Un discurso accidentado arruina el intento de May de afianzar su liderazgo
En un angustioso discurso, interrumpido por un espont¨¢neo y por constantes ataques de tos, la primera ministra brit¨¢nica pasa de puntillas por el Brexit y anuncia varias medidas de corte social
La primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, ha tratado de desviar el foco del conflictivo Brexit ¡ªasunto al que ha dedicado apenas 24 l¨ªneas de un discurso de nueve p¨¢ginas¡ª hacia la m¨¢s pac¨ªfica pol¨ªtica interna, en un intento de detener el empuje de la oposici¨®n laborista con una serie de medidas sociales dedicadas a los j¨®venes. Pero el fondo de su discurso, que cierra el congreso del Partido Conservador en M¨¢nchester, quedar¨¢ inevitablemente ensombrecido por una serie de desafortunados incidentes que han arruinado su ambici¨®n de fortalecer su liderazgo.
Ha sido un discurso angustioso en la forma. Interrumpido primero por un espont¨¢neo que se ha acercado al atril para entregar a la primera ministra una carta de despido y despu¨¦s, en numerosas ocasiones, por la tos de la propia May y la dificultad de hacerse o¨ªr con una voz que se le iba y que no lleg¨® a recuperar del todo.
Entre las medidas de pol¨ªtica interna que han constituido el grueso del discurso, May ha anunciado un tope a los recibos de la luz y el gas. Ha prometido tambi¨¦n impulsar la construcci¨®n de viviendas sociales y ha reiterado su propuesta de congelar el aumento por inflaci¨®n de las matr¨ªculas universitarias. Son medidas m¨¢s propias de los dominios pol¨ªticos del laborismo ¡ªa cuyo l¨ªder acus¨® de querer gobernar el pa¨ªs tomando "de modelo a Venezuela"¡ª que del Partido Conservador. May reacciona as¨ª al crecimiento del partido de Corbyn en las elecciones de junio y en las encuestas, y a la llamativa desconexi¨®n con el electorado joven que tanto preocupa a los tories.
La l¨ªder conservadora ha pedido disculpas por el resultado de las elecciones de junio, en las que el partido perdi¨® la mayor¨ªa absoluta. Cuando el partido reclama un liderazgo fuerte para superar el bache, May ha estado d¨¦bil en la forma ¡ªesa falta de voz que lleg¨® a parecer que le obligar¨ªa a abandonar el escenario¡ª y en el fondo ¡ªincapaz de avanzar en los temas m¨¢s conflictivos en el partido, como el Brexit¡ª. Pero, involuntariamente y acaso por la v¨ªa de la compasi¨®n, el discurso ha tenido la virtud de humanizar al Maybot, el palabro que fusiona su nombre con la palabra robot, con el que se critic¨® tanto a la primera ministra por su frialdad durante la campa?a.
Respecto al Brexit, ante el aparente atasco seis meses despu¨¦s del inicio del proceso, May ha reconocido que ¡°hay quienes encuentran las negociaciones frustrantes¡±. Pero se ha mostrado ¡°confiada¡± en que se alcanzar¨¢ un acuerdo ¡°que funcione para Reino Unido y tambi¨¦n para Europa¡±. Ha instado a los equipos negociadores a alcanzar un acuerdo ¡°r¨¢pidamente¡± sobre los derechos de los ciudadanos de la UE residentes en Reino Unido. ¡°Queremos que os qued¨¦is¡±, les ha dicho.
Pasando por alto las sonadas divergencias en el seno de su Gobierno, May ha insistido en que la postura negociadora del Reino Unido es la que expuso en su discurso del pasado 22 de septiembre en Florencia. Su objetivo final, ha dicho, ¡°es una profunda nueva alianza entre una Uni¨®n Europea fuerte y exitosa y un Reino Unido soberano¡±. Pero, ante el riesgo de que las negociaciones no prosperen, ha asegurado que es su obligaci¨®n como Gobierno ¡°prepararse para cualquier eventualidad¡±. ¡°Y eso es exactamente lo que estamos haciendo¡±, ha advertido.
La primera ministra ha apelado a la unidad del pa¨ªs. ¡°Nuestra preciosa uni¨®n de naciones, cuatro naciones que son m¨¢s fuertes que una, est¨¢ amenazada por aquellos que, con sus estrechas agendas nacionalistas, quieren separarnos¡±, ha dicho.
El discurso ha sido interrumpido por un hombre ¡ªSimon Brodkin, que se define como ¡°comediante¡± en su cuenta de Twitter¡ª que se ha acercado al atril de la primera ministra y le ha entregado un formulario de despido diciendo que lo hac¨ªa de parte del ministro Boris Johnson. El ministro de Exteriores?lleva semanas desafiando a la primera ministra haciendo p¨²blica una visi¨®n personal del Brexit m¨¢s dura que la oficial.
La irrupci¨®n del intruso ha obligado May a interrumpir su discurso, que ha retomado entre aplausos cuando los agentes de seguridad han expulsado al ¡°comediante¡±. A partir de ese momento a May le ha empezado a fallar la voz. Se ha visto obligada a interrumpir su discurso continuamente para beber agua, hasta el punto de que el ministro de Econom¨ªa, Philip Hammond, ha tenido que darle una pastilla para la garganta. Era como la t¨ªpica pesadilla que un conferenciante inseguro puede tener la noche previa a su discurso m¨¢s importante.
La falta de voz ha llenado de tensi¨®n el auditorio, que alargaba los aplausos para ayudar a la primera ministra a recuperarse. ¡°Est¨¢ acabada¡±, susurraba un delegado del partido que escuchaba a la l¨ªder. Otros opinaban que el episodio ¡ªque se ha prolongado hasta el final del discurso¡ª no hab¨ªa hecho sino humanizar a una primera ministra reiteradamente acusada de frialdad y escasa empat¨ªa.
¡°S¨¦ que no soy muy emocional, no soy del tipo de personas que llevan su coraz¨®n en la manga¡±, ha reconocido May, antes de introducirse en terrenos inusualmente personales para el discurso de una primera ministra. ¡°Siempre ha sido una tristeza para Philip [May, su marido] y para m¨ª no haber sido bendecidos con hijos. Parece que hay cosas en la vida que simplemente no pueden ser¡±, ha dicho, antes de anunciar que dedicar¨ªa su mandato a conseguir ¡°una vida mejor¡± para las siguientes generaciones.
May ha advertido de que las elecciones de junio mostraron que ¡°para demasiada gente en el pa¨ªs el sue?o brit¨¢nico parece lejano, y la habilidad del Partido Conservador para proporcionarlo est¨¢ cuestionada¡±. ¡°Yo convoque las elecciones¡±, ha reconocido. ¡°Pero no logramos la victoria que quer¨ªamos porque nuestra campa?a nacional se qued¨® corta. Fue demasiado encorsetada. Demasiado presidencial¡±.
Finalmente, May ha instado a los miembros de su partido, cuyo congreso ha estado dominado por las intrigas entre bandos enfrentados, a remar juntos y concentrarse en los importante. ¡°M¨¢s all¨¢ de este auditorio, m¨¢s all¨¢ de las p¨¢ginas de cotilleos de los peri¨®dicos, m¨¢s all¨¢ de las calles, pasillos y salas de reuniones de Westminster, las vidas diarias de las personas trabajadoras contin¨²an¡±, ha dicho, antes de fundirse en un largo abrazo en el escenario con su marido.
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