La noche del silencio en Ciudad de M¨¦xico
Recorrido por una Ciudad de M¨¦xico a oscuras donde la ayuda sigue llegando a los puntos de la tragedia y las labores de rescate no cesan
00:30 de la madrugada (siete horas m¨¢s en la Espa?a peninsular). Pu?os en alto
Las ambulancias, las sirenas, los gritos y las m¨¢quinas no paran de escucharse, salvo cuando alguien levanta el pu?o y todos, poco a poco van call¨¢ndose, se paran las m¨¢quinas y se intenta escuchar a trav¨¦s de los escombros y los hierros retorcidos a los que a¨²n quedan atrapados en los edificios. Entre tanto bullicio, esta noche tambi¨¦n hay lugar para el silencio.
"Se ha ca¨ªdo otro edificio en [la calle] Eugenia con [la calle] Divisi¨®n", se lee en Twitter, el medio de informaci¨®n de una gran cantidad de ciudadanos en este momento. "Traigan agua, l¨¢mparas y pilas". La noche es cerrada y no se ve nada, solo se oye el bullicio de la gente que, agitada, intenta hacer su m¨¢ximo esfuerzo. Las riadas de voluntarios salen de todas partes y comienzan a hacer una larga cadena humana para transportar v¨ªveres. Hay un momento hasta para el aplauso colectivo, un impulso a seguir adelante, sin cansancio, con la adrenalina al 100%.
Mientras tanto, el Ej¨¦rcito y los equipos de rescate y voluntarios mueven como pueden los trozos de piedra, el hormig¨®n, la arena. Con palas, picos, con carteles publicitarios, manos y pies. La maquinaria pesada intenta aligerar el trabajo pero en algunas calles como en Gabriel Mancera y Escocia el suelo est¨¢ tan da?ado que hay riesgo de que la vibraci¨®n de los veh¨ªculos haga caer las construcciones de alrededor.
01:00 de la madrugada. Los llamados "saldos negros"
Mientras tanto en el centro de salud de San Borja, grupos de m¨¦dicos, doctoras y enfermeros esperan a que lleguen pacientes. "Por el momento solo hemos atendido algunas fracturas y ataques de p¨¢nico", dice una de las doctoras. "Las personas que llegaron lo hicieron justo despu¨¦s del se¨ªsmo. Los pacientes m¨¢s graves parece que los est¨¢n llevando a los hospitales m¨¢s grandes donde se atienden traumatismos como el de la Magdalena Salinas", dice la m¨¦dica. "Por lo visto, seg¨²n protecci¨®n civil, lo que est¨¢ saliendo en su mayor¨ªa son saldos negros de los escombros", a?ade un param¨¦dico. ?A qu¨¦ se refiere con saldo negro? "A personas fallecidas", concluye.
02:00 de a madrugada. El fr¨ªo aprieta
Una cuadrilla de limpieza que trabaja para el gobierno de la Ciudad de M¨¦xico trata de pasar la noche en la acera de Gabriel Mancera y Eje 6 ?ngel Urraza, tienen algunas mantas y comida que les han llevado voluntarios. El fr¨ªo aprieta y unos pegados a otros intentan mantener el calor. Este equipo de barrenderos y barrenderas comenzaron su jornada a las 08.00 de la ma?ana y no han podido regresar a casa y esperan a que a las 05.00 de la ma?ana abra el metro y llegue su relevo. Los camiones de recogida de basuras tambi¨¦n se han utilizado para retirar cascotes y todo el mundo arrima el hombro como puede. "Debemos estar disponibles para lo que se solicite", dice Adriana Marcial, la jefa de la cuadrilla. Junto a ella, Lorenzo Rodr¨ªguez, de 66 a?os, recuerda el terremoto del 85. C¨®mo no hacerlo si el 19 de septiembre ha quedado marcado en el calendario para siempre, y este sismo se not¨® m¨¢s. "And¨¢bamos en la calle trabajando y ya no pudimos regresar a casa", comenta.
