China interrumpe el servicio de WhatsApp antes de su gran congreso pol¨ªtico
Su tecnolog¨ªa de encriptaci¨®n convierte esta aplicaci¨®n en una de las favoritas para los activistas
Facebook est¨¢ bloqueado. Twitter est¨¢ bloqueado. Instagram est¨¢ bloqueado. Gmail est¨¢ bloqueado. La gran mayor¨ªa de los servicios de mensajer¨ªa y redes sociales m¨¢s populares en Occidente, y sin los cuales la vida en esos pa¨ªses casi se ha convertido en inconcebible, est¨¢n bloqueados en China. La gran excepci¨®n era WhatsApp, la aplicaci¨®n propiedad de Facebook. Hasta ahora. Las comunicaciones de este servicio en el gigante asi¨¢tico est¨¢n sufriendo graves interrupciones, a pocos d¨ªas de que el Partido Comunista?(PCCh)?d¨¦ comienzo a la gran reuni¨®n quinquenal en el que renovar¨¢ la mayor¨ªa de sus mandos; una ¨¦poca en la que Pek¨ªn aprieta m¨¢s que nunca el control sobre Internet y sobre sus ciudadanos.
Los usuarios del servicio empezaron a notar problemas este domingo, cuando enviar o recibir mensajes se convirti¨® en imposible sin contar con alg¨²n tipo de VPN (virtual protocol network), los programas inform¨¢ticos que permiten pasar por encima del ¡°Great Firewall¡±, el sistema de censura al que China somete a las comunicaciones y la informaci¨®n dentro de su territorio. Desde entonces, el funcionamiento de la aplicaci¨®n ha sido espor¨¢dico: se bloquea durante horas, para responder durante otras tantas antes de interrumpirse de nuevo. El bloqueo no ocurre necesariamente de manera uniforme: una persona puede acceder sin problemas mientras que otras a su alrededor no, o las cuentas ¡°veteranas¡± reciben mensajes, pero quien intenta abrir una nueva recibe una notificaci¨®n que le comunica que es imposible.
La aplicaci¨®n ya empez¨® a amagar problemas en el territorio chino este verano, cuando durante unos d¨ªas fue imposible recibir im¨¢genes o mensajes de voz. Aquellas interrupciones desaparecieron como llegaron.
WhatsApp no es vista con buenos ojos por las autoridades chinas. Su tecnolog¨ªa de encriptaci¨®n la ha convertido en una de las favoritas para los activistas en un pa¨ªs donde las redes sociales nacionales -utilizadas por la inmensa mayor¨ªa de los internautas chinos- se encuentran bajo la atenta vigilancia del Gobierno. Una vigilancia que no ha dejado de crecer durante los cinco a?os de mandato del presidente Xi Jinping.
Este a?o, Pek¨ªn aprob¨® una ley de Ciberseguridad que exige, entre otras cosas, que las empresas almacenen sus datos en servidores dentro del territorio chino. Las gigantes nacionales del sector, como Tencent, han reconocido que transmiten de modo rutinario al Gobierno los datos que recaban sobre sus usuarios.
Este mes, WeChat, el servicio de mensajer¨ªa instant¨¢nea m¨¢s popular con diferencia de China, confirm¨® a sus usuarios que su nueva pol¨ªtica de privacidad le har¨¢ ¡°guardar, almacenar o revelar¡± los datos de sus clientes para cumplir las normas impuestas por el Gobierno chino.
Pek¨ªn ha distribuido tambi¨¦n este mes una lista de 68 temas y materiales que no deben aparecer en internet: desde la pornograf¨ªa al juego, pasando, por supuesto, por cualquier atisbo de cr¨ªtica pol¨ªtica presente o pasada: las bromas sobre los l¨ªderes revolucionarios est¨¢n completamente prohibidas, as¨ª como cualquier comentario que pueda pasar por una falta de respeto al himno nacional. Incluso el hedonismo y la ¡°publicidad de un lujo excesivo¡± son objeto de los censores chinos.
La tendencia, temen los activistas, ir¨¢ probablemente a peor hasta que comience el 19 Congreso del Partido, el 18 de octubre. Ese c¨®nclave renovar¨¢ el mandato del presidente Xi Jinping al menos durante otros cinco a?os y es posible que d¨¦ pistas sobre qui¨¦n ser¨¢ su sucesor.
Algunos disidentes ya han denunciado que se les obliga a abandonar Pek¨ªn mientras se celebre la gran reuni¨®n del Partido. Es el caso de Bao Tong, de 85 a?os, hombre de confianza del que fuera secretario general del PCCh Zhao Zhiyang, depuesto por su moderaci¨®n ante las protestas estudiantiles en Tiananmen en 1989. En declaraciones a Radio Free Asia, Bao indic¨® que ¡°me acaban de decir que, a partir de ahora, no debo dar entrevistas a la prensa. Tambi¨¦n me dijeron: se est¨¢ haciendo mayor, no le sentar¨ªa bien alejarse demasiado. Si es cerca de Pek¨ªn, ?a d¨®nde le gustar¨ªa ir?¡±
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