El periodismo y la leyenda de Bastenier
El Festival Gabo homenajea al m¨¢s latinoamericano de los periodistas espa?oles, fallecido en abril
Hablar de Miguel ?ngel Bastenier es un ejercicio de representaci¨®n del periodismo, de memoria sobre lo que escribi¨®, dijo o hizo, y de relaci¨®n personal con ¨¦l, su historia y con el oficio. Lo es para los que le conocieron y para quienes encarn¨® una figura m¨ªtica de la profesi¨®n. Y lo es ahora, cinco meses despu¨¦s de su fallecimiento a los 76 a?os, igual que lo fue cuando su voz retumbaba en una redacci¨®n de Madrid, Barcelona o Bogot¨¢. Bastenier era en s¨ª mismo una leyenda, ha recordado el periodista Jean-Fran?ois Fogel en un homenaje que la Fundaci¨®n para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) le ha dedicado este jueves durante el Festival Gabo que se celebra en Medell¨ªn. El Baste dej¨® esa leyenda en EL PA?S, donde empez¨® a trabajar en 1982 y public¨® hasta el final, y en Am¨¦rica, sobre todo en Colombia, en el diario El Espectador o en Cartagena de Indias, su segunda casa.
La precisi¨®n, la rapidez, el gusto por la provocaci¨®n, la transici¨®n al entorno digital, sus conversaciones, su generosidad con los j¨®venes reporteros, su capacidad para comunicar con humor. Todos tienen un recuerdo de Bastenier. La periodista Mar¨ªa Teresa Ronderos rememora las lecciones de lengua impartidas a los camareros, cuando le preguntaban si quer¨ªa vegetales para acompa?ar un plato. ¡°?Vegetales? Existen las verduras¡±. Eso era lo que trataba de transmitir a sus alumnos de la Escuela de EL PA?S y de la FNPI y, ya en los ¨²ltimos a?os, a sus decenas de miles de seguidores de Twitter: pasi¨®n por el espa?ol, por el lenguaje en general, del que sol¨ªa desnudar el uso m¨¢s perezoso y administrativo. Amaba la historia, la de Espa?a y la de Am¨¦rica, y sus an¨¢lisis sobre las relaciones culturales entre los dos lados del charco siempre ten¨ªan que ver con una especificidad que bautiz¨® como el chip colonial.
El chip Bastenier, as¨ª se titulaba este encuentro de amigos y compa?eros, fue y ser¨¢ su forma de entender la vida, esto es, el periodismo, y un modelo de honestidad intelectual. Una vez, relata Carlos Serrano, le pregunt¨® cu¨¢ntos libros aproximadamente ten¨ªa en su biblioteca. Antes de responder, apunt¨® que ¡°un periodista nunca pregunta m¨¢s o menos¡±. Roc¨ªo Montes, corresponsal de este peri¨®dico en Chile, le conoci¨® y vio trabajar en Colombia y en Espa?a. ¡°Cuando ¨¦l muri¨® sent¨ª que se hab¨ªa muerto el m¨¢s latinoamericano de los periodistas espa?oles¡±, explica.
¡°Gente como Bastenier son hacedores de frases¡±, dice Jorge Cardona, editor general del diario El Espectador, donde aterriz¨® en 1996 como asesor del diario, del que tambi¨¦n fue columnista. Fabricaba frases, m¨¢ximas lapidarias, microlecciones en forma de tuit, reflexiones mordaces, ingeniosas, contestatarias. Lo hac¨ªa trabajando, cruzando la redacci¨®n, haciendo parada en las distintas secciones, comentando la actualidad internacional, hablando de Gillo Pontecorvo, Palestina o de ciclismo. Le gustaba conversar, sobre todo con los m¨¢s j¨®venes, preguntar y emplear la palabra para llegar a la esencia. Lo recuerda Serrano: ¡°Dec¨ªa que el periodismo es escribir sobre lo que la gente hace, no sobre lo que la gente dice¡±.
P. S.: Conoc¨ª a Bastenier a principios de 2005. Me sac¨® de una clase de radio, sin haberme visto antes, para presentarme al actual director de La Repubblica, Mario Calabresi, que estaba de visita en Madrid. Comimos las pasadas Navidades. Me habl¨® de Colombia, de sus idiosincrasias y de su futuro. En esos casi doce a?os, no dej¨® de llamarme Paco. ¡°T¨² ya eres espa?ol".
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