02:30 de la madrugada. Trayecto en Uber
El servicio de Uber vuelve a funcionar, aunque las unidades tardan m¨¢s en llegar por los cortes de tr¨¢fico y las labores de rescate. Roberto Enr¨ªquez, lleva algunos meses conduciendo un peque?o Mitsubishi plateado. Originario de Sinaloa, no est¨¢ acostumbrado a que la tierra tiemble y no para de hablar de c¨®mo se vivi¨® en su casa de la colonia Narvarte el terremoto: "Parec¨ªa como si un monstruo moviera la tierra porque se o¨ªa hasta ruido y pareciera que se levantaban por completo los topes", cuenta el conductor. "F¨ªjese que, cuando me compr¨¦ mi casa, como no estoy acostumbrado a que tiemble, lo hize en una zona menos s¨ªsmica y resulta que es donde m¨¢s se ha notado el temblor", comenta Roberto.
03:15 de la madrugada. En el albergue-refugio
El polideportivo Benito Ju¨¢rez, en la calle de Municipio Libre, es uno de los albergues que las delegaciones han improvisado a lo largo de toda la ciudad para acoger a los que se han quedado sin casa o no pueden regresar a la suya.
Este es el caso de Leonardo y su mujer Adriana, vecinos de Coapa. Detr¨¢s de su casa ha colapsado un colegio con decenas de ni?os en su interior. El edificio donde viven, en la calle cerca de Miramontes y Calzada de las Bombas, tiene una fuga de gas que no les permite regresar a su domicilio, por lo que han tenido que refugiarse junto a su hija embarazada, su nieta y su yerno en el deportivo de la Benito Ju¨¢rez. "Venimos con una beb¨¦ de tres a?os y con mi hija. En su estado nos da miedo regresar a casa", explica Leonardo. "Dicen que se prev¨¦ que haya un temblor en las pr¨®ximas 73 horas y no queremos exponernos", cuenta su mujer con voz temblorosa y nerviosa. En el refugio, voluntarios y trabajadores de la delegaci¨®n y la Ciudad de M¨¦xico ofrecen a los reci¨¦n llegados comida caliente, agua, atenci¨®n m¨¦dica y ropa limpia si necesitan. Muchos brigadistas han decidido hacer una pausa en las tareas de desescombro y llegan a tumbarse en las colchonetas del gimnasio unas horas. No se quitan ni las botas y alguno duerme abrazado al casco y la pala.
"Tenemos dentro a unas 250 personas y seguimos recibiendo gente. Hay capacidad para 500 aproximadamente", dice Armando, voluntario del refugio mientras da la bienvenida a nuevas personas que van llegando.
03:45 de la madrugada. Visita sorpresa del alcalde
Un nutrido grupo de autoridades hace acto de presencia en el albergue. No hacen mucho ruido, se desplazan con rapidez de una sala a otra, rodeados de seguridad mientras alg¨²n curioso levanta la cabeza en medio del sue?o ligero y reconoce al jefe de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, Miguel ?ngel Mancera, con sorpresa. La mayor¨ªa duerme. Aunque Leonardo aprovecha para acercarse al alcalde y pedirle que vayan a revisar su casa porque "tiene fugas y no podemos regresar, por favor, se?or Mancera". Como ¨¦l, son varios los afectados que aprovechan la oportunidad. Acompa?ado de otros cargos municipales, Mancera toma del brazo a los que se le acercan y con entereza y tranquilidad hace apuntar todas las demandas de la gente. Minutos despu¨¦s de ser abrazado por una mujer que le da las gracias y le muestra sus manos como "las manos de todo M¨¦xico", el jefe de la CDMX da las buenas noches y desaparece entre el enjambre que le acompa?a.
04:00 de la madrugada. Regreso en Uber entre gritos y pu?os en alto
Roberto, el conductor de Uber, aprovecha para dormitar en su auto mientras espera. De regreso, de nuevo las luces y las excavadoras, los ruidos de las voces que gritan desesperadas, cansadas en medio de una madrugada que ser¨¢ recordada por su solidaridad y por los pu?os en alto que piden silencio para encontrar a los cientos de desaparecidos que siguen bajo los escombros.
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