¨¢s duradera.
Los grupos de poder a los que se refiere Ebtekar se aglutinan en torno al l¨ªder supremo. ?l establece las l¨ªneas pol¨ªticas fundamentales, controla las Fuerzas Armadas y nombra al jefe del sistema judicial. Jamenei, que en teor¨ªa deber¨ªa funcionar como ¨¢rbitro en la b¨²squeda de consensos entre distintas facciones, tiene instintos eminentemente conservadores. En junio lanz¨® un ataque a la yugular de Rohani advirti¨¦ndole de que corre el riesgo de acabar como Abolhassan Banisadr, primer presidente de la Rep¨²blica, que sufri¨® un impeachment tras 17 meses en el Gobierno. ¡°En 1980-1981 el entonces presidente dividi¨® al pa¨ªs entre partidarios y opositores; esto no debe repetirse¡±, avis¨® Jamenei, en un gesto que muchos interpretan como una v¨ªa libre a actividades de contengan a Rohani. El presidente respondi¨® con un sibilino discurso en el que apuntaba que la legitimidad pol¨ªtica del l¨ªder supremo depende de la voluntad del pueblo.
En el n¨²cleo conservador, destaca la Guardia Revolucionaria (Pasdar¨¢n), tanto por su dimensi¨®n militar/policial como por su papel de gran conglomerado econ¨®mico. La tensi¨®n entre Rohani y el general Mohamad Ali Jafari, jefe de la Guardia, ha sido expl¨ªcita en las ¨²ltimas semanas. Durante la campa?a, los Pasdar¨¢n apoyaron a Ebrahim Raisi, el ultraconservador adversario de Rohani, considerado como el favorito del l¨ªder. Rohani acus¨® a los ultras de haber ¡°ejecutado y encarcelado, cortado lenguas y cosido bocas¡±.
Junto con los Pasdar¨¢n, el Consejo de los Guardianes ¡ªpuede vetar leyes y candidatos a cargos electivos¡ª, los servicios de inteligencia y la judicatura son los otros bastiones conservadores que garantizan un control f¨¦rreo.
Rohani compensa la desventaja institucional con un apoyo popular mayoritario, que confluye en la actual coalici¨®n entre las facciones calificadas en Occidente de moderados (centristas pragm¨¢ticos) y reformistas. Estos, tras la dura represi¨®n de las protestas de 2009 por la discutida reelecci¨®n de Ahmadineyad (con 4.000 detenidos en un mes), han optado en gran medida por apoyar el proyecto de Rohani, aunque sea m¨¢s prudente de lo que desear¨ªan.
La confrontaci¨®n en este momento coincide en gran medida con la dicotom¨ªa democracia/teocracia. Las instituciones que emanan de la soberan¨ªa popular abogan por adaptar la Revoluci¨®n al sentimiento mayoritario de la sociedad, m¨¢s acorde con la modernidad. Mientras, las instituciones sustentadas en el principio teocr¨¢tico frenan el cambio. El historiador brit¨¢nico Michael Axworthy se?ala que los dos principios son consustanciales a la Revoluci¨®n impulsada por Jomeini. Pero se?ala que la soberan¨ªa popular ha estado siempre subordinada a la teocracia.
Para completar el cuadro, hay que tener en cuenta factores externos que desempe?an un papel significativo. El reforzado Rohani cuenta con la benevolencia de los pa¨ªses europeos ¡ªla petrolera francesa Total acaba de firmar con Ir¨¢n un contrato por valor de 5.000 millones en el sector del gas¡ª. Al mismo tiempo, sufre la renovada hostilidad de EE UU en la actual era Trump, tras una ¨¦poca de di¨¢logo durante la Administraci¨®n de Obama. Adem¨¢s, el Estado Isl¨¢mico (ISIS) golpe¨® por primera vez Teher¨¢n en junio, y esa agresi¨®n tuvo un tempo inequ¨ªvoco: ocurri¨® poco despu¨¦s de la segunda victoria de Rohani. Tanto la actual actitud de EE UU como los atentados del ISIS debilitan la posici¨®n del Ejecutivo iran¨ª. Adem¨¢s, ofrecen argumentos a los partidarios de la l¨ªnea dura, aquellos que critican la presunta debilidad del presidente.
