¡°M¨¦xico siempre est¨¢ preparado para el d¨ªa despu¨¦s de un terremoto¡±
Entre el estupor y la dram¨¢tica costumbre Ciudad de M¨¦xico despierta del se¨ªsmo. Un d¨ªa despu¨¦s, colegios cerrados y oficinas abiertas
Con el aeropuerto a pleno rendimiento, luz el¨¦ctrica tras horas de apag¨®n, bancos y comercios funcionando con normalidad, pero colegios y oficinas de Hacienda cerradas, Ciudad de M¨¦xico, una megal¨®polis de casi 10 millones de habitantes dram¨¢ticamente acostumbrada a los terremotos, recupera el aliento despu¨¦s del fuerte temblor que azot¨® el sur y el centro de la urbe durante el mediod¨ªa del martes.
¡°Ayer s¨ª nos evacuaron, pero hoy en mi oficina hemos venido todos a trabajar¡±, dice Emilio Duarte, corredor de seguros, a la puerta de una edificio acristalado en Reforma, la principal arteria de negocios de la ciudad, que 24 horas despu¨¦s de la cat¨¢strofe ¨Cm¨¢s de 200 muertos y miles de desalojados¨C tan solo se distingue de cualquier otro mi¨¦rcoles porque alguna gr¨²a esta arreglando reventones en las fachadas. Sin embargo, la patronal no ha dado cifras del paro ocurrido este d¨ªa. Muchos otros trabajadores no han acudido a sus oficinas por motivos de seguridad del edificio o porque la directiva prefiri¨® que los empleados trabajaran en remoto cada uno desde casa.
Los bancos y la Bolsa abrieron en sus horarios habituales, seg¨²n anunci¨® la patronal bancaria y burs¨¢til. Mientras que Hacienda y los colegios p¨²blicos ¨Cm¨¢s de 200 escuelas han sido afectadas¨C decidieron cerrar este mi¨¦rcoles. Durante las tres primeras horas despu¨¦s de la sacudida, el aeropuerto ech¨® el cerrojo por precauci¨®n y varios aterrizajes fueron derivados a los destinos m¨¢s pr¨®ximos, como Toluca o Acapulco. Las autoridades aeroportuarias confirmaron que 180 vueltos se vieron afectados. Las terminales sufrieron adem¨¢s cortes de luz que dificultaron las actividades de registro de pasaportes y control de equipajes.
Como en el aeropuerto, al oeste de la ciudad, m¨¢s de 700.000 hogares sufrieron cortes de luz durante la tarde del martes, seg¨²n datos de la empresa p¨²blica de electricidad. ¡°No hubo luz ni internet durante todo el d¨ªa¡±, contaba la ma?ana del d¨ªa siguiente Oswaldo Moscoso, un treinta?ero de la colonia del Valle, en el per¨ªmetro de la nuez del se¨ªsmo. A menos de tres calles, varios edificios quebraron y se hundieron como castillos de arena. Cuando volvi¨® la corriente, lo primero que hizo fue llamar a su hermana. Su edificio, en la colonia Escand¨®n, hab¨ªa vibrado con fuerza y en la paredes se abrieron grietas. Su hermana, su cu?ado y sus cuatro perros se quedaron en su casa anoche y seguir¨¢n con ¨¦l durante unos d¨ªas. ¡°Nunca puedes prever el temblor, pero M¨¦xico siempre est¨¢ preparado para el d¨ªa despu¨¦s¡±, contin¨²a Moscoso, a¨²n con el recuerdo del crujido de hace dos semanas, el desastre de hace 32 a?os, o los zumbidos de la alerta s¨ªsmica de casi cada mes.
Ciudad de M¨¦xico est¨¢ levantada en una zona inestable y en esta ocasi¨®n la ciudad ha vuelto a responder. La familia y los amigos siguen siendo la primera red de seguridad. El transporte p¨²blico funcion¨® gratis durante las horas cr¨ªticas. Taxis y servicios privados como Uber tambi¨¦n tendieron la mano. El Gobierno de la urbe ha abierto m¨¢s de una decena de alberges y centros de acopio donde bulle la acci¨®n solidaria.
Cadenas humanas y centros de acopio
El Parque de M¨¦xico, en la colonia Condesa, uno de los epicentros de la cat¨¢strofe, se ha convertido desde este mi¨¦rcoles en el coraz¨®n de la capital. Desde all¨ª, cientos de voluntarios se organizan para bombear los v¨ªveres y materiales que llegan a los lugares m¨¢s necesitados. Se asemeja a un campamento en plena guerra: unos carteles pintados se?alan d¨®nde ha de hacerse el acopio de cobijas, latas de conserva, agua¡Tambi¨¦n hay espacio para productos de limpieza, cajas de cart¨®n y bolsas de pl¨¢stico, donde empaquetar los bienes de primera necesidad que luego transportaran a hospitales y las zonas m¨¢s da?adas por el sismo, y tiendas de campa?a.
De repente, en medio del silencio de largas cadenas humanas que transportan as¨ª todo lo que va llegando, se oye un gran aplauso. Un coche privado acaba de retirarse despu¨¦s de que toda la ayuda material que tra¨ªa fuera descargada. Mientras arranca, los mismos voluntarios que ayudaron a recuperar los bienes aplauden por la haza?a y el orgullo de que todos se hayan encontrado all¨ª, al pie del parque, los que trajeron los v¨ªveres y los que ayudaron a acopiarlos.
Rogelio Ch¨¢vez, trabaja para Audi, hoy tiene el d¨ªa libre y ha decidido dedicarse al transporte de paquetes de comida ya preparados de forma individual. Su empresa le ha dejado un carro de servicio y ahora, reci¨¦n cargada la furgoneta de agua y alimentos, gracias a una cadena humana, se dirige con un compa?ero a las zonas hospitalarias. Ch¨¢vez dice, con una sonrisa llena de pena y valent¨ªa, que lo hace ¡°porque tenemos [los mexicano] un coraz¨®n lleno de coraje¡±.
A escasos metros del Parque de M¨¦xico, en las puertas principales del centro comercial Sears, ubicado en la Avenida de Insurgentes y cerrado este mi¨¦rcoles, tambi¨¦n se han improvisado dos centros de acopio, donde predominan las botellas aguas, las mantas y muchas cajas de cart¨®n empaquetadas de manera casera con lo que los donantes pudieron y decidieron que podr¨ªa ser ¨²til en estos momentos. Sentado en el suelo, el m¨¦dico Flavio Dom¨ªnguez cuenta que apenas lleg¨® hace una hora, pregunt¨® qu¨¦ pod¨ªa hacer y le pidieron dividir los medicamentos que hab¨ªan recibido: analg¨¦sicos por un lado, astringentes, por otro. Gabriela Cruz, del Estado de M¨¦xico, es quien coordina esta base. Desde que empezaron a hacer acopio en esta puerta del centro comercial a las 14.00 del lunes, poco despu¨¦s del temblor, no se ha movido de all¨ª y no piensa a hacerlo por ahora. ¡°?Qu¨¦ necesitan?¡±, pregunta un vecino. ¡°Faltan sobre todo cubrebocas, alcohol, agua oxigenada, cinta adhesiva, vendas y cuerdas¡±, enumera ella concienzudamente.
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