El proceso kafkiano de los Diez de Estambul
Diversas ONG denuncian las condiciones carcelarias y las irregularidades judiciales en el caso de una decena de defensores de los derechos humanos, entre ellos la directora de Amnist¨ªa Internacional en Turqu¨ªa y dos activistas europeos
Nejat Tastan no se explica por qu¨¦ est¨¢ en libertad. Del mismo modo, tampoco entiende las razones por las que sus compa?eros se encuentran en prisi¨®n. Todo lo que rodea el proceso en el que est¨¢ imputado est¨¢ lleno de anomal¨ªas y, a medida que avanza el tiempo, adquiere dimensiones que har¨ªan que las tramas de Franz Kafka se quedasen en relatos infantiles. Tastan, de 53 a?os y coordinador del Observatorio por la Igualdad de Derechos, forma parte de los llamados Diez de Estambul, un grupo de activistas de derechos humanos que fue detenido el pasado mes de julio en la isla estambul¨ª de B¨¹y¨¹kada cuando asist¨ªa a un seminario. De ellos, ocho est¨¢n actualmente encarcelados -incluida la directora de Amnist¨ªa Internacional en Turqu¨ªa, Idil Eser, y los activistas Peter Steudtner (de nacionalidad alemana) y Ali Gharavi (ciudadano sueco)- y otros dos en libertad con cargos. ¡°Por qu¨¦ ellos est¨¢n dentro y yo fuera, escapa a mi comprensi¨®n¡±, afirm¨® Tastan.
¡°Desde que la polic¨ªa entr¨® en nuestra reuni¨®n grit¨¢ndonos que nos pusi¨¦semos contra la pared hasta ahora, el proceso est¨¢ plagado de irregularidades¡±, denunci¨® Tastan este viernes en una rueda de prensa en Estambul en la que varias organizaciones de defensa de derechos humanos exigieron la liberaci¨®n de sus colegas y denunciaron las condiciones ¡°ilegales¡± en las que son mantenidos en prisi¨®n. Ya la propia captura de los Diez de Estambul levanta sombras de duda pues la orden de detenci¨®n se emiti¨® cinco horas despu¨¦s de que los activistas fuesen apresados; seg¨²n la versi¨®n oficial, porque se hab¨ªan reunido para conspirar contra Turqu¨ªa. La Fiscal¨ªa de Estambul les imputa el gen¨¦rico cargo de ¡°colaborar con organizaci¨®n terrorista sin ser parte de ella¡±. Pero tan gen¨¦rico es el cargo que, seg¨²n uno de los abogados de la defensa, en la investigaci¨®n policial s¨®lo figura la letra A como nombre de la organizaci¨®n terrorista a la que supuestamente habr¨ªan ayudado.
El objetivo principal de la redada, seg¨²n ha trascendido en algunos medios, ser¨ªa el activista Peter Steudtner, cuya detenci¨®n -junto a la de otros dos periodistas de nacionalidad germana- ha sido definida por algunos l¨ªderes pol¨ªticos de Alemania como una ¡°toma de rehenes¡± que intercambiar en el marco de la crisis pol¨ªtica entre los gobiernos de Berl¨ªn y Ankara. Por ello, Alemania ha recomendado a sus ciudadanos que no viajen a Turqu¨ªa, pues, en su opini¨®n, podr¨ªan ser sometidos a arrestos arbitrarios.
Los abogados de los Diez de Estambul sostienen que no hay pruebas que demuestren las acusaciones hechas a sus clientes, si bien se quejan tambi¨¦n de que no han tenido acceso a los documentos de la Fiscal¨ªa, pues se ha decretado el secreto de sumario. Hecho que no ha sido ¨®bice para que parte del acta de acusaci¨®n se filtrase a la prensa progubernamental turca que la ha ¡°utilizado para una campa?a de difamaci¨®n¡± contra los imputados, en palabras de Feray Salman, de la Plataforma Unida de Derechos Humanos (IHOP), y que ha incluido numerosas portadas en las que se pinta a los activistas como ¡°esp¨ªas¡± y ¡°terroristas¡±, pasando por alto la presunci¨®n de inocencia que garantizan las leyes turcas.
Deha Boduroglu, del equipo legal que defiende a Gharavi y Steudtner, denuncia que las condiciones carcelarias en que son mantenidos los ocho detenidos son ¡°ilegales¡± y violan los derechos de los presos. Por ejemplo, se les impide participar en las actividades de las prisiones o usar sus instalaciones deportivas; se les ha prohibido recibir y emitir correspondencia y se ha restringido a una hora a la semana el contacto con su abogado, que adem¨¢s es grabada por las c¨¢maras y vigilada por un funcionado de prisiones. ¡°Esto, seg¨²n la normativa del estado de emergencia vigente, s¨®lo puede hacerse si hay una decisi¨®n judicial de por medio y este no es el caso¡±, critica el letrado.
Por si fuera poco a Gharavi y Steudtner se les obliga a hacer todas sus peticiones en turco, lengua que desconocen, y todos los diccionarios que los abogados han intentado hacerles llegar han sido requisados. ¡°Ali (Gharavi) est¨¢ internado con otro preso que no sabe ingl¨¦s y no se le ha garantizado el tratamiento m¨¦dico a sus problemas f¨ªsicos y psicol¨®gicos (ci¨¢tica y crisis de ansiedad)¡±, se queja Boduroglu: ¡°Lo que se intenta hacer es someterlo a un r¨¦gimen de aislamiento y tortura psicol¨®gica que responde a ¨®rdenes desde arriba, porque los guardias se comportan con ¨¦l correctamente¡±. El temor del abogado es que, como ha ocurrido en otros procesos de contenido pol¨ªtico en los ¨²ltimos tiempos en Turqu¨ªa, el periodo de detenci¨®n se alargue durante meses como una forma de castigo. ¡°Todas nuestras peticiones al juez son deso¨ªdas, por eso hemos apelado al Constitucional y hemos preparado tambi¨¦n peticiones al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y al relator de la ONU para derechos humanos¡±, a?ade.
Los compa?eros de los Diez de Estambul creen que este proceso, como las investigaciones abiertas contra m¨¢s de 100.000 ciudadanos turcos y la detenci¨®n de 50.000 personas durante el ¨²ltimo a?o, est¨¢ destinado a acallar las voces cr¨ªticas con el presidente Recep Tayyip Erdogan. Pero Tastan no se arredra: ¡°Aunque vivamos bajo estado de emergencia, eso no significa que no haya leyes. Se debe seguir respetando el proceso democr¨¢tico. Y nosotros seguiremos defendiendo los derechos humanos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.