Alemania, la meca de la comida ecol¨®gica
Despu¨¦s de tres a?os de duras negociaciones, la UE llega a un acuerdo no exento de pol¨¦mica sobre la nueva regulaci¨®n de un sector en auge en todo el mundo
?Qu¨¦ diferencia hay entre un huevo ecol¨®gico y uno convencional? A primera vista, ninguna. Lo que cambia es el proceso que se esconde entre bambalinas: nada de pesticidas sint¨¦ticos, de granjas abarrotadas de animales, de cultivos intensivos. "Es m¨¢s sostenible", resume Joyce Moewius de B?LW, la organizaci¨®n paraguas de la industria del ramo en Alemania, el principal mercado ecol¨®gico en Europa y el segundo del mundo solo por detr¨¢s de Estados Unidos. La UE trabaja desde 2014 en una nueva normativa para regular un negocio que en 2015 creci¨® por encima del 7% y movi¨® 75.000 millones de euros a nivel global. La falta de consenso en torno a varios temas, en particular la pol¨¦mica sobre el nivel de pesticidas, desat¨® una guerra en Bruselas y convirti¨® la normativa en una de las m¨¢s debatidas en la historia de la Comisi¨®n de Agricultura.
Ecol¨®gico, biol¨®gico, org¨¢nico, todos son sin¨®nimos. La clave no est¨¢ en el producto final; lo que se certifica es el proceso. "La normativa dice c¨®mo se produce, se etiqueta y se controla", aclara Moewius. Los agricultores org¨¢nicos europeos tienen prohibido emplear pesticidas sint¨¦ticos (pero s¨ª est¨¢ permitida una lista cerrada de plaguicidas y productos fitosanitarios naturales) y suministrar antibi¨®ticos a los animales, que tienen que recibir luz natural y poder moverse libremente por el campo. "Se asegura una mayor biodiversidad y variedad en los cultivos", explica Anna Maria H?ring, docente de pol¨ªticas y mercados del sector agroalimentario en la Universidad alemana de Eberswalde, y "se evita que los animales desarrollen resistencias a las bacterias, algo que no es bueno ni para su salud ni para la humana".
Para obtener la certificaci¨®n ecol¨®gica hay que prescindir de cualquier tipo de fertilizante durante tres a?os. Lo que muchos consumidores desconocen es que el sello se otorga aunque el producto final contenga residuos de sustancias qu¨ªmicas prohibidas para este tipo de alimentos.?Eso s¨ª, siempre y cuando el nivel no supere un cierto umbral, el mismo permitido para la comida convencional. "El problema es que la contaminaci¨®n puede llegar de cualquier lugar", comenta Isabelle Buscke, responsable en Bruselas de la Federaci¨®n Alemana de Asociaciones de Consumidores (VZBV, por sus siglas en alem¨¢n). "Si tu vecino es un agricultor tradicional no puedes prevenir que el viento lleve a tus cultivos ecol¨®gicos los pesticidas que ¨¦l utiliza".
Ludolf Von Maztlan tom¨® hace una d¨¦cada las riendas de Brodowin, una granja ecol¨®gica de m¨¢s de 1.000 hect¨¢reas entre Berl¨ªn y la frontera polaca. "Es rentable, pero hace falta invertir mucho tiempo y dinero", asegura. Con 1.600 gallinas, 220 vacas y 300 cabras lecheras, tiene una marca propia y provee tanto a los establecimientos de la zona como a los consumidores finales a trav¨¦s de su tienda online.
Un peque?o comercio repleto de productos ecol¨®gicos elaborados en la granja es la primera parada obligatoria antes de acceder a los establos. "Nuestros animales salen al campo a pastar todos los d¨ªas", indica el granjero Von Maztlan mientras ense?a orgulloso su ganado. A escasos minutos en coche por un camino sin asfaltar se abren los cultivos, rodeados por naturaleza salvaje y a rebosar de cebollas, patatas, diferentes tipos de coliflor y calabaza. "Uno de los principales nutrientes de las plantas es el nitr¨®geno", explica el granjero, una sustancia que se fija gracias a las bacterias que viven en las ra¨ªces de las leguminosas.
