?Qu¨¦ est¨¢ en juego en las elecciones regionales de Venezuela?
El pa¨ªs renueva las gobernaciones, pero el chavismo seguir¨¢ controlando los principales resortes de poder
Los comicios regionales del 15 de octubre en Venezuela son una cita relevante para medir las fuerzas del chavismo y de la oposici¨®n, pero no suponen una concesi¨®n a los partidos cr¨ªticos con el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro ¨Chubieran tenido que celebrarse en 2016- ni coinciden con la principal demanda de la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD) y de la mayor parte de las instancias internacionales. Esto es, la celebraci¨®n de elecciones generales. ?Por qu¨¦? Porque la configuraci¨®n administrativa del pa¨ªs consagrada en la Constituci¨®n de 1999, el texto impulsado por el expresidente Hugo Ch¨¢vez vigente hasta que la Asamblea Nacional Constituyente termine una nueva redacci¨®n, hace de la contienda del domingo una convocatoria sobre todo simb¨®lica.
Los casi 20 millones de venezolanos inscritos en el censo est¨¢n llamados a elegir por un per¨ªodo de cuatro a?os a los nuevos gobernadores de los 23 estados. No obstante, los Gobiernos regionales carecen de atribuciones importantes con algunas excepciones. El llamado Poder Nacional mantiene, de facto, el control final sobre todas las Administraciones p¨²blicas.
El caso de Henrique Capriles, uno de los m¨¢s significados l¨ªderes opositores, es emblem¨¢tico. El dirigente del partido Primero Justicia es uno de los tres gobernadores de la MUD, desde 2008 est¨¢ al frente del Estado Miranda, que abarca parte del distrito metropolitano de Caracas, pero su margen de acci¨®n frente al Gobierno siempre ha sido escaso. Y el pasado abril la Contralor¨ªa General de la Rep¨²blica, un organismo de vigilancia que de facto est¨¢ al servicio del oficialismo, le inhabilit¨® para ejercer cargos p¨²blicos durante los pr¨®ximos 15 a?os. Capriles sigue siendo una de las figuras destacadas de la oposici¨®n a Maduro, aunque a pesar del apoyo popular que obtuvo su poder no es real.
Hay otro precedente que demuestra que los aparatos del r¨¦gimen pueden, si se ven amenazados, actuar libremente contra las dem¨¢s instituciones. Se trata de la decisi¨®n del Tribunal Supremo de Justicia, adoptada a finales de marzo, de despojar de todas sus funciones al Parlamento. Ese fallo fue la mecha que desencaden¨® las protestas que duraron hasta la elecci¨®n de la Asamblea Constituyente, el 30 de julio, una nueva C¨¢mara ¨ªntegramente chavista y no reconocida por las fuerzas opositoras. Los enfrentamientos con los manifestantes y la represi¨®n policial dejaron un saldo de m¨¢s de 120 muertos. Pero esas movilizaciones remitieron a principios de agosto. Beatrice Rangel, que fue ministra de la Presidencia durante el Gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez en los noventa, lo atribuye en conversaci¨®n con EL PA?S al cansancio de la poblaci¨®n y de sus referentes despu¨¦s de cuatro meses de m¨¢xima tensi¨®n.
Ahora la oposici¨®n intenta recuperar el pulso y, aunque no se conforma con la celebraci¨®n de estas elecciones, decidi¨® participar mayoritariamente para ponerse a prueba. Mientras tanto, el r¨¦gimen busca ox¨ªgeno con lo que pretende presentar como una concesi¨®n a la democracia, cuando en realidad podr¨¢ mantener las riendas, directa o indirectamente, de todas las Administraciones del Estado.
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