La complicada tarea de formar Gobierno en Alemania
Las negociaciones entre los cuatro partidos pueden alargarse durante meses. Aunque la Constituci¨®n contempla otras opciones, son muy poco probables
¡°Juro consagrar mis fuerzas al bien del pueblo alem¨¢n, acrecentar su bienestar, evitarle da?os, salvaguardar y defender la Ley Fundamental y las leyes, cumplir mis deberes escrupulosamente y ser justo con todos. Que Dios me ayude¡±. Todo apunta a que Angela Merkel volver¨¢ a pronunciar pr¨®ximamente estas palabras por cuarta vez en el Bundestag, la C¨¢mara Baja del Parlamento alem¨¢n. Se trata del juramento que est¨¢n obligados a pronunciar ¡ªaunque pudiendo renunciar a la invocaci¨®n religiosa¡ª el presidente federal, el canciller y los ministros del Gobierno.
Pero para llegar a este momento, Merkel debe construir una mayor¨ªa parlamentaria de la que por ahora no dispone. Las negociaciones entre cuatro partidos ¡ªlos democristianos de la CDU, sus aliados b¨¢varos de la CSU, los liberales del FDP y Los Verdes¡ª para alcanzar este objetivo se presentan largas y complicadas. Pero esta parece la ¨²nica soluci¨®n, ya que los socialdem¨®cratas no quieren continuar en el Ejecutivo y la canciller descarta tanto la convocatoria de nuevas elecciones como un Gobierno en minor¨ªa.
La Constituci¨®n ¡ªen Alemania llamada Ley Fundamental¡ª establece de forma muy clara los pasos a seguir ahora. El presidente federal es el encargado de proponer a un candidato a canciller, que debe ser elegido por el Bundestag. Lo habitual ¡ªha ocurrido siempre desde la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Federal en 1949¡ª es que esta persona, que previamente ha negociado ya una coalici¨®n, obtenga los votos de la mayor¨ªa de diputados del Bundestag. Una vez celebrada esta votaci¨®n, corresponde al presidente la formalidad de nombrar al nuevo jefe de Gobierno.
No ha ocurrido nunca en la Alemania moderna, pero podr¨ªa ser que la persona elegida no obtuviera la mayor¨ªa necesaria. En ese caso, el Bundestag dispone de 14 d¨ªas para elegir a alguien con m¨¢s de la mitad de los miembros o, pasado ese plazo, por mayor¨ªa relativa a su propio candidato. En este caso, la Constituci¨®n establece que si este candidato obtiene el respaldo de la mayor¨ªa de miembros del Bundestag, deber¨¢ ser elegido canciller por el presidente en siete d¨ªas. Si el elegido no alcanza esta mayor¨ªa, al jefe del Estado le quedar¨ªan dos opciones: nombrar a esta persona pese a no tener el respaldo mayoritario del Parlamento, o disolver la C¨¢mara y convocar nuevas elecciones.
Pero estas opciones te¨®ricas parecen muy alejadas de la realidad. Las negociaciones entre CDU, CSU, SPD y Los Verdes ser¨¢n muy complicadas y pueden alargarse m¨¢s all¨¢ de los casi tres meses necesarios en 2013 para poner en pie la gran coalici¨®n de democristianos y socialdem¨®cratas. Pero esta parece ahora mismo la ¨²nica opci¨®n realista. La ley alemana no especifica un plazo m¨¢ximo para formar el nuevo Gobierno.
El cuatripartito se presenta muy complicado por las diferencias program¨¢ticas entre verdes y liberales, y por el nerviosismo de la CSU ante la posibilidad de perder la mayor¨ªa absoluta en Baviera en las elecciones regionales del pr¨®ximo a?o. Si estas negociaciones fracasaran, el SPD siempre podr¨ªa repensar su negativa y, apelando a la responsabilidad, negociar un nuevo pacto con Merkel, aunque esta posibilidad parece bastante remota.
Por ¨²ltimo, ser¨ªa posible formar un Gobierno en minor¨ªa o convocar nuevas elecciones, dos opciones totalmente ajenas a la cultura pol¨ªtica alemana. Y Merkel ya ha dejado claro que no las baraja. El domingo, conocidos ya los resultados, la canciller fue preguntada directamente por la posibilidad de gobernar en solitario. Respondi¨® que la estabilidad pol¨ªtica es un bien que hay que preservar. Y el lunes descart¨® la posibilidad de nuevas elecciones. ¡°Los votantes nos han dado un mandato. Y tenemos que ejecutarlo¡±, asegur¨®.
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