¡°Hoy es el d¨ªa en que nos levantamos¡±

"Hoy es el d¨ªa en que nos levantamos¡±, dijo desafiante entre aplausos Melodie K., una beneficiaria de DACA en Los ?ngeles, una hora despu¨¦s del anuncio oficial de la terminaci¨®n del programa que protege de ser deportados a inmigrantes que llegaron siendo menores de edad. Escenas similares se vivieron en Washington, frente a la Casa Blanca, en la Quinta Avenida de Nueva York, donde grupos defensores de los inmigrantes cortaron el tr¨¢fico con carteles de ¡°Nazis fuera de la Casa Blanca¡±, o en Miami, donde se concentraron cientos de personas frente a la Freedom Tower. Es la primera reacci¨®n de indignaci¨®n de grupos que llevan d¨¦cadas luchando por los derechos de los inmigrantes y que se han manifestado en las grandes ciudades. EL PA?S recogi¨® sus voces en una ma?ana desgraciada.

Miami

"Aqu¨ª no se termina la batalla"

"No nos vamos a dar por vencidos. Trump est¨¢ despertando a un gigante dormido", dijo este martes en Miami Mar¨ªa Ang¨¦lica Ram¨ªrez, colombiana de 30 a?os, llegada hace 16 a?os a EE UU y beneficiaria del programa DACA. En la ciudad m¨¢s poblada de Florida se reunieron decenas de activistas y dreamers (so?adores) para protestar por la decisi¨®n de Trump de cancelar la protecci¨®n a inmigrantes que llegaron a EE UU siendo menores de edad. "Siento que el presidente solo quiere quedar bien con los racistas", dijo Ram¨ªrez. En su camiseta azul, esta leyenda: "Soy poderosa".

Florida es el tercer estado del pa¨ªs con m¨¢s beneficiarios de DACA (90.000) despu¨¦s de California y Texas. La protesta se realiz¨® a la entrada de la Torre de la Libertad, uno de los primeros rascacielos de la ciudad, que sirvi¨® de lugar de acogida a los exiliados cubanos en los a?os sesenta.

Armando Carrada, 27 a?os, lleg¨® a EE UU con siete a?os cruzando la frontera de Texas sin papeles con su madre, su t¨ªa y su hermana. En Florida su madre se emple¨® recogiendo tomates para sacar a su familia adelante. Hoy Carrada es editor de una empresa de fotograf¨ªa de eventos y est¨¢ completando estudios de hosteler¨ªa. Su familia sali¨® de Oaxaca, la regi¨®n m¨¢s pobre de M¨¦xico. "Hay que seguir peleando d¨ªa a d¨ªa", reaccion¨® el joven ante el anuncio del fin de DACA, al que tambi¨¦n est¨¢ acogido. "Aqu¨ª no se termina la batalla". Sobre Trump dijo: "Trato de no odiar a nadie...", y a?adi¨®: "Quieren meternos miedo, pero no vamos a dejar que lo hagan".

Ram¨ªrez, con un hijo de tres a?os nacido en EE UU y trabajadora de una ONG, no se quer¨ªa siquiera imaginar la posibilidad de que la deporten a su pa¨ªs de origen, de donde huy¨® su familia escapando de la violencia: "Ser¨ªa volver a empezar mi vida desde cero". Acus¨® a Donald Trump de "estar separando familias".

Carrada afirm¨® que a medio plazo sigue vi¨¦ndose en su pa¨ªs, EE UU, "casado, con un trabajo con el que aportar a esta sociedad y sin olvidarme de mis principios ni de mi comunidad". Ram¨ªrez anhela lograr la ciudadan¨ªa americana y poder corresponder a EE UU por todo lo que seg¨²n ella le ha dado: "Muchas de las cosas m¨¢s grandes de mi vida me han sucedido en este pa¨ªs. Solamente le ruego a EE UU que me permita darle todos los regalos que le tengo". A Trump, ella le dir¨ªa: "No nos vamos a dar por vencidos". Y ¨¦l: "Los 11 millones de indocumentados de este pa¨ªs estamos frente a ti y no vamos a dejar que nos pases por el lodo mientras t¨² est¨¢s ah¨ª sentado en tu silla dorada".

Washington DC

"Este presidente nos minti¨®"

Diego Qui?ones est¨¢ en huelga de hambre. Lleg¨® a Estados Unidos desde Guadalajara (M¨¦xico) con siete a?os y no ha regresado desde entonces. Ahora tiene 27, novia estadounidense y trabaja en una empresa de tarimas de madera en Arkansas. El a?o pasado fue becario en la oficina del senador dem¨®crata Bob Menendez en Washington. Pero en seis meses podr¨ªa ser deportado.

Frente a las verjas de la Casa Blanca, con una camiseta del Real Madrid, Qui?ones cree que su causa es justa. ¡°Creamos empleo, abrimos negocios, somos doctores, ingenieros; es algo que no tiene sentido. Y tampoco sentido moral¡±, afirma. Si el Congreso no es capaz de aprobar una ley que ampare a los dreamers en los pr¨®ximos seis meses ¡ªel tiempo fijado por la Casa Blanca¡ª, Qui?ones tratar¨¢ de quedarse, aunque sea ilegal. ¡°Ya estuve como indocumentado aqu¨ª antes, lo har¨¦ otra vez aunque sea una situaci¨®n dif¨ªcil. Pero ahora es momento de luchar y presionar al Congreso¡±.