La agricultura ecol¨®gica ha recibido un espaldarazo por una sociedad cada vez m¨¢s preocupada por el bienestar, la salud y el medio ambiente. Tanto en Alemania como en otros pa¨ªses europeos se encuentran tiendas especializadas y los alimentos biol¨®gicos han inundado?los supermercados de comida tradicional. Pero el precio sigue siendo uno de los principales frenos para el consumidor. "Los productos ecol¨®gicos suelen ser entre un 30% y un 50% m¨¢s caros", confirma Von Maztlan, pero "muchos ciudadanos est¨¢n dispuestos a pagar por ello". "No es una cuesti¨®n de que sea m¨¢s saludable, porque la nutrici¨®n de hoy en d¨ªa es fant¨¢stica, tanto la org¨¢nica como la convencional, es porque hace menos da?o a la naturaleza".
Mientras Von Maztlan cuenta sus razones, en Bruselas se libra una guerra legislativa?para definir la nueva normativa que regular¨¢ la producci¨®n ecol¨®gica. La Comisi¨®n Europea lanz¨® una consulta p¨²blica y en 2014 propuso reglamentar ex novo el sector. Tras a?os de duras negociaciones, a principios de julio pasado se lleg¨® a un t¨ªmido acuerdo pol¨ªtico entre la Comisi¨®n, el Parlamento y el Consejo, a la espera de la votaci¨®n definitiva.
"Las negociaciones fueron dif¨ªciles desde el principio", asegura Norber Lins, eurodiputado alem¨¢n del grupo Popular. El punto m¨¢s controvertido, seg¨²n varios miembros del Parlamento Europeo, instituci¨®n que ha financiado este viaje, se refer¨ªa a la sugerencia de la Comisi¨®n de que solo los alimentos exentos de pesticidas (un nivel por debajo de 0,01 mg por kilo, al igual que la comida para beb¨¦s) se pudieran certificar como ecol¨®gicos.
"Nosotros est¨¢bamos de acuerdo con la Comisi¨®n y propusimos que en caso de contaminaci¨®n involuntaria el productor org¨¢nico fuera indemnizado", cuenta Lidia Senra, eurodiputada espa?ola de la Izquierda Unitaria Europea. "Fue un tema de debate muy fuerte que caus¨® posiciones encontradas", confirma.
La propuesta de la Comisi¨®n relativa a los pesticidas finalmente no se incluy¨® en el texto, entre aplausos de unos y decepci¨®n de otros. "La mayor¨ªa dijo que no quer¨ªa ning¨²n nuevo umbral de plaguicidas, pero que quer¨ªa [...] mejorar la vigilancia", dijo tras cerrarse las conversaciones el alem¨¢n Martin H?usling, del Partido Verde y l¨ªder del equipo negociador del Parlamento Europeo.
Eduardo Cuoco, director del grupo de presi¨®n IFOAM (Federaci¨®n Internacional de Movimientos de Agricultura Org¨¢nica), defiende que "lo biol¨®gico nace con un certificado de proceso, no de producto". "En los ¨²ltimos 15 d¨ªas se ha trabajado de forma muy intensa para llegar a un acuerdo, y la manera para solucionar el problema ha sido no solucionarlo", concluye.
Un negocio de nicho
En Berl¨ªn es f¨¢cil encontrar mercadillos ecol¨®gicos al aire libre y comercios que solo venden productos certificados. Hasta hay un biohotel en el este de la ciudad. El hotel Almod¨®var, cuyo nombre rinde tributo al director espa?ol, se erige en una esquina del barrio alternativo de Friedrichshain. Mesas de madera maciza de la India y muebles de estilo oriental dominan la decoraci¨®n de un ambiente sencillo, pero cuidado. El men¨² del d¨ªa, escrito con tiza en una pizarra, asegura que los alimentos son 100% ecol¨®gicos. "Fuimos a varios bancos antes de conseguir un pr¨¦stamo; nos dec¨ªan que est¨¢bamos locos", cuenta la propietaria, Alexandra M¨¹ller-Benz. "Ahora tenemos clientes de todo el mundo, aunque hay quien reserva sin saber que aqu¨ª todo es sostenible, hasta la pintura y el suelo", remacha.