La conversaci¨®n con Ebtekar ¡ªuna de la quincena de entrevistas a cargos gubernamentales, diputados reformistas y conservadores, periodistas y representantes del mundo de la cultura realizadas hace dos semanas en un viaje a Teher¨¢n por invitaci¨®n del Gobierno¡ª permite vislumbrar que los terrenos prioritarios en los que se disputa este pulso son la econom¨ªa y el ¨¢rea de derechos pol¨ªticos y civiles.
El conflicto en materia econ¨®mica tiene que ver con el control del mercado, su grado de apertura a nuevos actores, y la merma del enorme peso que tienen los grupos beneficiados por las privatizaciones en la era del Gobierno de Ahmadineyad. La Guardia Revolucionaria, en particular, controla un gigantesco conglomerado econ¨®mico. Por ejemplo, en 2009 adquiri¨® la mayor parte de la compa?¨ªa estatal de telecomunicaciones por 7.800 millones de d¨®lares. Rohani quiere reducir su peso en la econom¨ªa, liberalizar esta empresa y atraer inversi¨®n extranjera.
¡°Una parte de la econom¨ªa fue controlada por un Gobierno sin pistolas, pero luego pas¨® a manos de un gobierno con pistolas¡±, dijo el presidente el 23 de junio, en referencia a ese discutido proceso de privatizaciones. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, el jefe de los Pasdar¨¢n contest¨®: ¡°Pueden describirnos como pistoleros. Pero, adem¨¢s de pistolas, tenemos los misiles que destruyen a nuestros enemigos. Creemos que, sin armas, el Gobierno ser¨ªa humillado por sus rivales. [El presidente] quiere que hagamos el trabajo m¨¢s duro sin ning¨²n beneficio. Habla de manera injusta sobre la Guardia¡±.
Se percibe en Teher¨¢n la sensaci¨®n de que le clima social es m¨¢s sereno que en la ¨¦poca de Ahmadineyad, pero que los avances son modestos
Por otro lado, Rohani ha logrado un ¨¦xito gracias al contrato con Total. Los conservadores pragm¨¢ticos no se oponen a la entrada de compa?¨ªas occidentales en el sector energ¨¦tico. Hedayatollah Khademi, diputado conservador y vicepresidente de la Comisi¨®n de Energ¨ªa, lo afirma as¨ª al margen de un pleno del Parlamento: ¡°Esto es business. Las compa?¨ªas americanas tambi¨¦n son bienvenidas. Lo importante es que se trabaje bien, la eficiencia¡±.
Pero la persistencia de sanciones de EE UU en las finanzas y la resistencia de varios sectores dentro del aparato del Estado iran¨ª han ralentizado la llegada de inversiones occidentales m¨¢s de lo que se esperaba tras el hist¨®rico acuerdo de 2015. Seg¨²n este trato firmado entre Ir¨¢n y seis potencias internacionales, el programa nuclear iran¨ª quedaba detenido a cambio de un levantamiento de las sanciones.
Hay otros datos positivos: China est¨¢ muy presente en el mercado iran¨ª, y las exportaciones de petr¨®leo han aumentado. Adem¨¢s, la inflaci¨®n ha bajado del 40% de la era Ahmadineyad a menos del 10%. Pero a falta de inversiones y de una dinamizaci¨®n real de la econom¨ªa, y con el precio del crudo en horas bajas, el crecimiento del PIB y la reducci¨®n del paro han sido insuficientes. La vicepresidenta reconoce que, frente a las grandes expectativas tras el fin de las sanciones, la escasa mejora real ¡°gener¨® frustraci¨®n¡±.
La libertad de expresi¨®n y la situaci¨®n de la mujer son otros dos aspectos clave en el pulso actual. En general, Rohani trata de que se apliquen con m¨¢s tolerancia y flexibilidad la pl¨¦tora de normas restrictivas de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. El presidente ha se?alado ¡ªrepetidamente y sin ¨¦xito¡ª su deseo de que los l¨ªderes reformistas que se encuentran bajo arresto domiciliario desde 2009 (Mir Husein Musavi y Mehdi Karrubi) sean liberados. La Guardia los define como subversivos.
