Al lado de la Casa Blanca, Hillary Clinton alienta a la ¡°resistencia¡± contra Trump
"No permitamos que el reloj vaya hacia atr¨¢s", dice la excandidata dem¨®crata en Washington, al inicio de la gira de presentaci¨®n de su libro sobre la derrota electoral
La ubicaci¨®n era dolorosa. A una calle del Hotel Trump y a dos de la Casa Blanca. Hillary Clinton inici¨® este lunes la gira de presentaci¨®n de su libro sobre su derrota electoral en el coraz¨®n de Washington, la ciudad en la que so?aba con volver a vivir pero que el pasado 8 de noviembre se le escap¨® para siempre. Ir¨®nicamente, antes del inicio de la charla, a las puertas del Teatro Warner un hombre tocaba Imagine, el himno de John Lennon en que imaginaba un mundo en paz. Una mujer sosten¨ªa un cartel que rezaba ¡°Ojal¨¢ hubieras ganado¡± y que agradec¨ªa el apoyo de Clinton a las restricciones a las ventas de armas. Pero a su lado un hombre criticaba los lazos empresariales de la excandidata dem¨®crata, lo que le vali¨® una peineta de un joven, y otro denunciaba las donaciones de lobbies proisrael¨ªes a la ex primera dama.
Como en la campa?a, la polarizaci¨®n pol¨ªtica no pod¨ªa estar ausente del primer gran acto poselectoral de Clinton. Pero dentro del teatro todo fueron apoyos. Hubo v¨ªtores constantes, pero tambi¨¦n lloros de sue?os rotos y miedo ante la presidencia del republicano Donald Trump. Clinton salt¨® al escenario con su habitual sonrisa inagotable. La recibieron como una estrella. Centenares de personas llenaban el se?orial recinto. Muchas iban vestidas elegantemente, otras llevaban camisetas con lemas electorales. En el p¨²blico, hab¨ªa pesos pesados de la fallida campa?a presidencial.
Clinton explic¨® que escribir el libro fue un proceso de ¡°catarsis¡± y la charla en el teatro, con la responsable de una librer¨ªa de la ciudad, fue algo similar. Una terapia colectiva en que se repasaron errores del pasado y hubo advertencias constantes sobre la presidencia de Trump. Sentada en un sill¨®n, Clinton habl¨® c¨®moda con calma. Rio e ironiz¨®, alej¨¢ndose de su fama de distante. Pero tambi¨¦n son¨® enfadada y alz¨® la voz. "Si no hacemos que la gente vote no vamos a darle la vuelta a esto", clam¨®, alentando al activismo y dejando claro que no piensa abandonar del todo la pol¨ªtica.
"El futuro es en lo que estoy m¨¢s centrada", cont¨®. Asegur¨® que, con Trump en la Casa Blanca, percibe una mayor permisividad en la discriminaci¨®n por g¨¦nero, raza o religi¨®n. "No permitamos que el reloj vaya hacia atr¨¢s, que los progresos de la gente sean revertidos. Hay mucho de lo que estar orgulloso por lo que la gente de la resistencia hace cada d¨ªa", subray¨®. Por ejemplo, inst¨® a promover el registro de votantes y a no permitir que los ataques en Internet se "queden sin respuesta". "Es vital que la gente tenga un compromiso fuerte en recuperar nuestro pa¨ªs", proclam¨®.
Durante la campa?a electoral, era Trump el que promet¨ªa recuperar EE UU y hacer aflorar la supuesta grandeza perdida. Diez meses despu¨¦s, las tornas se han girado. Ahora es Clinton la que ensalza el pasado, habla con pesimismo del presente y proyecta ilusi¨®n sobre el futuro. Suena menos enquilosada y m¨¢s activista, con menos cors¨¦s. "Soy muy optimista", esgrimi¨®. "Siempre nos acabamos centrando en lo correcto y movi¨¦ndonos hacia la Uni¨®n perfecta. Har¨¦ todo lo posible para llevarnos all¨ª".
En el evento, la excandidata repas¨® el proceso de preparaci¨®n del libro. "No hab¨ªa casi nada que quisiera decirle a alguien, era tan devastador", reconoci¨® sobre los primeros d¨ªas tras la derrota. La investidura de Trump el 20 de enero, a la que acudi¨®, fue un punto de inflexi¨®n que la llev¨® a escribir sobre "asuntos" que consideraba vitales.
Desde los comicios, Clinton ha buscado un sinf¨ªn de razones, muchas ajenas. Parece que no pase un d¨ªa en que no se pregunte "Qu¨¦ pas¨®", precisamente el nombre de su libro. Por qu¨¦ se impusieron los instintos y ataques viscerales de Trump, el hartazgo con el establishment y la erosi¨®n de la clase media.
En la charla, Clinton admiti¨® que se centr¨® demasiado en los detalles de sus propuestas pol¨ªticas en vez de repetir ideas m¨¢s gen¨¦ricas, como hac¨ªa el magnate, sin experiencia pol¨ªtica. "No fui lo suficientemente r¨¢pida en tratar de determinar una mejor manera de comunicar", dijo.
Pero, a la vez, mencion¨® factores ajenos, como el papel de Rusia y el hecho de ser mujer. Tampoco tard¨® en criticar con iron¨ªa al ahora mandatario. "La gente pensar¨ªa que querr¨ªamos a alguien calmado en el Despacho Oval", dijo. "Un trabajo que requiere, acostumbraba a requerir, un nivel de curiosidad y foco".
Washington inaugur¨® la gira de presentaci¨®n del libro. La ex primera dama visitar¨¢ hasta diciembre otras 14 ciudades, tres en Canad¨¢. Y promete ser sincera. "Ninguno de nosotros puede permitirse estar callado", proclam¨® antes de despedirse. "Expres¨® mucho de lo que sentimos. No est¨¢ rota. Nos da esperanza", destac¨® Lauren Mays, de 32 a?os, una de las congregadas en el p¨²blico.
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