Aunque represente todav¨ªa un negocio de nicho, los cultivos ecol¨®gicos han crecido a un ritmo de 500.000 hect¨¢reas por a?o en Europa en la ¨²ltima d¨¦cada, seg¨²n Eurostat, y en 2015 acaparaban el 6,2% de la tierra cultivable. "El objetivo es alcanzar el 50% para 2030", asegura Cuoco, de IFOAM.
Kirsten Arp, encargada de calidad en BNN (la asociaci¨®n alemana de procesadores, mayoristas y minoristas ecol¨®gicos), cuenta que Alemania ten¨ªa comercios especializados ya a finales de los setenta, a¨²n a falta de una regulaci¨®n europea. En 1991 lleg¨® la primera normativa comunitaria y en 2010 se introdujo la etiqueta europea (organic leaf, hoja ecol¨®gica), un sello que certifica que el proceso cumple con los est¨¢ndares. "Hemos sido pioneros", dice Arp. "Hoy en d¨ªa tenemos unas 2.500 tiendas y las ventas de productos ecol¨®gicos representan el 5% de todo el sector alimentario".
Gracias a su fuerza demogr¨¢fica, su larga tradici¨®n ecologista y al apoyo pol¨ªtico al sector, Alemania se ha convertido en el l¨ªder indiscutible en cuanto a tama?o de mercado ¡ªen 2015 creci¨® un 10% y movi¨® 8.500 millones de euros, casi un tercio de todo el mercado europeo (30.000 millones)¡ª, pero sus condiciones clim¨¢ticas no le permiten encabezar las clasificaciones de producci¨®n.?
Mar¨ªa Dolores Raig¨®n, catedr¨¢tica en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia y presidenta de la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica, explica que "existen dos Europas con diferentes objetivos; la del norte que es consumidora y la del sur que es productora". "Pero las cosas est¨¢n cambiando", mantiene. De acuerdo con las estad¨ªsticas del Instituto de Investigaci¨®n de Agricultura Org¨¢nica FIBL, unos de los mercados que m¨¢s creci¨® en 2015 fue el espa?ol, con un repunte superior al 20%.
Una de las mayores cr¨ªticas a la agricultura org¨¢nica es su menor productividad con respecto a la tradicional, debido a que se necesitan m¨¢s tierras al no usar t¨¦cnicas intensivas de producci¨®n. "Pero hay estudios que dicen lo contrario", insiste H?ring, de la Universidad de Eberswalde. "Es necesario apostar por la investigaci¨®n y cambiar el patr¨®n de consumo si queremos impulsar este tipo de agricultura", sugiere.
"Compro biol¨®gico cada dos d¨ªas", asegura Daniel, un joven dise?ador de Hamburgo a la salida de un local de Alnatura en Berl¨ªn, una de las cadenas especializadas m¨¢s grandes de Alemania. "Siento que estamos echando demasiados productos qu¨ªmicos en la naturaleza, y este es mi peque?o grano de arena". "Los consumidores conf¨ªan en el sello, pero no siempre saben qu¨¦ significa ecol¨®gico", matiza Buscke, de VZBV,?"y las etiquetas tampoco ayudan".
Adem¨¢s del sello europeo, varios pa¨ªses, como Alemania, cuentan con certificaciones propias, cada una con su etiqueta. "Es una cuesti¨®n en la que se tiene que trabajar ", zanja Buscke. "Lo m¨¢s importante es que el consumidor sepa lo que compra".
Alemania, la meca de la comida ecol¨®gicaHoy en un nuevo programa especial de 'Europa Ciudadana', analizamos nuestro viaje a Alemania, la meca de la comida ecol¨®gica. Env¨ªa tus preguntas http://cort.as/z8QL
Gepostet von El Pa¨ªs Internacional am Mittwoch, 30. August 2017