Se percibe en Teher¨¢n que el clima social es m¨¢s sereno que en la ¨¦poca de Ahmadineyad, pero que los avances son modestos. En t¨¦rminos de libertad de prensa, Hossein Entezami, viceministro de Informaci¨®n en el Ministerio de Cultura, sostiene que su Ejecutivo ¡°ha promovido una apertura¡±. Apunta que en el marco del r¨ªgido esquema de censura de la Rep¨²blica, en la nueva etapa de Rohani ¡°solo ha habido una recomendaci¨®n de sanci¨®n¡± por parte del ¨®rgano correspondiente. ¡°En la etapa de Ahmadineyad hubo muchas¡±. Uno de los periodistas entrevistados aclara hasta d¨®nde llega la libertad: ¡°Se puede criticar al Gobierno¡±. ?Y al l¨ªder supremo? ¡°No¡±.
Entezami tambi¨¦n resalta que su Ejecutivo intenta que haya mayor libertad de acceso a Internet, algo que no ha estado exento de problemas ¡ª¡°imag¨ªnese, el ministro ha sido condenado por no controlar lo suficiente la Red¡¡±¡ª. Durante una visita a la agencia oficial de noticias IRNA, su director, Mohamad Khodadi, defiende con ah¨ªnco su estrategia en las redes sociales. Menciona Twitter, servicio al que no tiene acceso la ciudadan¨ªa (como tampoco a la BBC y a muchas otras webs), pero s¨ª los m¨¢ximos dirigentes del pa¨ªs. Todos ellos tienen una cuenta, incluido el l¨ªder supremo.
En cuanto a la situaci¨®n de la mujer, Seyedeh Fatemeh Zolghadr, diputada reformista, sostiene que hay avances. Enumera las iniciativas legislativas que tratan de contribuir a la mejora, apunta que las mujeres est¨¢n m¨¢s representadas en las instituciones y que, en general, ¡°hay un cambio en la percepci¨®n de la posici¨®n que ostentan en la sociedad¡±. Es evidente que queda un camino largo por recorrer en las instituciones (hay solo 18 diputadas en los 298 esca?os), pero m¨¢s a¨²n en la sociedad.
El progreso en esta ¨¢rea est¨¢ repleto de obst¨¢culos y resistencias. Incluso quienes tienen visiones m¨¢s progresistas abogan por reformas prudentes. ¡°Hay que hacerlo paso a paso. La gente podr¨ªa perderse si accede a demasiada libertad de repente¡±, dice Kourosh Gharbi, dise?ador de moda, mientras ense?a sus modelos en una exposici¨®n en la antigua residencia veraniega del sah. Ese parece el esp¨ªritu pol¨ªtico de Rohani. Un hombre del sistema, moderado, pragm¨¢tico, que no plantea ninguna revoluci¨®n, sino una flexibilizaci¨®n, una prudente reforma, una adecuaci¨®n paso a paso al sentimiento que parece ser mayoritario.
La historia reciente de Ir¨¢n tiene pasajes oscuros: las restricciones a la libertad, la relaci¨®n con Ham¨¢s y Hezbol¨¢, una de las tasas de ejecuciones m¨¢s elevadas del mundo, la brutal represi¨®n de las protestas de 2009, el turbio programa nuclear. El pa¨ªs tambi¨¦n ha sido v¨ªctima de maniobras oscuras: el golpe de Estado orquestado por brit¨¢nicos y estadounidenses en 1953, la agresi¨®n iraqu¨ª de los ochenta, el derribo por parte de EE UU de un avi¨®n con 290 civiles en 1988.
Ese pasado pesa como una roca sobre un pa¨ªs que, en cambio, es joven y din¨¢mico, con un notable nivel de formaci¨®n. Pero como recomienda un verso atribuido al gran pensador persa del siglo XI Omar Jayam, el pasado es un cad¨¢ver que debe ser sepultado.
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