Desde prontas horas de la ma?ana, centenares de personas protestan a las puertas de la residencia de Trump. ¡°Con DACA he tenido oportunidad de encontrar mejores trabajos y estudiar, algo que antes no pude hacer¡±, dice Francisco, que habla mejor ingl¨¦s que castellano. Lleg¨® a EE UU con diez a?os, en 2001. ¡°Me siento m¨¢s americano que de Ecuador mismo¡±, confiesa. ¡°Soy americano en todos los sentidos de la palabra menos en un pedazo de papel¡±, reclama su amigo, ?ngel, que lleg¨® a los dos a?os desde M¨¦xico.

Los l¨ªderes de varias organizaciones sociales declararon ante los medios que ahora empieza su ¡°lucha¡±. ¡°No vamos a permitir sus enga?os. Este presidente nos minti¨®. Durante meses dijo ¡®Amo a los dreamers, tengo un gran coraz¨®n para los dreamers¡¯. Recuerden c¨®mo empez¨® su campa?a: dijo que ¨¦ramos violadores y criminales. No lo olvidaremos¡±, dijo Gustavo Torres, presidente de CASA, una organizaci¨®n dedicada a la defensa de los latinos. En los pr¨®ximos meses intensificar¨¢n sus protestas para que el Congreso apruebe una ley que les proteja.

Nueva York

"No nazis en la Casa Blanca"

Los dreamers hicieron escuchar su voz de protesta ante la Trump Tower. La Quinta Avenida qued¨® cortada a medio d¨ªa temporalmente al tr¨¢fico. ¡°No tengo miedo¡±, dice el mexicano Fidel Escalona, ¡°DACA nos cambi¨® la vida y por eso vamos a seguir luchando¡±. Lleg¨® a EE UU cuanto ten¨ªa 14 a?os. Ahora tiene 27. Trabaja en la cocina de un restaurante, ¡°el due?o me dio un mejor salario¡±.

Gloria Mendoza tiene 26 a?os. Lleva 23 en el pa¨ªs. Esta artista de Brooklyn recuerda el temor que tuvieron sus padres cuando se apunt¨® a DACA, por si los documentos les delataban en un futuro como ilegales y les pon¨ªan a todos en peligro. ¡°Saben donde vivo, donde estudi¨¦ y quienes son los miembros de mi familia¡±, comenta, ¡°pero creo que fue un paso muy grande para nuestra comunidad¡±.

Estos j¨®venes so?adores tienen la esperanza de que el Congreso pacte un plan alternativo, aunque reconocen que seis meses es poco tiempo, porque hay m¨²ltiples batallas pol¨ªticas abiertas. ¡°Vamos a luchar hasta que tomen una decisi¨®n¡±, asegura Cristina Alfaro, que rechaza el argumento legal. Lleg¨® a EE UU con 9 a?os. Su madre regres¨® a M¨¦xico. Ahora tiene una hija. ¡°Es muy dif¨ªcil ser una madre inmigrante pero eso me ha hecho m¨¢s fuerte para luchar¡±.

La polic¨ªa realiz¨® una treintena de arrestos, cuando varios de los manifestantes bloquearon el cruce que da acceso a la Trump Tower formando una cadena humana. ¡°No Nazis en la Casa Blanca¡±, se pod¨ªa leer en algunas de las pancartas. ¡°Educaci¨®n, no deportaci¨®n¡±, dice la de Escalona, que explica c¨®mo gracias a DACA pudo tener acceso a programas de formaci¨®n laboral en su comunidad. ¡°No puedes deportar ideales¡±, insiste Mendoza.

Los ?ngeles

"Un d¨ªa de verg¨¹enza para Am¨¦rica"

Uno de cada cuatro beneficiarios del programa DACA vive en California. Dos horas despu¨¦s del anuncio del Gobierno, Melodie K., l¨ªder del movimiento de los dreamers en Los ?ngeles, dec¨ªa desafiante: ¡°Hoy es el d¨ªa en que nos levantamos¡±. Dijo que era ¡°un d¨ªa de verg¨¹enza para Am¨¦rica¡± y advirti¨® de que los inmigrantes son ¡°corredores de fondo que llevamos a?os luchando¡±. Unas decenas de activistas se concentraron frente a los juzgados federales de la ciudad para protestar contra la decisi¨®n y ten¨ªan prevista una gran movilizaci¨®n por la noche. Los testimonios fueron de desaf¨ªo. La decisi¨®n de Trump ha sido recibida como una gran llamada a la movilizaci¨®n.

Hubo l¨¢grimas, ¡°pero no de tristeza, sino de rabia¡±, en palabras de Yamileth, que lleg¨® a este pa¨ªs con siete a?os. ¡°Mi padre fue asesinado y mi madre no tuvo otra oportunidad m¨¢s que venir. Quedarse en Guatemala habr¨ªa significado ser violada o peor, decidi¨® arriesgarse y venir¡±. Estas son las situaciones a las que podr¨ªan ser enviados estos inmigrantes si pierden su protecci¨®n. Con la diferencia de que eran ni?os cuando vinieron. Son ajenos a esos pa¨ªses.

Se sucedieron testimonios como el de Christian Torres, que estuvo 17 a?os indocumentado en el pa¨ªs hasta que logr¨® DACA hace tres. Recuerda haber sido despedido de un trabajo cuando pidi¨® mejores condiciones por no tener papeles. Eso se hab¨ªa acabado con DACA. O Diana Ramos, que entre l¨¢grimas record¨® que la protecci¨®n temporal le permiti¨® terminar una licenciatura. Melodie K., de 23 a?os, que vino de Guatemala con 9, curs¨® una maestr¨ªa sobre gesti¨®n de ONG en la universidad. ¡°?De qu¨¦ me sirve si me quedo sin papeles?¡±.